La oposición negocia contrarreloj para intentar consensuar y aprobar este miércoles las modificaciones a la ley de alquileres, o bien su derogación lisa y llana. Juntos por el Cambio y los bloques “federales” intentaban acordar una postura común y todas las miradas apuntan al libertario Javier Milei, el gran ganador de las PASO, quien será clave para el éxito (o el fracaso) de la sesión.
Las distintas fuerzas opositoras, que en su gran mayoría firmaron el pedido de sesión el pasado 5 de julio, ahora están obligadas a juntar el quórum de 129 presentes, ya que el oficialismo no bajará al recinto porque defiende la ley vigente, con algunos agregados para fomentar la oferta de viviendas en alquiler.
Sin embargo, los pronósticos mostraban hasta este martes un final abierto, ya que La Libertad Avanza, el espacio que integran Milei, Victoria Villarruel y Carolina Píparo, es partidario de la derogación de la ley actual (en lugar de hacerle cambios) y podría terminar frustrando la estrategia tramada por Juntos por el Cambio, que depende de varios movimientos de pinzas.
La primera misión es conseguir que 129 diputados se sienten en sus bancas. Ese número, según los sondeos previos, no está del todo asegurado. De movida, Juntos por el Cambio tendrá dos bajas: la del cordobés Gustavo Santos (PRO), que renunció y por lo tanto no estará para el quórum; y el radical Gerardo Cipolini, que está en el exterior por motivos familiares.
Así, la principal bancada opositora tendría 115 presentes, a los que se sumarían los ocho del Interbloque Federal, que encabeza Alejandro “Topo” Rodríguez; dos o tres representantes del interbloque Provincias Unidas ; el gobernador electo de Santa Cruz, Claudio Vidal; el riojano Felipe Álvarez; y también, en principio, los tres miembros de La Libertad Avanza. De no haber sorpresas, totalizarían entre 130 y 131 diputados.
Una vez que la sesión comience, la estrategia acordada este martes es votar, en primer término, los proyectos de derogación presentados por Píparo y los “halcones” de Juntos por el Cambio. Pero como esas iniciativas no cuentan con dictamen, necesitan dos tercios de los votos para ser incorporadas al temario. Por lo tanto, el Frente de Todos, que tiene 118 integrantes, podría bajar al recinto en ese momento y bloquear ese número.
Si fracasa esa opción, sería el turno de votar los dos dictámenes que se firmaron en comisiones el año pasado. El de mayoría es el del Frente de Todos, que mantiene los aspectos más conflictivos de la ley actual: el plazo de tres años de los contratos, el método de ajuste (que combina inflación y salarios) y su periodicidad anual.
El dictamen de minoría, presentado por Juntos por el Cambio con apoyo de otros bloques, propone volver a los contratos de dos años, ajustados con la periodicidad que acuerden las partes por intervalos de entre 3 y 12 meses, optando por alguno de los diferentes índices oficiales.
Si la oposición se mantiene unida, podría aprobar el rechazo del dictamen del oficialismo para luego pasar a votar el suyo, pero hasta última hora del martes tampoco había un acuerdo cerrado para mantener el texto tal cual se firmó en comisiones. Las propuestas de modificaciones iban y venían en reuniones frenéticas, tanto presenciales como virtuales.
La idea de volver a los contratos de dos años encontraba un buen nivel de consenso. En cuanto a la periodicidad del ajuste, el Interbloque Federal y parte de Provincias Unidas impulsan que sea cada seis meses. Cabe resaltar que desde el sector inmobiliario, cinco entidades elevaron una propuesta para que el precio se actualice cada cuatro meses.
Otro eje de discusión es el método de ajuste: mientras que algunos quieren darle libertad a las partes para acordar, otros proponen que quede establecido un índice (o una combinación de índices) en la letra de la ley. Las cámaras inmobiliarias pidieron que se mantenga el mecanismo actual, que combina en partes iguales inflación (IPC) y salarios (RIPTE).
Pero sean las modificaciones que sean, la oposición necesita tener 129 diputados presentes para votar, y hasta última hora ningún diputado de Juntos por el Cambio tenía garantizado que Milei y sus pares se mantuvieran sentados durante toda la sesión. Por eso, en un clima de gran incertidumbre, nadie se animaba a arriesgar cuál sería el resultado final.