Juntos por el Cambio (JPC) se hartó de las sesiones virtuales; quiere volver a votar leyes de manera presencial. Pero el Frente de Todos (FDT) y el resto de los bloques opositores de Diputados, salvo la izquierda, pidieron una sesión especial, ya convocada para hoy a las 13, y se conectarán con sus computadoras pese a que no se renovó el protocolo digital. No hubo acuerdo, y así la Cámara Baja va rumbo al papelón.
Los diputados de JPC que no forman parte del grupo de riesgo de la Covid-19 viajaron a la Capital Federal y se presentarán en el Congreso.
El presidente de la Cámara, Sergio Massa, les ofreció el recinto solo para ellos, mientras cumplan los cuidados sanitarios, aunque manteniendo la forma de debatir y votar: electrónica. JPC avisó que, si no hay sesión presencial, lo denunciarán en la Justicia.
Para el interbloque opositor, será un encuentro (o desencuentro) de legisladores nacionales en el que ellos dirán que la sesión no puede ser virtual y que el cuórum que consigan el resto de sus pares conectándose al sistema no será válido, porque, subrayan, el acuerdo para debatir a distancia está vencido.
Sostienen que el cuórum se debe conseguir como fue siempre: con 129 de los 257 diputados sentados en las bancas, en el hemiciclo.
Pero el oficialismo no se quedará atrás: ya les pasa factura de que, a su criterio, no quieren discutir temas de importancia socioeconómica, como los dos que figuran en el temario: un régimen de ayudas al sector turístico y otro, de multas a la pesca ilegal.
“Quiero decir que hay 470 mil trabajadores del turismo, hoteleros, gastronómicos, de los comercios vinculados a las actividades turísticas y de la cultura que no les importa si sesionamos presencial o remoto”, lanzó Massa por televisión.
Además de la presión discursiva, JPC también afronta una presión gremial: la Asociación del Personal Legislativo (APL) advirtió que los empleados no irán a trabajar si en el recinto se congregan más legisladores que lo que establece el protocolo sanitario (desde mayo hasta ahora se presentaron en cada sesión virtual solamente 47 de los 257 diputados).
Diccionario
Aunque parezca absurdo, el pleito parlamentario es sobre la interpretación de una palabra del texto del protocolo de sesiones remotas (que en mayo, curiosamente, fue avalado por todas las bancadas): consenso.
La redacción de tal acuerdo político dice que “el protocolo estará vigente desde su fecha de aprobación mientras dure el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) en todo o en parte del territorio nacional por período de 30 días prorrogables por consenso de la Comisión de Labor Parlamentaria”.
Para JPC el vocablo consenso es un acuerdo sin disentimiento alguno. La coalición opositora se apoya la definición del Diccionario de la Real Academia Española (RAE): “Acuerdo producido por el consentimiento entre todos los miembros de un grupo”.
Massa, por su parte, resaltó que “se logró el consenso de casi la totalidad de los bloques parlamentarios para seguir con las sesiones telemáticas”.
En efecto, el tigrense convocó a la sesión especial (con la pretensión de que sea virtual) tras un pedido que lleva las firmas de los oficialistas Máximo Kirchner, Cristina Álvarez Rodríguez, Cecilia Moreau, pero también las de ocho opositores, que no pertenecen a JPC.
Ellos son el mendocino José Luis Ramón; el peronista cordobés Carlos Gutiérrez, que responde al gobernador Juan Schiaretti; la neuquina Alma Sapag; el lavagnista Alejandro “Topo” Rodríguez; el justicialista no kirchnerista Eduardo “Bali” Bucca; el rionegrino Luis Di Giacomo; el misionero Ricardo Wellbach y el santafesino Luis Contigiani.
Como perros y gatos
JPC argumenta que no quiere más debates por internet porque, en la última sesión del Senado, en que se debatió la ley de reforma de la Justicia Federal penal, se produjo un “avasallamiento”, por el cual se modificó velozmente la media sanción de una ley y se crearon “centenares de cargos en quince minutos”.
También recuerdan “el micrófono silenciado a los senadores”, que le atribuyen a la presidenta del Senado, Cristina Kirchner, cuando ellos querían plantear la supuesta nulidad en la votación para la creación de la comisión investigadora de la deuda del Grupo Vicentin.
En Diputados, a su vez, recuerdan el cruce entre Fernando Iglesias (PRO) y Massa, quien le impidió el uso de la palabra para formular una cuestión de privilegio.
Este lunes, en Twitter, usuarios opositores al Gobierno lograron instalar como tema del momento el hashtag #NoAlGolpeDeMassa.
Massa, a su vez, dijo que discutir acerca de qué manera se sesiona “es muy menor, de muy bajo valor real para la vida cotidiana de la gente”.