El debate sobre la boleta única de papel en la Cámara de Diputados atravesó este martes un momento de tensión cuando una funcionaria del Ministerio del Interior, Patricia García Blanco, rechazó la reforma electoral y recibió una catarata de cuestionamientos desde todos los bloques de la oposición.
El episodio se vivió durante un nuevo plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto, que abrió con la exposición de García Blanco, secretaria de Asuntos Políticos. Fue la primera funcionaria nacional en participar del debate y no dio rodeos en rechazar, desde todo punto de vista, la boleta única.
“Una reforma política no puede hacerse a las apuradas y menos para imponer una agenda”, advirtió, y agregó que “hay un riesgo enorme de perjudicar un sistema electoral que funciona, y justo en el momento en que se va a elegir quién va a presidir la Nación”.
García Blanco defendió con énfasis el sistema de boleta partidaria, al señalar que “ha legitimado a todos los ganadores en todos los niveles y ha dado una pacífica alternancia entre las fuerzas políticas”.
“Desde 1983 a la fecha, las elecciones nacionales se desarrollan con total normalidad. Hay una alta participación electoral, hay alternancia en el Gobierno y los resultados nunca fueron judicializados. El sistema de boletas partidarias ha funcionado de manera eficaz durante todos estos años”, insistió García Blanco.
Ante un planteo de la diputada Silvia Lospennato (PRO), quien recordó que “denuncias hubo y hay muchísimas”, la funcionaria respondió: “No conozco ningún caso donde se haya judicializado el resultado de quién ganó y quién perdió”.
“Cuando escucho hablar de irregularidades me preocupa, porque se pone en cuestión la legitimidad de todos los representantes electos”, dijo. Desde la Coalición Cívica, Juan Manuel López le salió al cruce: “¿Entonces significa que no hay que hacer nada y que hay que dejar todo como está?”.
En otro pasaje, Lospennato refutó que no se puedan aplicar reformas por primera vez en una elección presidencial: recordó que las PASO se estrenaron en 2011, y la paridad de género, en 2019, ambos comicios ejecutivos. García Blanco contestó que esos cambios se sancionaron dos años antes de ser implementados y que “no fueron sobre el instrumento de votación”.
Por otra parte, la representante del Ministerio del Interior apuntó que, con la boleta única, la difusión de la oferta electoral completa quedará a cargo de los medios de comunicación. Pero Lospennato recordó que la idea es colocar afiches con las listas completas en los centros de votación. Además, aclaró que con solo incluir a los cinco primeros candidatos a diputados nacionales, 20 de los 24 distritos lucirán la oferta completa.
El radical Fernando Carbajal sumó una pregunta directa: “¿A quién beneficia y a quién perjudica el sistema de boleta partidaria y el de boleta única?”. La funcionaria afirmó que “el más afectado es el elector” y que “el diseño del instrumento de votación no es neutral, porque tiene que implementarse a través de los grupos poblacionales”.
Mario Negri, jefe del bloque radical, desestimó esa respuesta. “La boleta única existe desde 1958 en Australia. Solo 16 países del mundo no la tienen. En la región, solo faltan Argentina y Uruguay. Si el mundo entero va en esa dirección, ¿por qué no podemos nosotros?”, se preguntó, y remató: “Tienen que buscar argumentos más sólidos”.
Por su parte, Alejandro “Topo” Rodríguez consideró que fue “casi una falta de respeto” que García Blanco se refiriera a la boleta única como “una solución mágica a un problema inexistente”, y recordó las resoluciones de la Cámara Nacional Electoral que aconsejan avanzar en ese sistema.
Carla Carrizo, de Evolución Radical, coincidió en que la CNE es “una voz sólida del Estado que recomienda la boleta única” y subió la apuesta con una pregunta directa a la secretaria de Asuntos Políticos: “¿Usted está hablando en nombre del partido de gobierno o en nombre del Estado?”.
García Blanco se limitó a responder que “la CNE no pertenece al Poder Ejecutivo, sino al Poder Judicial”, y contradijo la opinión de ese órgano, al afirmar que “la boleta partidaria soluciona todos los conflictos que hoy están puestos sobre la mesa”.
Hacia el final del intercambio, Graciela Ocaña (PRO) le consultó “cómo cree que el sistema actual afecta a los electores cuando en la mesa no encuentran todas las opciones electorales” por la falta de boletas. La respuesta fue cortante: “No hay evidencia”.
Por último, Luis Di Giácomo (Juntos Somos Río Negro) enfatizó que el de la boleta única “no fue un posicionamiento inventado ayer ni fue hecho a las apuradas; detrás de esto hay organizaciones de la sociedad civil que vienen estudiando el tema hace mucho tiempo, le debemos respeto a ese trabajo”.