El precio del dólar en el mercado paralelo tocó ayer un nuevo récord de 147 pesos, por lo que la brecha con la cotización mayorista se ubicó en el 94%, exactamente veinte puntos más que en el momento en que se ajustó el cepo cambiario y la más alta en cuatro meses.
La presión cambiaria sigue firme. Hoy se reactivarían las ventas de divisas en las ventanillas de los bancos y por internet. Ninguna persona podrá comprar más de u$s200 y con un precio de 79,99 pesos por unidad, más un 65% de impuestos. El precio real termina en 131,98 pesos.
Hasta aquí, la estrategia que de ajustar el cepo que diseñó e implemento Miguel Pesce, presidente del Banco Central, sólo ha frenado la venta de divisas por el feriado cambiario virtual de facto que rigió desde el miércoles 16.
La falta de un sistema automatizado de autorización o denegatoria para la operación cambiaria llevó a que no haya ventas. Incluso algunos bancos podrían normalizarse recién la semana que viene.
Pesce retrocede
El Central tuvo que rehabilitar que todas las transferencias de cuentas nominadas en moneda extranjera se puedan cursar sin necesidad de validación previa. Con la comunicación A7112, Pesce terminó desarmando parte de la A7105 del martes 15.
De esta manera, las aperturas de cajas de ahorro en moneda extranjera que se realicen para la acreditación de una transferencia y la acreditación de fondos en cuentas ya habilitadas no requerirán de la validación.
El paso atrás fue forzado porque la decisión estaba generando complicaciones a personas que por ejemplo habían vendido un inmueble y no podían percibir los dólares porque habían percibido alguna ayuda del Estado en la pandemia o solo refinanciado sus tarjetas de crédito.
En un sector del Gobierno hay cierta disconformidad con Pesce, un amigo personal del presidente Alberto Fernández. Todos defienden el ajuste del cepo por la escasez de dólares, pero el cristinismo cuestiona la fallida instrumentación.
Un respiro
En vistas a que hoy se reactivara la venta oficial de divisas, ayer se enfriaron los los tipos de cambio financieros, tras una racha de seis subas consecutivas: el contado con liqui bajó 5,2% a 140,98 pesos; y el MEP descendió 2,8% a 130,87.
Atado a un mejor clima financiero internacional, el riesgo país cayó 2,6% hasta los 1.356. Los bonos soberanos cotizaron mixtos. El Merval subió 2,2%, aunque sigue en niveles muy bajos, y las acciones de empresas argentinas en Wall Street rebotaron hasta 13%.
Joaquín Candia, analista de Rava Bursátil, indicó que no hay que perder de vista que la crisis de fondo no cambió y que al haber caído tanto en poco tiempo, los precios comenzaron a volverse más atractivos para los inversores más propensos al riesgo, y eso generó el rebote.
¿Qué ocurrirá hoy y la próxima semana? Imposible anticiparlo. El panorama es incierto por la volatilidad. Candia indicó que tampoco la misión anunciada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para octubre en el país fue un estímulo suficiente como para que los inversores mejoren su confianza.
La situación es tan compleja que aún sin que haya venta de dólares al público en los bancos, las reservas internacionales del Central cayeron ayer otros 59 millones de dólares, a 42.118 millones.
Problemas adicionales
El presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, alertó ayer por aumentos en los precios de las materias primas de sectores sensibles para la producción nacional que rondan entre el 10% y el 50% en dólares ante la escasez de insumos por la pandemia.
“La crisis económica que desató la pandemia impactó de manera alarmante en los precios de la producción nacional, que se enfrenta a remarcaciones fuertes que son imposibles de trasladar al producto final, pero que a la vez pone en riesgo la continuidad de muchas fábricas pymes argentinas”, afirmó Rosato.
La situación afecta a insumos como el polipropileno y el ABS, que se utiliza para la industria automotriz, los materiales eléctricos y los electrodomésticos.