Un nuevo libro escrito por las periodistas Lucía Salinas y Lourdes Marchese indaga sobre el entramado de poder de Comodoro Py, el emblemático edificio que alberga a los jueces federales de Capital Federal.
Su nombre es “Poderosos” y cita a Comodoro Py como “el escenario de la más alta encrucijada entre capitostes de los gobiernos (muchos de ellos encubiertos) y los jueces más paradigmáticos, por lo virtuoso en algunos casos y por lo nefasto en muchos otros casos”.
El libro plantea que el “cambio de paradigma” para la Justicia “se produjo en la década de los noventa cuando Carlos Menem decidió duplicar la cantidad de jueces. Aquella decisión venía bajo el concepto de democratización de la justicia junto con las modificaciones al Código Procesal Penal. La verdad era otra, la política había trazado un nuevo camino para dirimir sus problemas: la justicia”.
Relata el texto la historia de los jueces que fueron parte de relaciones “espurias” con la Casa Rosada y que “fueron -posiblemente- víctimas de un sistema más poderoso que el cargo que ostentaban”.
Comodoro Py asoma en el libro como “la pieza clave de lo que muchos coinciden en describir como el ‘dispositivo judicial de impunidad’, una telaraña pacientemente tejida y perfeccionada para aparentar acción cuando los resultados nunca llegan”, dice una reseña.
El texto invita a conocer al “juez del monasterio, el de la embajada, el juez del matafuego, el de los ‘doce monos’; también el juez de la política, el del atentado, el juez comisario o el del champagne”. Pero la lista incluye también “a la jueza de las lechuzas, al juez ‘mudo’, al del placard, el de las corbatas como también al juez de la biblioteca”.
Al pensar en Poderosos, Andrea Castagnola, Investigadora del Centre for Law and Social Transformation (Noruega) y docente de la Universidad Torcuato Di Tella donde su cátedra se titula Política y Justicia, sostuvo que “la falta de independencia de los poderes nunca contribuye al fortalecimiento de la democracia. Con un Poder Judicial de esta naturaleza en una democracia en permanente construcción, nos encontramos ante un camino minado. Esta relación obscena que mantienen la justicia y la política erosiona la confianza, la credibilidad”.
Por su lado el filósofo y periodista Miguel Wiñazki ha señalado que Poderosos devela los más asombrosos vericuetos de la Justicia. “Cada nombre analizado es una historia que ha impactado en el destino de todos: María Romilda Servini de Cubría, Claudio Bonadio, Guillermo Tiscornia, Carlos Liporaci, Jorge Urso, Francisco Trovato, Hernán Bernasconi, Gabriel Cavallo, Eduardo Freiler, Norberto Oyarbide, Raúl Zaffaroni, Juan José Galeano, o Rodolfo Canicoba Corral”.
Cada capítulo de Poderosos permite construir una suerte de historia contemporánea. El desempeño de estos jueces federales, su salida -en algunos casos escandalosa- se constituyen “como una radiografía de corrupciones, y de algunos heroísmos”, reflexiona Winazki, para quien esto es “la constatación de que en Comodoro Py se yergue una clave esencial para entender por qué nos sucede todo lo que nos sucede”.