Por las diferencias de último momento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el Congreso dan por descontado que el acuerdo para reprogramar el pago de la deuda no ingresará este viernes, como estaba previsto, sino a principios de la semana próxima.
Así lo indicó ante este medio una encumbrada fuente oficialista, que anticipó que podrían habilitar una guardia en Mesa de Entradas si hay señales de que el proyecto será enviado el lunes (feriado de Carnaval), antes del discurso inaugural del presidente Alberto Fernández.
El entendimiento ingresará por la Cámara de Diputados y allí hay quienes comparan este debate con el de la legalización del aborto, donde hubo posiciones transversales en todos los bloques que echaron por tierra la obediencia debida a la hora de votar.
Tanto el titular de la Cámara baja, Sergio Massa, como el jefe del bloque oficialista, Germán Martínez, trabajan denodadamente para que el acuerdo se apruebe en la Cámara baja. Pero saben que la decisión de cada uno no depende solo de sus esfuerzos, y no forzarán a ningún diputado.
“Nadie tiene el dedo para señalar a ningún diputado. No vamos a hacer macartismo con ninguno”, aseguró una importante fuente oficialista. Y puso como ejemplo que “cuando el Frente Renovador se opuso a la reelección indefinida de intendentes, nadie los señaló con el dedo”.
Hubo al menos dos pronunciamientos públicos que generaron ruido interno: una declaración de Itai Hagman (del Frente Patria Grande) anticipando la abstención de unos 30 diputados; y otra del entrerriano Marcelo Casaretto, quien afirmó que “si el kirchnerismo no vota el acuerdo, será minoría en el bloque”.
El debate parlamentario
El debate en Diputados, según palabras del propio Massa, será “intenso”, “participativo” y “ágil”. “No nos corren los tiempos”, sostienen en el entorno del tigrense, y aclaran que hay margen a pesar del vencimiento de 2.800 millones de dólares que el país debe afrontar el 22 de marzo.
En su conferencia de prensa semanal, la portavoz Gabriela Cerruti reconoció que existen “algunas diferencias en algunos puntos” del acuerdo final, aunque aclaró que esas discrepancias no radican en las metas fiscales sino “en el sendero para alcanzar esas metas”.
Las últimas conversaciones se tensaron porque el Gobierno no está dispuesto a aceptar un aumento de tarifas del 60% tal como pide el Fondo para que las subas se ubiquen por encima de la inflación.
Más allá de la letra fina, es un hecho que el acuerdo será enviado al Congreso. La propuesta de la Coalición Cívica para autorizar la refinanciación de la deuda sin discusión parlamentaria no es una opción para el Gobierno ni para el Frente de Todos.
En el oficialismo están convencidos de cumplir con lo que manda la ley y diferenciarse del camino adoptado por Mauricio Macri. Pero además, aseguran que el propio FMI pretende que la oposición asuma el compromiso, porque existe la posibilidad de que vuelva a gobernar en 2023.
“En los próximos días, el acuerdo va a estar en el Congreso para que todos los diputados y senadores conozcan y sepan qué es lo que están acordando y votando, porque va a comprometer a varias generaciones de argentinos. El ámbito para discutirlo es el Congreso”, ratificó Cerruti.
El proyecto presentado por los diputados que responden a Elisa Carrió no solo fue desestimado por el Gobierno, sino que también generó desconcierto dentro de Juntos por el Cambio y, sobre todo, un fuerte enojo en los socios del PRO y Evolución Radical.
La alianza opositora ya se pronunció por el “no al default”, pero dentro del interbloque conviven todas las posturas posibles, desde el voto a favor hasta el voto en contra, pasando por abstención y ausencia. Lo definirán una vez que se conozca en qué consiste el acuerdo.