El Ascensor es el balance semanal de Los Andes donde los protagonistas de la política nacional y provincial suben o bajan según lo que el destino, sus acciones y sus palabras le deparan.
4° Piso - PATRICIA FADEL
Es una de las históricas del peronismo mendocino. Fue concejal, legisladora provincial y nacional, y también ocupó cargos ejecutivos como en el Banco Nación durante la segunda presidencia de CFK. Pero por esas cosas de la política partidaria (y del voto de la gente, claro) se quedó sin nada después de las elecciones de 2019. Ahora, dicen que los buenos oficios de Anabel Fernández Segasti sirvieron para que Alberto Fernández la nombrara en el Consejo de Administración del Fondo Fiduciario Federal de Infraestructura Regional, un organismo que gestiona plata que se les envía a los gobernadores. ¿La habrá llamado a Patricia esta semana Suárez?
3° Piso - JOSÉ VALERIO
El juez de la Suprema Corte de Mendoza fue designado presidente del Consejo de la Magistratura, órgano que evalúa a los postulantes a magistrados en la provincia. La llegada de Valerio a este lugar fue tras -milagrosamente- haberse llegado a un acuerdo interno en la Corte, ya que al supremo del “ala radical” lo secundará uno del “ala peronista”, Julio Gómez. Parece que las rencillas están empezando a quedar en el olvido en el Máximo Tribunal, o al menos han dejado de hacerlas públicas tras el escándalo con Teresa Day.
2° Piso - LUCAS ILARDO
Para los despistados, el senador provincial camporista parecía haberse llamado a silencio en las últimas semanas. Pero hay una razón: el joven legislador se contagió de Covid-19, por lo que tuvo que permanecer aislado. Ya casi recuperado, esta semana reapareció (en Twitter claro, su red social favorita) para ponerle los puntos a Lilita Carrió, que había derrapado comparando a Fernández Sagasti con un “soldado de Hitler”. Ilardo le dijo a la líder de la CC que mientras ella con la Alianza “destruía al país” en 2001, Anabel “era voluntaria en casa cuna, moza para pagar sus estudios y militante en barrios humildes de Mendoza”.
1° Piso - RODOLFO SUÁREZ
A diferencia de Ilardo, el Gobernador zafó del virus (aunque lo hisoparon por las dudas) y también de Alberto Fernández, que para no quedar pegado con una posible vuelta de Mendoza a Fase 1 le dio vía libre a Suárez para que haga y deshaga en materia de pandemia en nuestra provincia. Así, Suárez se apuró en salir a aclarar que él no quiere poner más restricciones y que todo depende de que cada uno se cuide y se quede en casa. Si le sale bien, el mandatario va a subir en este Ascensor más rápido que nunca.
Planta Baja - LÁZARO BÁEZ
El ex canjero de banco que en el país de las mil oportunidades terminó convertido en un magnate de la construcción, consiguió después de mil y un intentos que algún juez le expidiera el certificado de prisión domiciliaria. Como en su carrera como “emprendedor” Baéz consiguió hacerse de varias propiedades, eligió una en un country bonaerense para seguir cumpliendo su detención vip. Sin embargo, los vecinos del barrio le impidieron el ingreso. “Que lo aloje Cristina en Hotesur”, bromeó alguien por ahí.
1° Subsuelo - HORACIO RODRÍGUEZ LARRETA
El jefe de Gobierno porteño viene resistiendo los embates de los macristas más puros por su ambivalencia a la hora de relacionarse con Alberto Fernández. Pero el Presidente, que a veces le dice “mi amigo”, ayer le pagó esa amistad con una piña: le quitó $ 35 mil millones de la coparticipación de la CABA para dárselos a su amigo de verdad, Kiciloff (en realidad, el amigo de CFK). Ahora, todos en la oposición esperan que el bueno de Larreta empiece a poner cara de malo para que la Nación no le siga saqueando la “opulenta Buenos Aires”. Ayer eligió poner un amparo judicial. ¿Le alcanzará?
2° Subsuelo - AXEL KICILLOF
Y hablando del ex ministro de Economía del kirchnerismo: ni el cheque millonario que le extendió el Presidente lo salva de caer al fondo de este Ascensor. El verborrágico gobernador que desbancó al macrismo (o que le devolvió al peronismo la provincia) se quedó mudo esta semana ante la rebelión policial de la bonaerense que le estalló en las manos y en las de su mediático ministro de Seguridad, Sergio Berni. Ayer, Kiciloff salió a anunciar un aumento salarial para los policías con esa plata de la Nación, pero el fuego no se apagó. ¿Será Berni el extintor o el fusible a cambiar?
