La semana próxima inician las instancias de debate en comisiones de la Cámara de Diputados de la reforma de la Suprema Corte de Justicia de la provincia. El peronismo ya pidió que participe una decena de expositores, pero podría haber más todavía, como el Colegio de Abogados y Procuradores, solicitado por el oficialismo.
Aunque haya un “festival” de notas formales de invitación, nada hará cambiar los tiempos previstos por Cambia Mendoza para el tratamiento del proyecto en el recinto. El oficialismo espera tener la ley sancionada a mediados de octubre, para lo cual tiene los votos en el recinto. También se advierte malestar en el oficialismo por las actitudes de la oposición y la mediatización del debate.
“Tienen más invitados que una juntada de amigos de Roberto Carlos”, ironizó un dirigente de Cambia Mendoza que ya avizora el desfile de voces opositoras al proyecto enviado por el gobernador Rodolfo Suárez. Allí se proponen cambios de fondo en el máximo tribunal, como la eliminación de las actuales, el sorteo de jueces, la obligación de definir las causas más importantes en plenario y nuevas funciones para la sala Administrativa.
La lapicera de Difonso
Dentro de la Suprema Corte de Justicia hay dos sectores marcados por la política. Del lado del oficialismo está no sólo el presidente del máximo tribunal, Dalmiro Garay, sino también Pedro Llorente, María Teresa Day y José Valerio. Del lado filo peronista, se encuentran Mario Adaro, Omar Palermo y Julio Gómez. Por eso el enojo de los referentes del peronismo en la Legislatura: entienden que los plenarios en varios tipos de causas, implicará una “mayoría automática radical” en las sentencias.
Con este ambiente cada vez más caliente, el debate se hará dentro de la comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales, que está presidida por Jorge Difonso, un aliado del frente Cambia Mendoza, pero quien ha manifestado diferencias en algunos temas. Aunque no sería todavía el caso de los cambios en el funcionamiento interno del máximo tribunal provincial.
La lapicera de Difonso es clave en la firma de las invitaciones formales. Hasta este momento ingresaron solicitudes, por parte del peronismo, para que se expresen Aída Kemelmajer de Carlucci y Alejandro Pérez Hualde, dos ex ministros de la Corte, y Arturo Lafalla, ex gobernador mendocino. Los dos primeros ya anticiparon su rechazo a la iniciativa. También ha pedido el PJ la presencia en la Legislatura de los siete ministros de la Suprema Corte de Justicia.
“El criterio de la comisión siempre ha sido recibir gente en todos los temas, esa siempre ha sido nuestra característica”, destacó Difonso, el sancarlino que conforma Unión Popular-Frente Renovador a Los Andes.
¿Invitarán a todos?
Con la oposición envalentonada en remarcar que el proyecto sólo tiene la intención de aplicar mayorías radicales en las sentencias, entre otras consideraciones, ya corren pedidos para una decena de voces en contra. Entonces más de uno se pregunta cuál será el límite de invitados, teniendo en cuenta que se pueden abrir puertas a más notas. Los tamices podrían ser la calidad del aporte y la necesidad de evitar el panel de voces “sólo para rellenar”.
Por ese motivo, el martes 13 se conformará un cronograma para arrancar el debate al que no se le quiere quitar profundidad, según manifiesta el oficialismo, pero no por eso, se dilatarán los plazos. “Si LAC tiene que funcionar todos los días, que funcione”, disparó un oficialista, en relación a que esta comisión se reúne hoy sólo una vez a la semana.
El primer expositor será Marcelo D’Agostino, subsecretario de Justicia, que irá a defender el proyecto el jueves 15. Será frente a los integrantes de la comisión y sus pares del mismo órgano en el Senado, ya que los legisladores de las dos cámaras se reunirán para agilizar los tiempos. Luego de la exposición del D’Agostino, se sabrá el orden del resto de las voces.
Seguramente los argumentos del funcionario se sostengan en lo que se viene diciendo: que el nuevo sistema asegura “transparencia” en la emisión de los fallos al eliminar los turnos de quincenas de cada sala y dejar de especular con jueces afines a los intereses de los demandantes.
De acuerdo con el nuevo sistema, se sortearán tres ministros por causa, incluído el presidente de la Corte para los conflictos entre poderes, las acciones de inconstitucionalidad y las acciones colectivas, entre otras denuncias. El Gobierno también considera que la “grieta política no es tal en la generalidad de los casos: “Hay fallos de causas penales que han salido cinco a dos, no cuatro a tres”, argumentan.
El “espíritu” del proyecto
“Estamos abiertos a recibir las visitas en LAC, las ya comunicadas, y también estamos dispuestos a discutir cambios, siempre y cuando no se modifique el espíritu central y que garanticemos el correcto funcionamiento de la Corte”, expresó Andrés Lombardi, presidente de la Cámara Baja, ante la consulta puntual de Los Andes respecto de la flexibilidad del oficialismo en el debate.
Para el caso de Lafalla, Kemelmajer de Carlucci y Pérez Hualde, podrían asistir el mismo día a comisiones. Mientras que para el caso de los supremos, una posibilidad es evitar el plenario (hay que ver quiénes irían) y que cada uno disponga de una cantidad de tiempo para opinar. Este procedimiento también sería en la jornada prevista para este fin.
Todos estos detalles se sabrán el próximo martes, y hay dudas sobre nuevas notas formales pidiendo participar. En Cambia Mendoza se plantarán en marcarle la cancha a la oposición, que se muestra álgida con la estrategia de denostar el proyecto.
Las negociaciones, o los intentos, habían empezado mal cuando una vez conocida la letra de la iniciativa, empezaron a viralizarse tuits de referentes del kirchnerismo disparando munición gruesa contra el proyecto. El PJ considera que el proyecto busca una mayoría automática en la Corte con motivos concretos: habilitar el roll over financiero sin participación de la Legislatura, por ejemplo.
Las expresiones kirchneristas no fueron las únicas que cayeron mal en el oficialismo. Los dos anuncios sobre los expositores pedidos giraron por los medios antes que de ingresaran formalmente por el sistema. En Cambia Mendoza se quejan por la manera de informar del peronismo, a través de los medios y no por los canales institucionales. “Después se quejan de nosotros”, rezongó un radical.