El presidente Alberto Fernández inauguró este miércoles el período de sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación, el último de esta gestión de gobierno, y crece la expectativa a los mensajes que enviará en su discurso.
El clima con la oposición se caldeó a partir de que el Presidente defendió la decisión de quitarle coparticipación federal a Ciudad de Buenos Aires.
También a partir de que cuestionó en forma muy dura a la Corte, al sostener que en la Justicia hay “vínculos poco transparentes entre jueces y empresarios del poder”.
“No pretendo descalificar en su totalidad al Poder Judicial por las conductas de algunos de sus miembros. Conozco la honestidad de muchos magistrados y funcionarios judiciales. Pero no podemos seguir mirando impávidos cómo las disputas palaciegas desatadas en el más alto tribunal del país por controlar el manejo de los recursos económicos del Poder Judicial acaban desatando abusos inadmisibles”, remarcó el Presidente.
“Hace unos meses esta organización coronó su actuación con una condena en primera instancia a la vicepresidenta de la Nación. Lo hicieron tras simular un juicio en el que no se cuidaron las formas mínimas del debido proceso.
Estos párrafos generaron reacciones y gritos en el recinto. También señas y críticas por parte del Presidente hacia uno de los que lo cuestionaba, el diputado del PRO Fernando Iglesias. También parte de la oposición, como el senador radical Martín Lousteau y el propio Iglesias, quienes dejaron el recinto en ese momento.
“Así como el Poder Ejecutivo padeció la intromisión del Poder Judicial en funciones que le son propias, este mismo Congreso debió soportar la intromisión en sus prerrogativas cuando la Corte Suprema se arrogó indebidamente la facultad de disponer cómo debe este cuerpo legislativo designar sus representantes ante el Consejo de la Magistratura”, destacó también Alberto Fernández.
COPARTICIPACIÓN
En su discurso, Fernández instaló la tensión en el recinto cuando se refirió al conflicto por la coparticipación federal que el gobierno nacional mantiene con la administración del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
“Mientras que muchas provincias necesitan realizar obras que permiten asegurar servicios tan esenciales como el agua potable para sus habitantes, la Corte Suprema de Justicia aseguró cautelar a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires recursos coparticipables que no le corresponden contrariando la ley de coparticipación vigente. Le quita dinero a los que más necesitan y destina esos mismos recursos a la ciudad más opulenta del país”, lanzó el primer mandatario.
Sus palabras generaron aplausos entre los diputados oficialistas pero también gritos, y hasta algunos insultos, entre los integrantes de la coalición opositora Juntos por el Cambio. “Que nadie se equivoque, soy orgullosamente porteño. Amo esta ciudad en la que nacieron Jorge Luis Borges, Roberto Arlt, Marta Minujin, Niñí Marshall, Aníbal Troilo, Marta Argerich y Luis Alberto Spinetta. Seres extraordinarios que marcaron nuestra cultura”, continuó Alberto Fernández y advirtió: “No puedo ser indiferente al ver las asimetrías que separan a esta maravillosa ciudad de los rincones de la Patria en donde se postergan los sueños de argentinos que parecen condenados al olvido”.
El Presidente se refirió así al conflicto que se desató cuando su administración decidió reducir las partidas que recibe la Ciudad de los fondos coparticipables, al afirmar que el ex presidente Mauricio Macri le entregó a esa jurisdicción más de lo que correspondía para cubrir el traslado de la Policía.
Esa disputa llegó a la Corte Suprema y el máximo tribunal dictó una medida cautelar para que la Casa Rosada continúe transfiriendo las partidas a la Ciudad hasta que se resuelva la cuestión de fondo.
“Es un honor que me insulte diputado (Fernando) Iglesias, es un honor que me insulte”, dijo Alberto Fernández ante los crecientes gritos de los opositores. Y en medio de la tensión, el senador radical por la Ciudad, Martín Lousteau, abandonó el recinto.
El primer mandatario continuó luego con su discurso y remarcó que “los recursos coparticipables se distribuyen de acuerdo a las formas establecidas por una ley convenio que han firmado cada una de las provincias argentinas y el Estado Nacional”. “La Ciudad Autónoma de Buenos Aires no forma parte de ese convenio. No tiene derechos sobre esos recursos. Debe recibirlos del Estado Nacional cuando este le transfiere un servicio que hasta ese momento prestaba. Esa decisión es parte de la gestión administradora del Poder Ejecutivo Nacional y no puede ser sustituida por otro poder de la república”, aseguró.
“La intromisión de la Justicia en la ejecución presupuestaria es definitivamente inadmisible. Excede sus facultades, olvida la regla jurisprudencialmente fijada que reconoce cuestiones políticas no judiciables y pone en riesgo la lógica redistributiva de la Ley de Coparticipación Federal causando un severo daño al equilibrio de las cuentas públicas del Estado nacional”, subrayó contra la Corte Suprema y ante la mirada de dos de los integrantes del máximo tribunal: el presidente, Horacio Rosatti, y el vice, Carlos Rosenkrantz.
Rodríguez Larreta también escuchó los planteos del Presidente desde uno de los palcos del Congreso de la Nación.
COMIENZO
A cuatro minutos de iniciado su discurso de apertura de la sesiones ordinarias del Congreso, Fernández hizo un breve repaso sobre los 40 años de democracia que se cumplen el próximo 24 de marzo. Fue entonces que aludió al intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner ocurrido el 1 de septiembre del año pasado. La Asamblea Legislativa reunió al Presidente y a la Vicepresidente en un mismo ámbito después de casi nueve meses.
“Quiero señalar en este instante de revalorización de la democracia que hace seis meses estuvimos frente a unos de los episodios más desgraciados vividos en estos 40 años como fue el intento de asesinato de nuestra presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner”, dijo Alberto Fernández. La mención fue muy aplaudida por los diputados y senadores del Frente de Todos.
“Frente a todos ustedes -dijo el Presidente- vuelvo a exigir hoy a la justicia que profundice la investigación de aquel hecho, juzgue y condene a quienes fueron los autores materiales e intelectuales de ese intento de homicidio”. La transmisión televisiva por cadena nacional en esos momentos tomó las presencias de los jueces de la Rosatti y Rosenkrantz. Faltaron a la cita los otros dos integrantes del máximo tribunal de justicia del país, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti.
El Presidente dejó un último párrafo muy crítico al Poder Judicial. “Le pido a la justicia que actúe con la misma premura con la que archiva causas en la que jueces, fiscales o empresarios poderosos asoman como imputados”, afirmó, también recibiendo aplausos desde las bancas oficialistas.
Minutos después, el Presidente volvió a aludir a Cristina y también a los sectores kirchneristas críticos de su gestión. “Fui eI que estuvo al lado de Cristina cuando es perseguida injustamente y el que reclama y hace todo lo republicanamente posible desde hace años para que la justicia vuelva a abrazar el derecho y deje de servir a factores de poder persiguiendo a quienes representan el pensamiento popular”, dijo. Y se autoreivindicó: “criticaban mi moderación, pero con mi moderación fui capaz de enfrentar a los acreedores privados y pude ponerle freno a los condicionamientos que el Fondo Monetario Internacional le había puesto al gobierno que me precedió”.
También señaló que “muchos de los medios expresan intereses económicos y políticos opositores al gobierno que ocultan o tergiversan información a sus lectores, oyentes o televidentes” y destacó los “éxitos” de su modelo “moderado” de gestionar. “Con mi moderación pude enfrentar a los acreedores privados y pude ponerle freno a los condicionamientos al Fondo Monetario Intenacional y con esa moderación puse el pecho a la pandemia”.
LA INFLACIÓN
El Presidente aseguró que “la inflación constituye un problema estructural de la Argentina” y advirtió que “no podemos persistir con políticas que generan déficit”.
“La alta inflación que todos sufrimos es un factor central de desorganización de nuestra economía”, apuntó el primer mandatario luego de ponderar varias de las variables de la economía Argentina.
El Jefe de Estado, que se encargó de agradecer el “compromiso” del ministro de Economía, Sergio Massa, se refirió a la crisis vinculada con la incesante suba de los precios, fenómeno que volvió a tomar fuerza en el arranque del año tras acumular un avance superior 94,8% en 2022 (el más alto desde 1991).
“Puedo hablar con ustedes francamente de la pobreza, de la inflación, de la inseguridad y de los bajos ingresos. Entiendo el malestar y la queja de los más débiles. Pero también veo lo que está bien, y cómo se oculta, y cómo se intenta generar desánimo y malestar”, dijo.
El presidente Fernández reconoció que “todos sabemos bien que la inflación constituye un problema estructural de la Argentina que se remonta a décadas” pero aseguró que su gobierno está abocado “a reducirla sin generar incrementos en los niveles de pobreza o frenos en el proceso de crecimiento que venimos experimentando”.
“No resulta una tarea sencilla. Quienes minimizaron el problema acabaron por profundizarlo”, agregó.
“Que quede claro. No necesitamos al FMI para saber que debemos lograr el equilibrio fiscal. No podemos persistir con políticas que generan déficit en nuestras cuentas públicas. Porque, aunque no sea factible alcanzar ese objetivo de la noche a la mañana, el equilibrio fiscal debe ser nuestro horizonte”, señaló.
Y completó: “Tampoco necesitamos al FMI para saber que la Argentina debe aumentar sus exportaciones. Si no generamos divisas no vamos a poder sostener nuestra actividad económica y eso va a significar menos trabajo y salarios más bajos. Cuidar el valor de la divisa es fundamental para seguir el camino del crecimiento”.
En ese contexto, rechazó los constantes cuestionamientos de la coalición opositora Juntos por el Cambio. “A menudo escuchamos a los que anuncian crisis financieras y devaluaciones bruscas. Intentan sembrar incertidumbre y generar desconfianza. Quienes hicieron estallar la economía argentina hace apenas tres años, son los mismos que ahora anuncian que una bomba explotará en el futuro”, replicó.
DETRÁS DE ESCENA
Máximo Kirchner, ausente. Enfrentado con Alberto Fernández, es el único diputado ausente en la asamblea legislativa.
Milei, presente. El diputado libertario y candidato a presidente Javier Milei, criticado en varias oportunidades por sus ausencias en las sesiones, fue uno de los primeros en sentarse en el recinto a la espera del presidente, aunque se retiró mucho antes de que finalizara el discurso. Llegó junto a su compañera de bloque, Victoria Villarruel, y tomó su ubicación habitual, contra la pared de mármol.
De espaldas. El diputado Fernando Iglesias, una de las voces más filosas del PRO, le dio la espalda al presidente. Sentado en primera fila, a muy poca distancia de Alberto Fernández, el legislador giró su banca, se cruzó de piernas y miró su celular mientras hablaba el presidente. Luego criticó e insultó al Presidente, y se fue del recinto.
Platea. En uno de los palcos de la primera bandeja se ubicó el presidente de la Auditoría General de la Nación (AGN), Jesús Rodríguez, a quien se vio charlando con el publicista “Pepe” Albistur, amigo personal de Alberto Fernández. En el palco contiguo se sentó la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estelela De Carlotto.
La Corte, presente. En medio de la polémica polémica por la posible mención de Alberto Fernández al juicio contra la Corte Suprema que él impulsó,están presentes en el recinto de los jueces Horacio Rosatti (presidente) y Carlos Rosenkrantz.
YPF. En el otro extremo, compartieron un palco los presidentes de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja; de YPF, Pablo González; y de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani.
Moyano, presente. También se mostraron juntos en otro palco el sindicalista camionero Hugo Moyano; y los dirigentes sociales Daniel Menéndez y Esteban “Gringo” Castro
Cúpula femenina. Por primera vez en la historia, tres mujeres acompañaron al presidente en la cabecera de la ceremonia: la vicepresidenta Cristina Kirchner, la presidenta provisional del Senado, Claudia Ledesma Abdala de Zamora, y la titular de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau.
Las pancartas de la izquierda. Como es costumbre, los diputados del Frente de Izquierda (Myriam Bregman, Nicolás Del Caño, Romina Del Plá y Alejandro Vilca) pegaron carteles en sus bancas, con las leyendas “Fuera los políticos del FMI”; “Alberto, entre los bancos y los jubilados, elegiste a los bancos”; “Todo el apoyo al paro docente”; y “Desconocimiento del gobierno golpista de Perú”.
Larreta, presente. Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gobierno de CABA, aparece entre los presentes. El primer mandatario provincial en llegar fue el puntano Alberto Rodríguez Saá, quien está distanciado de Alberto Fernández. A su lado se sentaron Sergio Ziliotto (La Pampa) y Raúl Jalil (Catamarca). También se encuentran Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Gustavo Bordet (Entre Ríos).