Para muchos no era una cara conocida y fue la gran sorpresa que tuvo la presentación de precandidatos a gobernador. Es que Omar Parisi (63), a pesar de militar desde el 2011 en las filas del kirchnerismo, viene del PD y no era tan reconocible al principio entre la militancia.
Nació en Rivadavia, su papá era gerente del Banco Mendoza, su mamá ama de casa y sus abuelos contratistas de viña. Una familia alejada de la política. Su papá cuando se enteró que se iba a meter en la política le advirtió que: “Te pido que seas honesto y que lleves las cosas adelante con honestidad. Y que tengas el orgullo de llevar este apellido y que no lo manches”.
Actualmente vive en un barrio privado de Luján de Cuyo (Rincón de Terrada) con su esposa, la diputada provincial Marisa Garnica y dos de sus hijos. Tiene una familia numerosa, por lo que tiene una casa espaciosa. Y con un jardín que tiene lugar para todo tipo de actividades: pileta, un interminable césped verde perfectamente cuidado, un horno de barro, una churrasquera e incontables mesas con sillas.
“Tuvimos que hacer una casa donde pudiéramos entrar todos. Y hoy sigue siendo la casa de mis nietos. Acá la vida familiar es permanente”.
Dice que lo más importante de su vida son los amigos. “No creo en ningún emprendimiento ni en nada que no haya afecto. En cualquier cosa que se vaya a encarar en la vida, sobre todo si es mancomunada, tiene que haber afecto”, reflexiona y agrega: “si jugamos al fútbol, al fútbol. Si almorzamos, almorzamos. Y si trabajamos, trabajamos. Pero donde estemos tiene que haber afecto”.
Tiene 5 hijos: Franco, Lucas, Mauro, que juegan al fútbol. Y Carla y Mariela que juegan al Hockey en Los Tordos.
Es hincha fanático de la Lepra, se emociona hasta las lágrimas cuando recuerda que su hijo Lucas jugó en el equipo que amó toda su vida. “Eso rompió todos los esquemas. Que tu hijo juegue en el club del que sos hincha. Y jugar en serio. Rompió todos los esquemas de la pasión”.
“Para nosotros el deporte en mi casa fue una vía de educación. Y de guía. Y creo que mis hijos son buenas personas por eso”, dijo con la emoción que le provoca hablar de uno de los pilares de su vida: sus hijos. Es tan fuerte el deporte que hasta dice que “se muere si un día no va a la cancha”, y entre algunas risas admite: “Si me preguntás si vas a los actos escolares, no. Prefiero ir a verlos cuando juegan al fútbol”.
Tiene además 5 nietos: Francesca (8), Felipe (7), Simón (4) , Napoleón (3) y Donatella (3). “Los chicos hoy vienen con una chispa distinta. Así que algunos me cantan ‘Borom bom bom, Borom bom bom, Parisi gobernador’”.
Es un lector apasionado, lo que más le gusta son las historietas. “Arranqué con el Patoruzito”, se ríe y acota “estoy vendiendo mi edad”. En cuestión de libros es fanático de: Julio Verne, los libros de James Bond y Agatha Christie.
“Ya un poquito más elevado, leí libros de Yuval Noah Harari, Zygmunt Bauman y Noam Chomsky”. De Perón leyó algunas biografías y el manual de conducción política y de Evita leyó “La razón de mi vida”.
Parisi tiene una anécdota particular con Néstor Kirchner. En 2006 tuvo que enfrentar como intendente el terremoto que sacudió Mendoza. Se dañó la Iglesia y varias casas de los vecinos lujaninos. El primero que lo llamó fue Celso Jaque que lo invitó, junto con Adolfo Bermejo que en ese momento era el intendente de Maipú y también se había visto afectado por los daños que provocaron el terremoto, a Buenos Aires. “Yo era del Partido Demócrata en ese momento. Entonces, el gesto fue muy abierto y de una apertura absoluta”. Viajaron. “trajimos plata, conseguimos fondos para hacer viviendas, para recuperación”. Pero, durante el viaje, Celso Jaque le dice “¿Querés conocer a Nestor Kirchner?” a lo que Parisi le responde “¿Por qué no?”.
Así fue como fueron al despacho del entonces Presidente de la Argentina. Estuvieron hablando un rato sobre política. Y cuando se estaban yendo, Néstor Kirchner le dice al intendente Demócrata: “vos no te has dado cuenta pero vos sos peronista”, y la situación quedó entre risas.
Ahí comenzó el camino hacia el justicialismo. Hoy, su círculo íntimo le pregunta todo el tiempo “¿por qué te metés en política?.
Reflexiona al respecto: “Estás en el sector privado ganás muy buena plata o sea, está trabajando a niveles interesantes. No tenés problemas, no tenés posición pública, podés hacer la vida que quieras, pero las vocaciones son algo difícil de explicar para quien no las vive”.
“Es mi pasión (la política) y creo que es la única herramienta que permite cambiar la vida de las personas. La política es la herramienta necesaria para hacer que vivamos mejor y yo quiero y deseo que la gente se ponga en la rueda”, remata.