“De los errores aprendemos. Hay una demanda y a partir de este lunes vamos a prestarle atención y resolver el problema que la gente nos plantea”. Anoche, desde el búnker del Frente de Todos, el presidente Alberto Fernández reconoció la mala performance de la alianza oficialista Frente de Todos en las elecciones primarias: las listas de la opositora Juntos por el Cambio reunían más votos que el oficialismo a nivel nacional, imponiéndose en 15 provincias. El Frente de Todos perdió en 18 distritos.
El resultado de las primarias no pudo ser más auspicioso para las listas de Juntos por el Cambio, de cara a las elecciones legislativas nacionales del 14 de noviembre, cuando se elijan 127 diputados nacionales y 24 senadores.
Juntos por el Cambio se impuso en dos importantes provincias gobernadas por el peronismo como Buenos Aires y Santa Fe. Más previsibles, acaso, fueron las elecciones de Juntos en Ciudad de Buenos Aires, Mendoza y Córdoba. Sorprendieron también las performances opositoras en Entre Ríos, La Pampa, Chubut y Santa Cruz, otras provincias oficialistas.
La alegría (aunque no euforia) en el búnker de Juntos por el Cambio en Costa Salguero contrastó anoche con las caras serias del centro oficialista en el barrio de Chacarita. De proyectarse la tendencia de las PASO a las generales, por ejemplo, el oficialismo perdería las elección a senador en seis de los ocho distritos, con lo que peligraría el quorum en la Cámara Alta
“No vamos a ser Venezuela. Vamos cómo soñamos a la Republica con libertad e igualdad. Lo más emocionante es la rebelión de los pobres que ya no quieren ser esclavos del Kirchnerismo. La gran victoria de noviembre está asegurada. Gracias a Dios”, escribió en Twitter Elisa Carrió pasadas las nueve de la noche, confirmando los rumores sobre el batacazo de Juntos en la provincia de Buenos Aires.
Caras largas en el bunker oficialista
El Frente de Todos asumió los malos resultados con una foto de unidad: Alberto Fernández y Cristina Fernández (que regresó de Río Gallegos) subieron al escenario del bunker oficialista, junto a otros grandes referentes como Máximo Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof. Fernández fue el único orador: “Seguimos convencidos de que estamos frente a dos modelos de país, un modelo que a todos incluye y otro que deja a millones de costado”, dijo.
“Les pido que mañana mismo vayan a hablar con sus vecinos, la campaña acaba de empezar y en noviembre tenemos que ganarla”, propuso con un objetivo esperanzador.
“Les pido que nos pongamos un objetivo en la cabeza, de acá a noviembre, cumplir la palabra que estoy empeñando, vamos a escuchar, vamos a hacer lo que no se haya hecho”, concluyó Fernández. No será una semana sencilla para el oficialismo. Ya se habla de “voto castigo”.
Se trató de una elección histórica por el contexto de la pandemia, que obligó a desplegar un operativo sanitario y de seguridad inédito. Con todo, el nivel de participación arañó el 70%, cuando en las PASO del 2017.
La inflación interanual del 51 por ciento y los salarios con tres años a la bajo, pesaron más que los números auspiciosos que muestra la actividad económica según se empeñó en mostrar el gobierno en los últimos quince días. El manejo de la pandemia también quedó en discusión. Muy probablemente, el affaire del festejo en Olivos durante la cuarentena dura del año pasado, explique parte del voto bonaerense.
En el macrismo, todo es alegría
En Juntos quedan buenas sensaciones para las elecciones de noviembre. Llamó la atención que Mauricio Macri no esperó a los festejos medidos en Costa Salguero. Como si le hubiese dejado el escenario a Horacio Rodríguez Larreta, quien en estas PASO echó a andar sus proyecto presidencialista: el enroque Santilli-Vidal le salió perfecto.
En la UCR se confirmaron los liderazgos del gobernador Gerardo Morales y de Alfredo Cornejo en Mendoza. Habrá que ver cómo se mueve Martín Lousteau (tiene una alianza táctica con Larreta en el distrito porteño). Gastón Manes, derrotado en la interna por Santilli, quedó rezagado en la carrera de largo aliento hacia el 2023.
Las PASO también dejaron buenos rendimientos de los economistas liberales, Javier Milei (CABA) y José Luis Espert (Buenos Aires), y del Frente de Izquierda en distintas provincias.
La Casa Rosada privilegió dos ejes para la campaña: la recuperación económica y el plan de vacunación contra el Covid. También se avaluaba que el Presidente, pese al affaire del festejo en Olivos durante la cuarentena dura, debía seguir poniéndole el cuerpo a la campaña. Así, Fernández visitó en las últimas dos semanas San Juan, La Pampa, Catamarca, Misiones y Chaco, además de Buenos Aires.
“Tengo por delante dos años de gobierno, no voy a bajar los brazos, humildemente les pido que me ayuden, quiero terminar este mandato sin pobres y con gente con trabajo”, dijo anoche Fernández. Las generales de noviembre son ahora un gran interrogante para el Gobierno nacional.