El gobierno nacional comenzó a moverse en un delicado terreno, signado por las tensiones en el Frente de Todos, la crisis sanitaria, económica y social que instaló el coronavirus, y la cuenta regresiva hacia las elecciones legislativas.
En ese contexto el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, fue el encargado de tratar de apaciguar los ánimos de dos de los principales dirigentes sociales de la coalición oficialista Juan Grabois y Emilio Pérsico, quienes criticaron en duros términos la decisión de reforzar la asistencia para los sectores más vulnerables a través de la Tarjeta Alimentar.
“El gobierno nacional ha decidido que la política pública de la Tarjeta Alimentar es más eficiente a la hora de llegar a ese hogar que tiene niños de entre 0 y 14 años, y que de ese modo puedan acceder a los alimentos que están necesitando”, dijo el jefe de ministros luego de recordar que en ese segmento la pobreza se ubica por encima del 57 por ciento.
Cafiero evitó polemizar con Grabois, quien lidera el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y del Frente Patria Grande, y con Pérsico, quien además de conducir el Movimiento Evita es secretario de Economía Social del Ministerio de Desarrollo. Lo hizo a pesar de que ambos criticaron con dureza el funcionamiento de ese programa: para Grabois, representa una “política estúpida”, y para Pérsico, es “pan para hoy y hambre para mañana”.
Este no es más que otro capítulo de las tensas deliberaciones que por estos días se llevan adelante en la Casa Rosada y que, en muchos casos como el de las tarifas, exponen diferencias extremas.
Pero más allá de los cortocircuitos y el cruce entre Martín Guzmán y el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, aún en la Casa Rosada se insiste con la premisa de cuidar a la macroeconomía, es decir, hacer un uso racional de los recursos en mano y también de las partidas adicionales que lleguen por el aumento de la recaudación asociado al buen momento de los commodities internacionales.
“No es un tema menor cuidar la macroeconómica y esto no es para tener un gesto con el FMI sino para que la marcha sea compatible con una política de reducción de la inflación”, repasó un funcionario del Gobierno nacional que participa de las definiciones económicas ante la consulta de este medio.
La carrera de los precios opaca cualquier gestión del Gobierno. Se lo dijo Esteban “Gringo” Castro, secretario General de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) al propio Fernández durante la reciente reunión de la Mesa del Hambre en la que se anunció el refuerzo de la Tarjeta Alimentar.
“Cada vez que el gobierno toma una medida apoyado en su pueblo para mejorar las condiciones de vida de los más humildes, se lo come el aumento de las tarifas y de los alimentos que tenemos que consumir”, se quejó el referente social.
En el Gobierno nacional reconocieron ese drama. Al encabezar el lunes el lanzamiento de una línea de créditos del Banco de la Nación Argentina para la digitalización de PyMEs, con tasas subsidiadas por el Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP), Cafiero llamó a replicar la “sensibilidad política” en el mundo empresarial.
“Necesitamos del compromiso de nuestros empresarios para que el esfuerzo de la recuperación no se vaya por la canaleta de los precios”, apeló.