Tras varias horas de un sugestivo silencio, el gobierno de Alberto Fernández se pronunció oficialmente para expresar su “preocupación” por la escalada de tensión en Ucrania y apeló a encontrar una “solución pacífica”. Pero a diferencia de los Estados Unidos y la Unión Europea, lo hizo sin condenar la avanzada militar del presidente ruso, Vladimir Putin, en apoyo a los separatistas ucranianos.
“La República Argentina expresa su preocupación por el desarrollo de la situación generada en Ucrania. El Gobierno argentino reafirma la necesidad de que todas las partes involucradas avancen en una negociación diplomática que permita una salida política a la creciente tensión en el este de Ucrania, a fin de mantener la paz y la seguridad internacionales”, indicó un comunicado que difundió la Cancillería, ya entrada la tarde del martes.
En el mismo texto, se indicó que el Gobierno argentino “en este marco apela a todas las partes involucradas a resolver sus diferencias a través del diálogo, con apego a los principios de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho Internacional, la solución pacífica de las controversias, el no uso de la fuerza entre estados y con pleno respeto de los derechos humanos”.
Fue un pronunciamiento obligado ante el conflicto en el viejo continente que en las últimas horas pareció adentrarse en un camino de no retorno con la decisión de Putin de reconocer la independencia de Donetsk y Lugansk, las regiones ucranianas dominadas por separatistas prorrusos, y ordenar (con el aval del parlamento ruso) el envío de tropas al Donbás.
La maniobra encendió las alarmas en la comunidad internacional y las principales potencias rápidamente salieron tomar posición. Primero, en la Unión Europea aprobaron por unanimidad sanciones contra Rusia, tal como más tarde lo hizo el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien alertó que los acontecimientos representaban “el comienzo de una invasión rusa en Ucrania” y anunció la movilización de tropas.
En ese escenario, las horas de mutismo en la administración de Alberto Fernández alimentaron conjeturas en el plano doméstico y el conflicto se coló en la conferencia de prensa que brindaron los referentes de Juntos por el Cambio al término de la primera reunión de la mesa federal.
“Una actitud prescindente de nuestro de nuestro país, de nuestro Gobierno, nos puede poner en cómplices en la eventualidad de una guerra que es innecesaria y se puede evitar. La necesidad de bregar por la paz y el cumplimiento de todos los compromisos asumidos en el marco de las Naciones Unidas debe ser la consigna, así que le exigimos al gobierno nacional que fije una posición contundente”, manifestó el titular de la UCR, Gerardo Morales, en línea con lo que también expuso su par de Propuesta Republicana (PRO), Patricia Bullrich.
En JpC no quedaron satisfechos con el pronunciamiento oficial de Cancillería. “El Gobierno no habla con firmeza cuando Rusia acaba de violar el principio básico sobre el cual se apoyan las Naciones Unidas: la unidad territorial y la soberanía de Ucrania. Queda en evidencia el error cometido por Alberto Fernández visitando a Putin en pleno acoso a UCrania”, se quejó Mario Negri, el jefe del interbloque de JpC en Diputados.
La crisis en Ucrania dejó al gobierno en una situación más que incómoda, fundamentalmente porque la administración de Fernández aprovechó al máximo sus vínculos con Rusia y con los Estados Unidos para conseguir el tan necesitado respaldo en el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Esa apuesta por el multilateralismo comenzó a hacer ruido a principios de febrero, durante la última gira por el exterior que realizó el presidente Fernández, que incluyó escalas en Rusia y China. En ese viaje, al ser recibido por Putin, Fernández dijo que la “Argentina tiene que ser la puerta de entrada para que Rusia ingrese en América Latina”. Y hasta le manifestó a su par ruso que el país quería “dejar de tener esa dependencia tan grande” con los Estados Unidos y el FMI.
Poco después, el Presidente tuvo que aclarar sus expresiones: “Creemos que debemos tener con los Estados Unidos una relación madura, franca, sincera, de respeto mutuo. Nosotros no hicimos estas cosas (el viaje a China y Rusia) pensando en perjudicar a alguien. Queremos tener esa misma relación con Rusia, China, Chile, Uruguay, Brasil, con Europa y con todos los países que se vinculan a Argentina”.
“Yo no sé por qué esto levantó tanta polvareda y por qué viajar a Rusia y China significa que nosotros queremos tener una mala relación, por ejemplo, con los Estados Unidos. No sé qué tiene que ver una cosa con la otra”, relativizó.
Por esos días, el caso de Ucrania ya era motivo de preocupación y desde Washington lo demostraban con gestos y declaraciones. Pocos días después del encuentro entre Fernández y Putin en el Kremlin, el flamante embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley, visitó la Asociación Ucrania de Cultura Prosvita y dijo: “Es momento de dar un paso al frente y expresarnos con firmeza sobre Ucrania. El apoyo de EEUU a la soberanía de Ucrania es inquebrantable. Acompañamos a la comunidad ucraniana en Argentina en este momento de fuerte preocupación frente a las amenazas a la independencia de Ucrania”.
En las últimas horas, los representantes de Ucrania en la Argentina dejaron en claro que esperan más del gobierno de Fernández y adelantaron que este miércoles, su encargado de negocios en Buenos Aires, Sergiy Nebrat, le pedirá formalmente a la Cancillería que aproveche su buena relación con Rusia para “frenar una invasión”.
”Sabemos que en esta escala militar solo una persona tiene hoy el poder de frenar todo esto y esa persona es Putin. Por ello entendemos que dadas las buenas relaciones que tiene Rusia con Alberto Fernández sería bueno que el presidente interceda en favor de Ucrania y de la paz mundial”, dijo el martes Nebrat en declaraciones al diario El Cronista.