El Gobierno nacional intenta digerir el duro golpe que le propinó el Papa Francisco días atrás, cuando cuestionó el accionar de las fuerzas de seguridad durante la aplicación del “Protocolo antipiquetes” en distintas manifestaciones, sobre todo las relacionadas con el tratamiento del veto a la reforma jubilatoria.
El sumo pontífice había afirmado que “El Gobierno en vez de pagar la justicia social, pagó el gas pimienta”, palabras expresadas durante un evento por los diez años del primer encuentro de los Movimientos Populares en el Vaticano. Y aunque el Ejecutivo había evitado la confrontación con Bergoglio, el propio Guillermo Francos salió a responderle.
“Muchas veces tomó posiciones que se entendieron como favorables al Gobierno (en tiempos del kirchnerismo), tiene diálogos con algunos dirigentes sociales que hicieron mal uso de fondos públicos, o por lo menos dispendiosos, hay varias cosas que llaman la atención de sus actitudes”, afirmó el jefe de Gabinete.
En diálogo con Radio Mitre, Francos declaró que “Muchas veces tomó posiciones que se entendieron como favorables al Gobierno (en administraciones K), tiene diálogos con algunos dirigentes sociales (como el jefe de la CTEP, Juan Grabois) que hicieron mal uso de fondos públicos, o por lo menos dispendiosos. Hay varias cosas que llaman la atención de sus actitudes. Muchos la adjudican a su pasado como simpatías hacia el peronismo, lo digo desde una posición de mucho respeto y cariño. Entiendo su preocupación, no comparto el camino que propone”.
El funcionario afirmó que tiene “toda una historia de vida” con el Papa, de quien fue alumno, pero que eso “no quiere decir que coincida con él”. Por su parte, sostuvo que “Lo respeto, es la cabeza de la Iglesia Católica, un líder de una enorme sensibilidad social, pero de ahí a creer que sabe de economía es una cosa diferente”.
En tanto, Francos advirtió que “La Argentina vive un problema económico desde hace mucho años, y por más que uno tenga toda la sensibilidad social, como la tiene Bergoglio, no hay magia, salvo que él considere que se puede hacer un milagro sobre esto”.
El jefe de Gabinete explicó que “Estuvo en la Argentina el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Mathias Cormann, organismo al que la Argentina intenta entrar. Cormann decía: ‘Bajar la inflación es una política social, tal vez la política social más importante de todas, porque la inflación es el impuesto a los pobres’”, y sentenció que “Bergoglio no habla de eso, del significado que tuvo la inflación durante los gobiernos que dijeron preocuparse por los temas sociales”.
Francos remarcó que “En los últimos meses del año pasado tuvimos una inflación del 15%, del 25%, y no escuchamos al Santo Padre que dijera: ‘Hay un problema social en la Argentina por una inflación muy alta’. Francisco es de una enorme sensibilidad social y lo respeto, no lo contradigo en ese campo, sí lo contradigo en su visión de cómo se soluciona”.
Además de la referencia al “gas pimienta”, el pontífice había señalado que “Me hicieron ver una represión de hace una semana, menos quizás. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle y la Policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. No tenían derecho a reclamar lo suyo porque eran revoltosos, comunistas... y el gobierno se puso firme: en vez de pagar justicia social, pagó el gas pimienta. Les convenía”.