Cada vez son más los dirigentes kirchneristas que salen públicamente a reclamar que el gobierno nacional aplique un aumento de las retenciones, en el marco de las acciones para tratar de blindar a la Argentina frente al efecto inflacionario que provocó la guerra en Ucrania.
En los últimos días se intensificó la sucesión de voces para apuntalar un pedido que no es nuevo y que el propio secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, promueve desde hace tiempo. Y la novedad es que ahora se piden retenciones móviles, como aquellas que Cristina Kirchner intentó aplicar en 2008 y que desataron un gran conflicto con el campo.
Por aquel antecedente, cualquier cambio en el esquema de derechos de exportaciones enciende las alarmas en las entidades rurales. Pero en el Frente de Todos hay quienes creen que la medida es clave para evitar que el aumento de los commodities internacionales se traslade a los precios locales, sobre todo de los alimentos.
“Las retenciones móviles segmentadas son decisivas para ponerle un tope a la canasta básica de alimentos”, dijo el martes el diputado nacional del FdT Leopoldo Moreau, uno de los dirigentes más cercanos a Cristina Kirchner.
El legislador justificó su posición al advertir que “si hay precios de guerra hay que tomar decisiones extraordinarias”.
El campo le contestó al diputado kirchnerista a través del presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino: “Las retenciones no tienen sustento legal y la inflación no es culpa de la suba de los alimentos”.
El planteo de Moreau para avanzar con “medidas extraordinarias” se enmarca en las crecientes diferencias en el oficialismo, donde los sectores kirchneristas reclaman una gestión más proactiva en la Casa Rosada para afrontar el drama de la inflación y garantizar la recuperación del poder adquisitivo.
El nuevo conflicto salió a la luz a fines de marzo, cuando el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, admitió que existen trabajadores pobres por los efectos de la inflación, que en febrero marcó un salto interanual superior al 52%. Funcionarios nacionales y economistas anticipan que la situación se agravará antes de mostrar mejoras, y hasta Feletti aclaró que “no hace milagros”.
“En los últimos días han vuelto a subir fuerte en el mercado internacional y local los precios del trigo, el maíz, la soja y el sorgo. Por más vueltas que sigan dando si no le dan a Feletti la herramienta de las retenciones móviles segmentadas los alimentos seguirán aumentando”, dijo Moreau.
Hasta uno de los hombres de Alberto Fernández se pronunció a favor de una suba en las retenciones: el diputado nacional Leandro Santoro manifestó que es necesaria una “política de retenciones para desacoplar los precios internacionales de los locales, de los alimentos”.
“Salta el debate ideológico de izquierda o de derecha, es una cuestión humanitaria”, dijo el legislador de origen radical en declaraciones a radio El Destape.
Los pedidos son contrarios a los compromisos que asumió el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez. “El gobierno lo viene descartando desde el primer día en el que yo asumí como ministro”, afirmó en una conferencia de prensa que concedió el 19 de marzo, poco después de que el presidente Fernández prometiera iniciar una “guerra” a la inflación.
Sin embargo, la posición del kirchnerismo se reforzó este miércoles con las palabras del gobernador bonaerense Axel Kicillof. “Creo que estamos en un momento delicado y los que tenemos responsabilidades de dirigencia no tenemos que tener miedo de enfrentar ciertos intereses; no nos estamos metiendo con la rentabilidad de un negocio normal o con su crecimiento, pero de ahí a que quieran traducir los precios de guerra a las góndolas, eso no corresponde y hay que estar alertas”, sostuvo el mandatario provincial.
Por lo pronto, el Gobierno sólo incrementó las alícuotas de 31 a 33% para la harina y el aceite de soja. Con los fondos adicionales se creará un fideicomiso para subsidiar el precio de la harina y evitar así subas desmedidas en las panaderías.
Los números que manejan en la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) indican que en el primer trimestre se registraron niveles récord de liquidación de divisas por exportaciones de cereales y oleaginosas y sus derivados.
Las empresas del sector agroexportador liquidaron en marzo U$S 2.984,03 millones, que significaron el mejor marzo de los registros de los últimos 20 años. Y en los primeros tres meses del año, el monto asciende a U$S 7.926,08 millones.