Hace una semana Mauricio Macri comunicó que se bajaba de la pelea por la presidencia, pero de inmediato, con otra declaración pública, dejó en claro que no resignaba centralidad política. Pidió que su primo Jorge Macri, exintendente de Vicente López y actual ministro porteño, sea el único candidato del PRO en las PASO de Juntos por el Cambio por la jefatura de gobierno porteño. A los dos días, Horacio Rodríguez Larreta, que tenía en mente otros candidatos y alentaba la competencia interna del PRO, retiró su plan. Comunicó, en sintonía con Macri (y Patricia Bullrich), que el PRO llevará un solo candidato a las internas contra el radical Martín Lousteau, el otro anotado para la sucesión porteña.
“Hoy tenemos tres en carrera y vamos a trabajar para definir un solo candidato del PRO”, fue el anunció de Larreta. Sin que lo explicitara, se interpretó que el jefe de Gobierno arriaba las candidaturas de sus ministros Fernán Quirós (Salud) y Soledad Acuña (Educación), en favor de Jorge Macri, en acuerdo con el expresidente.
“Yo tengo predilección por los candidatos del PRO, mi partido; tenemos que tener continuidad”, dijo también Rodríguez Larreta. Macri y su sector han recelado siempre de los acuerdos políticos del jefe de gobierno con el radical Lousteau y no admiten que no sea un dirigente del PRO el que continúe el ciclo de poder iniciado en 2007.
El jueves a la mañana, antes de ir al Senado, Lousteau estuvo en la casa de Macri. Conversaron casi una hora. “La postura de Martín es muy clara en defensa de la autonomía de la Ciudad y la necesidad de debatir por separado lo nacional y lo local. Martín dice exactamente lo mismo en público y en privado y así se lo dijo a Macri”, se comentó a este diario desde fuentes radicales.
Lousteau siempre recuerda que desde 2019, la ciudad es gobernada por una coalición de gobierno, mientras que anteriormente gobernaba solo el PRO. “Me gustaría que Horacio se juegue más por Jorge Macri. Es más, se va a jugar”, dijo Mauricio Macri.
Rodríguez Larreta tiene que moverse con mucho cuidado en un escenario donde sobra inestabilidad. Sus aspiraciones presidenciales, en parte, parecen atadas a la UCR, un socio que no debe descuidar en el territorio porteño.
La disputa política por la jefatura porteña también se juega en el plano de los formalismos electorales. Rodríguez Larreta tiene un plazo de 15 días para convocar a elecciones. Por más de veinte años, todas las elecciones porteñas se realizaron en una fecha distinta a la presidencial. En 2019 se decidió acoplar las elecciones locales a la nacional, para que los votos de Rodríguez Larreta traccionaran la candidatura presidencial de Macri.
Macri de nuevo quiere unificar el calendario electoral. Rodríguez Larreta y los radicales están de acuerdo, pero con una diferencia no menor: el macrismo pretende que una sola boleta contenga el voto a presidente y el voto a la jefatura porteña.
Lousteau, en cambio, quiere que en las PASO del 13 de agosto de Juntos por el Cambio, se elija a jefe de gobierno, por un lado, y por el otro, las candidaturas presidenciales. Boletas distintas y urnas separadas por elección. Dos elecciones separadas pero que se hacen el mismo día. “Elecciones concurrentes”, las llaman. Se rechaza, como quiere Macri, que en una sola boleta estén pegadas las candidaturas presidenciales y las de jefatura de gobierno. Lousteau pide “igualdad de condiciones” para competir y eso se traduce en “desenganchar las listas porteñas de las nacionales”. Ese desacople de los nacional y lo porteño, especulan, le quitará fuerza al candidato local que impulse Javier Milei.
“Esa es la diferencia central: Macri quiere que haya un gobierno del PRO y nosotros queremos un gobierno de coalición. Lousteau quiere ser el candidato de Juntos por el Cambio, no el del PRO o la UCR”, completan en el entorno del senador nacional. Lousteau, en un gesto en ese sentido, quiere que su candidato a vicejefe de gobierno sea alguien vinculado al PRO. Una “fórmula mixta o cruzada”. La misma expresión que usan Horacio Rodríguez Larreta y el radical Gerardo Morales cuando hablan a nivel presidencial.
El último jefe de gobierno radical fue Enrique Olivera, quien asumió en remplazo de Fernando de la Rúa, a fines de 1999 hasta agosto de de 2000. El peso político y económico del distrito porteño es indiscutido. El presupuesto de 2022 fue de 964.388 millones de pesos “un 25,2 por ciento superior al de Santa Fe, un 58 al de Córdoba y un 76,9 al de la Provincia de Buenos Aires”, según la oposición peronista.
