El enfrentamiento entre el gobierno provincial y el nacional por el bloqueo al proyecto de Portezuelo del Viento, junto con los problemas de larga data que tienen que ver con el envío de fondos a nuestra provincia llaman la atención no sólo de los argentinos, sino también de la prensa internacional.
Eso quedó en evidencia ayer con la publicación, en el prestigioso diario británico Financial Times, de un artículo dedicado a temas económicos y financieros. La nota, firmada por Benedict Mander (corresponsal del periódico en el Cono Sur americano) no sólo pone el foco en esa tensión sino que también alude -ya desde su título- al Mendoexit, al que califica como algo inviable pero evidentemente utilizado como estrategia de presión.
A continuación, reproducimos íntegramente la nota.
“Mendoexit: la región vitivinícola argentina se plantea separarse”
La provincia argentina de Mendoza, próspera y famosa por sus aterciopelados Malbec y sus impactantes paisajes de montaña, se percibe como distinta del resto de un país inestable y que viene padeciendo crisis económicas en las últimas décadas.
Ahora, justo cuando Argentina está atravesando su noveno default internacional y en riesgo de colapso económico, en Mendoza -única de las 24 provincias que sigue pagando sus deudas desde la crisis financiera de 2001- algunas han empezado a preguntarse por qué no cortarse solos.
La decepción ante la dirección que lleva el gobierno nacional (kirchnerista) se hizo patente luego de que desde Buenos Aires bloquearan los 1.200 millones de dólares destinados al proyecto del dique Portezuelo del Viento, considerado por los medios de Mendoza como “la obra del siglo”. Esto llevó entonces a que algunos, en una de las pocas gobernadas por un partido opositor al del gobierno central, plantear la posibilidad de un “Mendoexit”.
“Es obvio que el bloqueo del dique forma parte de una estrategia que busca controlar al gobierno provincial”, dijo Alfredo Cornejo, quien hasta el año pasado gobernó la provincia de Mendoza y actualmente es el presidente del principal partido opositor.
Cornejo, quien ha reconocido sus ambiciones presidenciales, dijo a distintos medios que Mendoza bien podría convertirse en una nación independiente. Según él, la presa era parte del un plan del gobierno para aprovechar la crisis actual del coronavirus. Esta pandemia ha impactado duro en los presupuestos de provincias prósperas como Mendoza, que por contrapartida -a diferencia de regiones más pobres- ha recibido escaso apoyo del gobierno central para combatir la enfermedad y, por ende, le ha resultado más difícil contrarrestarla que a Buenos Aires.
“Lo que pasa ahora es que todas las provincias dependen del gobierno nacional para sostenerse y así están en permanente sumisión”, aseguró. En suma, la decepción entre algunos mendocinos (de quienes se suele decir que tienen más en común con sus vecinos de Chile que con los señores de Buenos Aires) se ha profundizado.
Enrique Vaquié, actual ministro de Economía y Energía de Mendoza, dijo que el gobierno nacional le ha estado “dando vueltas” a esto desde hace cuatro décadas. Pero la interrupción del proyecto de la represa, que se financia con fondos que el Estado le debe a la provincia desde hace 15 años, “fue la gota que colmó el vaso”. “Hoy no veo espacio para el Mendoexit, pero hay mucho enojo. Si el gobierno nacional sigue perjudicándonos, esto irá para peor y no sé en qué va a terminar”, dijo.
No todos los mendocinos apoyan la secesión, que además está prohibida Constitución. Pero una encuesta reciente realizada por la consultora Reale-Dalla Toree y encargada por el empresario español José Manuel Ortega Fournier (dueño de una importante bodega en Mendoza), mostró que un 35% de los encuestados estaría contento con que la provincia se independice de la Argentina.
Los que apoyan la secesión aseguran que la economía de Mendoza (la cuarta más importnate de la Argentina, y con una población de casi 2.000.000 de habitantes) podría sostenerse sola.
Mendoza ha solido tener balances equilibrados y si se liberara del “riesgo argentino” pagaría menos intereses por su deuda. En lo energético es autosuficiente: tiene energía hidroeléctrica, petróleo, gas, sector tecnológico y una floreciente industria vitivinícola, además de un buen destino turístico, ya que se encuentra al pie de la cordillera de los Andes, rica en minerales y estratégicamente ubicada entre los océanos Atlántico y Pacífico.
“Hay una línea de pensamiento subterránea en el sector productivo de la Argentina que da más de lo que necesita”, aseguró Cornejo, quien reconoció que el Mendoexit no es viable ahora, pero como amenaza puede usarse como presión para que Buenos Aires reestructure su sistema impositivo y les permita a las provincias recaudar sus regalías por sí mismas, algo por lo que pelean los políticos regionales.
Pero Anabel Fernández Sagasti, una senadora kirchnerista de Mendoza que ha brindado su apoyo al proyecto de Portezuelo del Viento (y también lideró un intento fallido del gobierno nacional por expropiar a la quebrada empresa Vicentin, la mayor exportadora de granos del país), se opuso totalmente al Mendoexit.
“No este momento para propuestas absurdas”, dijo. “Lo que debemos hacer es concentrarnos en proyectos viables. Este es un momento excepcional, y muchos mendocinos sienten angustia por tantos días de aislamiento y no saber si van a quedarse sin trabajo”.
La incidencia del gobierno nacional en Vicentin y en Portezuelo del Viento representa un signo preocupante para los inversores extranjeros, opinan los analistas.
“La dirección económica de la Argentina es tremendamente ambigua”, dijo Benjamin Gedan, director del Proyecto Argentina en el Wilson Center de Washington DC. La comunidad internacional buscaba saber cuál era el estilo de liderazgo del gobierno tras la elección de Alberto Fernández como presidente en las elecciones del año pasado, dijo, por el temor de que Cristina Fernández de Kirchner (la poderosa y enérgica dirigente populista que condujo al país entre 2007 y 2015) jugara un papel desmesurado.
El potencial combustible que puede darle a los intereses separatistas la dirección económica del gobierno incrementa la preocupación.
“Rechazar un proyecto de infraestructura tan importante y pelearse con una de las provincias más pujantes de la Argentina no es una política que esté apuntada a la tranquilidad”, dijo Gedan. “Tal vez resulte ingenuo pensar que los intereses partidarios estén subordinadas al interés económico del país”.
Traducción de Fernando G. Toledo.