La serie argentina El Reino ha tenido un gran impacto desde su estreno en la plataforma Netflix. Ubicada en los primeros puestos de las series más vistas del país en las últimas semanas, la producción de Claudia Piñeiro y Marcelo Piñeyro también ha generado polémicas y controversias en el sector de las iglesias evangelistas. Tanto que hasta un pastor de Mendoza, Héctor Bonarrico, quien además es senador provincial, pidió “prohibir la serie” y también lanzó una campaña para que los fieles “se desuscriban de Netflix”.
En términos generales, la serie , estrenada el 13 de agosto, narra la vida de Emilio Vázquez Pena (Diego Peretti), un pastor que se postula al puesto de vicepresidente en las próximas elecciones de nuestro país, pero que debe afrontar la noticia de que su compañero de fórmula fue asesinado inesperadamente durante el acto de cierre de la campaña.
No obstante, el manto de corrupción mostrada en la serie de los líderes de la iglesia, además de la mezcla entre la religión con la política con tintes irregulares, más allá que fuera una ficción, fue lo que motivó el rechazo de líderes evangelistas a nivel nacional. De hecho, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Argentina (Aciera) emitió un durísimo comunicado en el que acusó a los creadores de la producción -con el foco principalmente en Piñeiro - de usar el arte para “crear en el imaginario popular la percepción de que sus pastores solo tienen ambiciones de poder o dinero”.
Uno de quienes se manifestó en contra de la serie y apoyó dicho comunicado fue Bonarrico, legislador del frente Cambia Mendoza, quien destacó a Los Andes que la serie “debería ser bajada de Netflix porque no hay nada más fuera de la verdad, estigmatizadora y barata que El Reino”.
“La escritora (por Piñeiro) ignora por completo cómo trabaja una iglesia evangélica. No sé si la serie está pagada por alguien, pero quieren estigmatizar a los evangelistas porque se han transformado en una amenaza para todos los políticos corruptos que han perdido credibilidad en nuestro país”, sostuvo.
Para Bonarrico, con la serie, más allá de si se trata de ficción o no, “quieren dejar mal parada a la iglesia evangélica con una historia que es aberrante. A diferencia de la iglesia católica, nosotros no nos mantenemos con impuestos que pagan los argentinos, sino con las dádivas voluntarias de la gente”, consideró.
Quieren dejar mal parada a la iglesia evangélica con una historia que es aberrante.
“Vi un capítulo y medio y la dejé… no la pude ver más. Además, ¿qué se puede esperar de una escritora argentina y de actores argentinos?”, se preguntó Bonarrico, lanzando gratuitamente críticas contra las producciones nacionales.
Y replicó: “Argentina es una joda, no hay seriedad ni responsabilidad. Nadie es responsable de lo que se dice, pero también hacen cosas absurdas. En un país en el que se quiere meter su ideología en la gente, lo menos que hay es democracia. Hay una imposición de la izquierda y del comunismo en todos lados”.
Ante la consulta sobre si no lo debería tomar simplemente como una historia de ficción, o de al menos abrir el debate con estas producciones, opinó que cree que hay “alguien o algo más detrás de esta serie” en relación a “políticos con miedo a que les saquen la caja de dinero, porque está la amenaza de gente de buena fe que está lanzándose y ganando lugar en la política”.
También expresó que, como el caso de la figura de ficción de Vázquez Pena, puede haber un “mínimo porcentaje” de líderes de iglesias evangelistas que estén metidos en maniobras corruptas, “como ocurre en todos lados”.
Y comparó: “A Jesús le falló Judas, siempre puede haber alguien que no cumpla con los mandatos. Pero todo lo que se hace en las iglesias evangélicas están a nombre de la institución. Mirá si no gobiernan bien, que sólo con las dádivas construimos templos, escuelas, ayudamos a los necesitados y alojamos a los que han caído en vicios”, soltó.
Bonarrico reafirmó su idea de que Netflix debería “levantar la serie”, o en otro caso “juntarnos entre todos los cristianos y hacer una denuncia colectiva por calumnias y difamación”. No obstante, insistió con la idea de lanzar una campaña en contra del gigante del streaming para llegar a una “masiva desuscripción de los católicos. Si dijeran la verdad, no hay problema, pero es una burla”, finalizó.
Repercusión y defensa contra la censura
La catarata de mensajes y de reacciones tomó vuelo días atrás cuando desde Aciera enviaron el comunicado en el que se despachaban contra la serie y Piñeiro. Precisamente la escritora y guionista indicó a Radio Continental en primer lugar que El Reino “es una ficción de una familia de pastores evangelistas” y que “hay en la región una especie de unión entre la religión y partidos políticos, que obviamente no abarca a todas las iglesias, pero creo que esto nosotros lo reflejamos muy bien en los personajes”.
Sobre el comunicado, destacó que entiende que pueda caer mal, o que haya alguien que no le gustara, “pero me shockeó porque sólo se la agarraban conmigo. Mencionaban actores y productores pero se la agarraban conmigo por mi militancia por la interrupción legal del embarazo. Eso me pareció muy grave”.
“El Reino no representa a todos los evangelistas. La serie es una ficción pero esta carta, que no es ficción, tampoco representa a todos los evangelistas. Representa a un sector evangelista de un gran poder económico”, marcó.
En Twitter también dijo, contundente: “La censura es censura, la quieras disfrazar de lo que la quieras disfrazar. Ahora censurar una ficción ya parece medieval”. Si bien lo dijo antes de las declaraciones de Bonarrico, seguramente este mensaje aplicaría también al comentario.
También habló el actor Peter Lanzani, quien sostuvo en Radio de la Ciudad que El Reino “es ficción. Es un juego. La intención nunca es herir sentimientos porque si no, me tengo que enojar con cada película de Tarantino, con cada película de Scorsese. Puedo empatizar si quiero para entender porqué están ofendidos. Pero no es mi labor salir a consolar a nadie”.
“Nosotros estamos contando una historia y queda a cuenta todo del espectador. Algo de ese contenido será más verdad. Y algo más ficcional pero lo maravilloso de una buena serie o película es la de generar cosas distintas en el espectador”, culminó.