A poco de que se terminen de pulir los nombres para las precandidaturas, va tomando forma el tablero oficialista en los cargos legislativos provinciales. Con el acuerdo entre el Pro y la UCR, el partido que fundó Mauricio Macri, aumentará escaños en ambas cámaras.
Actualmente tiene tres bancas en la Cámara de Diputados y pone dos en juego. En el Senado tiene dos, pero con mandato a vencerse en 2023. En el choque de puños, los popes radicales y del Pro pactaron un aumento de lugares que engrosaría la estructura a cuatro diputados y cinco senadores.
Las Elecciones Legislativas de este año renovarán la mitad de las bancas de la Legislatura provincial. En total se elegirán 24 diputados y 19 senadores provinciales, distribuidos en cuatro secciones electorales.
A la Primera Sección (Capital, Las Heras, Guaymallén y Lavalle) le corresponden 6 senadores y 8 diputados. Para la Segunda (Maipú, San Martín, Junín, Rivadavia, Santa Rosa y La Paz) son 5 senadores y 6 diputados. La Tercera (Godoy Cruz, Luján de Cuyo, Tupungato, San Carlos y Tunuyán) aporta 4 senadores y 5 diputados. Y la Cuarta (San Rafael, General Alvear y Malargüe) otros 4 senadores y 5 diputados.
Con este esquema y los aliados de la Unión Cívica Radical sentados alrededor de la mesa de negociación, se empezó a esbozar cuántos cargos y en qué lugares según las porciones electorales dispondrá cada socio. Y en ese “fogón”, Omar De Marchi que hasta último momento amagó con levantarse y pegar el portazo, acordó más bancas de las que tenía y abrochó la alianza en Cambia Mendoza.
El pacto de caballeros
En la Cámara de Diputados, el Pro tiene tres bancas de las cuales dos vencen y se apuesta a mantenerlas por 4 años más. Álvaro Martínez (3° distrito) y Hebe Casado (4°) tienen sus mandatos próximos a caducar, mientras Gustavo Cairo (4° distrito) seguirá hasta 2023.
Es sabido que la legisladora sanrafaelina seguirá en la coalición pero en las filas de Republicanos Unidos, no obstante la banca seguirá en manos del Pro. En cambio Martínez, actual presidente del partido, dará el salto al Congreso Nacional ocupando el tercer lugar en la boleta de candidatos a diputados nacionales.
Según el compromiso, además de tener posibilidad de mantener los lugares que provengan de estos distritos, se podría agregar una banca a diputados provinciales que provenga de la Primera Sección. El nombre irá en el quinto lugar, que le permitió por ejemplo a Josefina Canale (Partido Demócrata Progresista) estar hoy en el recinto luego de los comicios del 2019.
Poco se sabe de las identidades de quienes aspiren a estos cargos, y según la legislación la paridad de género es por binomio. Es decir, que según sea hombre o mujer la persona elegida por el Pro, deberá acordar con el cuarto lugar una candidatura de sexo opuesto.
En la Cámara de Senadores son Pablo Priore (1° distrito) y Rolando Baldasso (3° distrito) quienes representan al Pro y tienen mandato hasta 2023. Es conocida la carnicería judicial tiempo atrás por las elecciones internas para la renovación de autoridades del partido que terminó consagrando a Álvaro Martínez en reemplazo de De Marchi. Entonces Priore siguió los pasos de Casado y desembarcó en Republicanos Unidos.
A esta estructura, se podrán sumar tres bancas. Está asegurado el tercer lugar para el Pro en las listas del Segundo y Tercer Distrito, pero además se podría abrochar una representación más en la Cámara Alta que provenga de la Primera Sección, en lugar a definir. En caso de que los resultados de las elecciones lo permitan, el bloque quedará conformado por cinco sillas.
Una variada vecindad legislativa
En la Cámara de Diputados, con 48 representantes, es en donde la alianza muestra su abanico partidario. El espacio liderado por Jorge Difonso (Frente Renovador-Unión Popular) tiene dos bancas que además del ex intendente de San Carlos, también ocupa Mauricio Torres. Y cuando el Partido Demócrata era aliado, aportaba la misma cantidad de votos por parte de Mercedes Llano y Guillermo Mosso.
Más de una vez tanto Llano como Difonso pusieron en jaque a la mayoría simple del órgano que tiene 17 pulsadores radicales y necesita del aval de los aliados para llegar al quórum establecido en 25 bancas. En este caso, se tiene en cuenta a la presidencia que hoy está en manos de Andrés Lombardi (UCR).
La mayoría simple, también 25 votos pero en donde el presidente sólo desempata, es la que permite otorgar las medias sanciones en la mayoría de los proyectos. Allí, los tres votos del Pro contrapesaban los despotriques dentro de la coalición.
El hecho de contar con una representación más en la Cámara, sujeto por supuesto a los resultados electorales aunque serían cargos “entrables”, el Pro podría tener influencia en el quórum y en la mayoría simple.
Claro que habrá que esperar las definiciones con los cargos que ponen en juego las terceras fuerzas. Si la elección se polariza como anticipan los especialistas, es probable que terminen en manos del radicalismo o el peronismo.
Y de esa manera, quizás la UCR dependa más de sí misma que de las alianzas aunque las necesite. En el Pro harán pesar el bloque y en el radicalismo apuestan a una convivencia en donde se priorice la gobernación de la provincia. Harán valer a Cambia Mendoza por sobre los intereses de sus socios.