El Senado votará este jueves la nueva ley de alquileres y el oficialismo tendría los votos para aprobar los cambios, con lo cual el proyecto volvería en segunda revisión a la Cámara de Diputados. El Frente de Todos contaría con apoyo de aliados y de parte del bloque Unidad Federal, integrado por peronistas disidentes, para avanzar con una nueva versión del texto, mientras el mercado locativo se encuentra paralizado a la espera de la definición final.
El proyecto impulsado por el oficialismo, que ya cuenta con dictamen favorable, propone mantener los contratos de tres años, tal como rige en la actualidad, pero aplicar ajustes semestrales en lugar de anuales, según el coeficiente “Casa Propia”, que tiene en cuenta el menor índice entre el promedio de variación salarial del último año y el promedio de la inflación del mismo período.
Además, se establece que los contratos deben ser “en moneda nacional” y se incorporan incentivos impositivos para propietarios con el fin de fomentar la colocación de viviendas en alquiler.
Esta propuesta difiere de la que aprobó la oposición en Diputados el 23 de agosto, que volvía al plazo de dos años para los alquileres, con actualizaciones cada cuatro meses y libertad para elegir el índice entre las partes. Ese proyecto fue duramente cuestionado por las organizaciones de inquilinos, y en el Senado el oficialismo logró un acuerdo para modificarlo.
Los senadores de Unidad Federal Guillermo Snopek, Carlos “Camau” Espínola y Eugenia Catalfamo (cuyos votos son claves en el recinto) acompañaron el dictamen con disidencias. Se mostraron a favor de mantener los contratos de tres años y la actualización cada seis meses, pero en cuanto al índice proponían una combinación entre inflación (en un 40%) y salarios (en un 60%).
Por su parte, Juntos por el Cambio insistió con la versión de Diputados, pero no tendría número para imponerse. El interbloque no dará quórum este jueves en rechazo al tratamiento del pliego de la jueza Ana María Figueroa para la Cámara de Casación Penal, y tampoco acompaña la reforma del impuesto a las Ganancias, que también figura entre los temas principales de la sesión.
Temas excluidos
Cuando el debate sobre alquileres llegó al Senado, el oficialismo sostuvo que la discusión formaba parte de un paquete más amplio que incluía también los alquileres temporarios y el sistema de créditos UVA, pero ninguno de esos dos proyectos entró en el temario de la sesión, a pesar de que ambos cuentan con dictamen favorable de comisiones.
La regulación de los alquileres temporarios había sido acordada entre el Frente de Todos y la UCR. La mendocina Mariana Juri, mano derecha del gobernador electo Alfredo Cornejo, fue quien negoció con el oficialismo, representado por la santacruceña Ana María Ianni, del núcleo de Cristina Kirchner.
Sin embargo, el tema abrió una fuerte interna en Juntos por el Cambio, ya que el PRO se expresó en contra a través de la candidata presidencial Patricia Bullrich, dejando en “offside” al radicalismo, que debió dar marcha atrás en pos de mantener la unidad. Finalmente, sin apoyo garantizado, el oficialismo excluyó el tema de la sesión.
El proyecto regulaba los alquileres temporarios con fines turísticos a través de la creación de un registro, y también avanzaba sobre las plataformas que publican esos servicios, como Airbnb. Se establecía que los contratos deben ser en pesos, por un lapso de hasta 90 días.
El otro tema que quedó afuera de la sesión fue el de créditos UVA. La semana pasada, el Frente de Todos firmó un dictamen por el cual se dejan sin efecto las cláusulas de ajuste UVA/UVI y se sustituye el mecanismo por el Índice de Salarios que publica el INDEC. Además, se establece que el capital de la deuda deberá retrotraerse a agosto de 2019.
Este miércoles, el colectivo Hipotecados UVA emitió un comunicado en el que consideró que esta propuesta es “superadora” de la que aprobó Diputados, pero consideró que el nuevo índice de actualización no debe ser el de salarios sino el coeficiente “Casa Propia”, utilizado actualmente para los Procrear, que toma el promedio más bajo entre salarios e inflación.