La Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) entró ya en contexto electoral y todas las miradas se posan sobre el universo académico, que elegirá a un nuevo rector y decanos en las 12 facultades por los próximos cuatro años. El interés va en crecimiento y se sigue con especial atención de los partidos políticos, teniendo en cuenta la importancia que tiene la gestión y control de un organismo con mucho valor y peso en el ámbito de la educación superior, y que aglutina a más de 60.000 personas, entre estudiantes, profesores y demás personal, aunque el número aumenta considerablemente con los más de 30.000 egresados que estarán en el padrón.
Es un hecho que el universo UNCuyo alberga un poder importante en manos del equipo directivo que lo controla. Si bien el presupuesto 2022 en términos oficiales es de $ 8.342 millones, en realidad se trata del mismo que en 2021 ya que debió ser “reconducido” debido a que el Presupuesto nacional no fue aprobado por el Congreso y entonces rige el anterior.
En este sentido, el presupuesto ejecutado de 2021 en la UNCuyo terminó siendo de $ 9.987 millones, según aparece publicado en la información económico presupuestaria del sitio web de la universidad. Ese monto se distribuyó de la siguiente manera: $ 8.898 millones para gastos de personal (salarios, con su correspondiente aumento de paritarias), $ 454 millones en Servicios no personales, $ 419 millones en Transferencias (donde se encuentran las erogaciones de capital, como obras públicas), $64 millones en bienes de consumo (insumos) y $ 52 millones en bienes de uso (mobiliario y equipamiento).
Teniendo en cuenta estos datos, y según proyecciones de la inflación en el país, que superará el 50%, se calcula que el presupuesto universitario podría llegar a los $ 15.000 millones este año, si los recursos aumentan conforme al ritmo de la inflación.
Hay que destacar que si bien un 90% del total se destina al pago de los sueldos de 7.070 empleados de planta que tiene hoy la UNCuyo (más los contratados, que se calculan en más de 500), hay quienes en el ámbito político lo comparan, mal que pese y con todas sus diferencias tangibles, a un municipio, lo que da a entender la importancia de los partidos en las elecciones que se desarrollarán el próximo 9 de junio.
De hecho, en términos puramente presupuestarios, el rectorado y decanatos administran fondos totales que son superiores a algunos de los departamentos más grandes de la provincia, como Las Heras, que es de alrededor de $ 7.500 millones; Godoy Cruz, de $ 7.436 millones; Capital, de $ 6.620 millones, o Maipú, que es de $ 6.474 millones, por citar solamente algunos ejemplos del Gran Mendoza. Solamente estaría por debajo -se sabrá una vez que finalice este año- del de Guaymallén, cuyo presupuesto para 2022 es de $ 13.100 millones.
Pero no todo es caja y el consecuente poder político. En término de elecciones, hay más de 55.000 habilitados para votar en la UNCuyo, lo que también es un número más que interesante. En este caso, si bien está por debajo de los departamentos más poblados de la provincia, como Guaymallén -tiene más de 200.000 habilitados en los padrones-, Las Heras, Godoy Cruz, Maipú, Capital, San Rafael, Luján y San Martín; sí está por encima de padrones como los de Santa Rosa, Tunuyán, Tupungato, Lavalle, Rivadavia, San Carlos, Junín, La Paz, General Alvear y Malargüe.
El peso partidario
En diálogo con varios dirigentes políticos, tanto de Cambia Mendoza como del Frente de Todos, reconocieron que si bien el interés de los partidos y espacios se ha demostrado con mayor énfasis con la elección de forma directa en la UNCuyo, históricamente el rectorado y los decanatos han tenido sus orientaciones -naturalmente- políticas.
No obstante, lo que hoy se puede visualizar como candidaturas cercanas -porque de igual manera en la universidad las listas son más permeables en términos de alianzas - a Cambia Mendoza (con Interclaustro) o del Frente de Todos (con Compromiso Universitario), entre otros, anteriormente no solía pasar que hubiesen listas con sesgos políticos tan marcados, o con listas “puras” radicales o peronistas. En la universidad se solían encontrar listas “progresistas” versus “conservadoras”, donde podían confluir peronistas y radicales en las mismas boletas (como podría ocurrir, en un caso menor, en la actualidad).
Por ejemplo, los recuerdos son varios, como la fórmula en 2002 y 2005 de la ex rectora radical María Victoria Gómez de Erice junto al peronista Arturo Somoza; o el propio Somoza luego -en 2008 - con el fallecido Gustavo Kent, de extracción radical. La actual conducción, con Daniel Pizzi (radical) y Jorge Barón (que se define como independiente), también se daría esa combinación.
Es cierto que en Compromiso Universitario han salido con los tapones de punta contra Interclaustro por sus candidaturas con marcada influencia del radicalismo, con la fórmula Esther Sánchez-Gabriel Fidel, y aseguran que si bien ellos no esconden su influencia peronista, marcan que “define la universidad, no el partidismo”.
En el radicalismo y también Libres del Sur, respondieron esas críticas y acusaron a ese movimiento de “querer hacer creer que los votantes son ingenuos”. De igual manera, hay quienes reconocen que actualmente hay una injerencia más marcada en Interclaustro de la UCR que en Compromiso Universitario del PJ, desde donde aseguran que “el academicismo peronista es más amplio y complejo, y tiene una influencia partidaria menor, ya que son más territoriales”.
Por otro lado, si bien es relativo y quizás mínimo el impacto que puede tener el resultado de la elección universitaria en las ejecutivas del año que viene, ya sea en lo que respecta a tendencias o ánimo social, sí ha sentado precedentes importantes el armado político generado primero en ese ámbito de la educación superior.
Por ejemplo, en el radicalismo y también Libres del Sur recuerdan que las elecciones del 2014 con la conformación de Interclaustro, fue la antesala de lo que sería luego el frente Cambia Mendoza en los comicios del 2015 que llevaron a Alfredo Cornejo a la gobernación.
Hoy, Interclaustro tiene los candidatos confirmados para intentar suceder a Pizzi y Barón, con la fórmula mencionada Sánchez-Fidel; y Compromiso Universitario tiene en carrera a Javier Ozollo (doctor en Ciencias Sociales y ex funcionario de Celso Jaque), Adolfo Cueto (decano de Filosofía) y Juan Carlos Aguiló (ex decano de Ciencias Políticas).
Según trascendió, en el peronismo intentaron días atrás establecer una “jugada mayor”, para romper con el partidismo y presentar una “idea superadora”, y aseguran que tentaron a Claudia García, decana de Ciencias Políticas de extracción radical que quedó fuera de la fórmula del Interclaustro. El plan -que contó con la negativa de algunos dirigentes, como el propio Ozollo- era que conformara fórmula con Claudia Paparini, secretaria académica e integrante de “Mujeres y Diversidad”, espacio que comulga con Compromiso Universitario. “Esa idea se cayó cuando apareció la foto de García junto a Sánchez y Fidel”, acotaron.
Lo cierto es que aún falta tiempo para presentación de las listas y aseguran quienes aún no tienen todo listo que recién después de Semana Santa podrían aparecer novedades. Sobre la posible lista de unidad, Cueto dijo a Los Andes en su edición del 6 de abril que harán “todos los esfuerzos, para reunirnos y sumar. Eso será una negociación hasta último momento. Si no se puede, lo que vamos a ofrecerle a la comunidad universitaria son diferentes opciones, qué modelo de universidad y qué equipo de gestión creen que hace falta para la universidad que sueñan”.
Los armadores “externos”
La injerencia de los partidos políticos y espacios dentro de la universidad se ha dado a través de algunos dirigentes políticos, quienes han movido fichas para tratar de influir en la conformación de las listas, que deberán presentarse antes del 2 de mayo, fecha límite según el cronograma.
En el radicalismo, los principales han sido el propio Cornejo; el presidente de la Cámara de Diputados, Andrés Lombardi (quien impulsó a Sánchez), y el ministro de Gobierno, Víctor Ibáñez, que fue funcionario de la universidad antes de asumir en el Gobierno provincial.
Desde el partido centenario también indicaron que el gobernador Rodolfo Suárez “dio su opinión” pero no tuvo mayor injerencia (delegó en Ibáñez su representación) y también ha estado el presidente de la UCR, Tadeo García Zalazar, aunque destacaron que no en la negociación sino como “persona de consulta”.
En tanto, Libres del Sur lo ha hecho, también en Interclaustro, con la secretaria de Economía y Servicios de la actual gestión universitaria, Fernanda Bernabé, y el legislador provincial Ernesto Mancinelli.
Del peronismo, el ex diputado nacional Omar Félix ha intentado participar en los armados, principalmente en Derecho. Ha sido acompañado por Mario Adaro, ministro de la Corte, que también trabaja junto al docente y ex candidato a concejal de Guaymallén Sergio Luza en Políticas y el ex ministro de la Producción Raúl Mercau en Económicas. Del lado del kichnerismo y La Cámpora, tienen participación en Derecho con la diputada nacional Marisa Uceda y en Ciencias Políticas con Gabriela Bazán, asesora de la presidenta del PJ, Anabel Fernández Sagasti.
Elección y renovación
Según datos proporcionados por la Secretaría de la Junta Electoral General, en estos comicios se renovarán 238 cargos, entre los que se encuentran la fórmula de rector y vicerrector, los decanos y sus vices de las 12 facultades, 44 consejeros superiores y 168 consejeros directivos, con representantes de todos los claustros, tales como profesores, docentes auxiliares, estudiantes, egresados y personal de apoyo académico.
La particularidad de la misma es que se realizará por tercera vez en la historia esta elección directa y simultánea, pero con el antecedente que los comicios del 2020 fueron suspendidos por la pandemia del coronavirus. En aquel momento, se tomó la decisión de prorrogar por dos años más los cargos que se debían renovar (consejeros superiores y directivos de estudiantes, egresados y apoyo académico).
Además, hay hasta el momento 55.261 habilitados para votar, según los padrones provisorios, también provistos por la Junta Electoral, de los cuales hay 1.785 docentes, 2.128 auxiliares, 32.218 egresados, 17.706 estudiantes y 1.424 no docentes.
La magnitud académica de la UNCuyo, en tanto, también se mide por su gran oferta educativa, teniendo en cuenta que ofrece 101 carreras (68 de grado y 33 de pregrado), organizadas en las áreas de Artes, Ciencias Básicas y Tecnológicas, Ciencias Sociales y Humanas, y Salud. Además cuenta con 53 diplomaturas y 134 cursos, entre otras propuestas que mantiene.