Impsa se encamina a conocer su destino. La empresa fundada en Mendoza atraviesa complejos procesos internos en medio de las dilaciones por su privatización. Frustrado el anuncio del presidente Javier Milei sobre la primera privatización de su gestión en 2024, espera anotarla recién iniciado el 2025.
La oferta presentada por Arc Energy entró en negociaciones y un pedido de mejora luego de la evaluación de oferta que se hizo. El Gobierno nacional no quedó para nada conforme y calificó la propuesta como “hostil”. Estos días son clave porque vencen las prórrogas solicitadas por los evaluadores para volver a dictaminar.
La novela por la privatización de Impsa sigue acumulando suspenso. Todo el cronograma que tenía armado el Gobierno nacional para descorchar el 10 de diciembre con la primera privatización libertaria se postergó. Las observaciones, negociaciones y tensiones estiraron la definición.
Desde el 31 de octubre en que se abrieron los sobres, se conoció que sólo Arc Energy había ofertado. Hasta estos días pasaron varias cosas, y los más de 700 empleados sólo acumulan angustia e incertidumbre. La oferta mejorada y la última prórroga que vence por estos días, arrojarían una definición inminente sobre el aval o no a la oferta y una posible preadjudicación.
Es cierto que el dictamen de los evaluadores no es vinculante, pero seguramente será tenido en cuenta por el Gobierno nacional para definirse sobre si acepta o no hacer el traspaso accionario. Desde el 20 de diciembre en que llegó la propuesta mejorada se pidieron 5 días hábiles para pronunciarse. Asuetos y feriados estiraron la definición a esta semana.
“El martes”, le anticipó a Los Andes una fuente, que sigue las negociaciones. Hay fuentes gremiales que juran haber escuchado algo similar por parte de ejecutivos de la empresa. “Nos dijeron que martes o miércoles se firma la venta, pero ya nos han mentido, asique habrá que esperar”, confesó alguien cercano a la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Medios nacionales hablaban de una preadjudicación y un desembolso de U$S 7 millones que corresponde al 25% de la propuesta de capitalización.
Desde la Agencia de Transformación de Empresas Publicas evitaron dar confirmaciones a este medio y la ansiedad reina en la planta ubicada en el carril Rodríguez Peña. Aun con novedades inminentes, los que están al tanto de las tratativas indicaron que la operación “hasta marzo no se cerrará” aunque todo salga bien.
Otra figura que ha estado muy cerca de las negociaciones confirmó que la privatización de Impsa “se tiene que resolver esta semana” y sostuvo que el final sigue siendo impredecible: “Espero que se pueda”. Los empleados también esperan por las buenas noticias.
Un caso que esperan sea exitoso
La propuesta privada incluye también planteos respecto de la continuidad de contratos con el Estado nacional y acerca del régimen impositivo de Impsa. Aunque los gobiernos nacional y provincial han sido optimistas sobre el resultado del proceso con Arc Energy, las negociaciones se están dilatando más de lo esperado.
El Gobierno provincial mantiene distancia de las negociaciones pero está atento. Es cierto que no es el socio mayoritario dado que la Nación tiene el 63,7% de las acciones y la Provincia conserva el 21,2% de las acciones.
Pero también es cierto que la firma es un ícono mendocino y nadie querrá cargar con el fracaso de la negociación y un cierre de la planta. En la Casa Rosada tampoco quieren pifiarle con el primer proceso privatizador, teniendo en cuenta que con Aerolíneas Argentinas buscan hacer lo mismo.
Esa inyección financiera es la que también esperan los empleados que el 6 de diciembre empezaron con las medidas de fuerza. Quien se ha puesto al frente de los reclamos es Luciano Masnú, vicepresidente de la firma y representante de las acciones que Mendoza conserva en Impsa. Reuniones con delegados gremiales mantenidas ayer aclararon algunos puntos sobre sueldos.
La empresa debía cancelarles hoy parte del aguinaldo pendiente, algo que no ocurrirá pero -compromiso mediante- sí se haría efectivo esta semana. También reclaman deudas de la paritaria, lo que implicaría un sueldo casi completo por cada trabajador. Deudas y más deudas.
A esto se suma la incertidumbre sobre qué pasará con la planta de personal en caso de que la firma pase a manos privadas. “Cada vez que se lo hemos preguntado (a Masnú) nos ha dicho que lo que más le interesa a Arc Energy es el capital humano, nuestra mano de obra especializada, tanto de ingeniería cómo la de trabajo”, indicaron desde el sector de los trabajadores. “Ese tema nos tiene bajo una incertidumbre total”, dijo con preocupación.