Facundo Manes: “En Juntos por el Cambio no podemos llegar a 2023 todos mezclados”

El científico que quiere ser Presidente visitó la provincia. Aseguró que la UCR atrae más a los jóvenes que el PRO y el kirchnerismo y propuso que el partido presente una fórmula propia en las PASO del año próximo.

Facundo Manes: “En Juntos por el Cambio no podemos llegar a 2023 todos mezclados”
Entrevista en Diario Los Andes al médico, científico, docente y Diputado Nacional Facuando Manes. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Como un huracán, por su energía, pasó Facundo Manes otra vez por Mendoza. Dio charlas de su ciclo “Empatía” y tuvo eventos radicales y reuniones políticas en un corto lapso de tiempo. En esta parada de la gira, el mensaje del neurocientífico para su partido fue que la UCR debe evitar mezclarse con el PRO en las candidaturas para 2023 y dirimirlas con sus socios de la coalición en las PASO.

Hubo críticas para Macri, elogios para Cornejo, un diagnóstico sobre el país y un argumento para que lo acompañen en su proyecto presidencial, a pesar de su falta de experiencia en gestión: “Todos los que gobernaron, fracasaron”.

-¿Cómo ha visto a la UCR de Mendoza con tanta gente que está empezando a despuntar mirando a 2023?

-El radicalismo se está despertando en todo el país. Está generando más atracción en los jóvenes que el PRO y el kirchnerismo. Mendoza es un lugar de modelo por la cantidad de buenos dirigentes, en tantos años que se gobierna la Ciudad y con tantas buenas administraciones en la provincia. Es un buen lugar para reflexionar sobre el futuro de la UCR.

-¿Con quiénes estuvo en su visita a Mendoza?

-Con Tadeo (García Zalazar), con (Alfredo) Cornejo, con quien tuve una buena charla. También estuve con Ulpiano (Suárez) y con Julio Cobos que me acompañó a un evento en Godoy Cruz. También tuve una actividad en la plaza Independencia para toda la gente con “Empatía”, que es reconocer al otro. Con el radicalismo no alcanza, hay que hablarle a toda la sociedad, pero la UCR tiene el rol de pivot. Como no está en los extremos de la grieta, puede convocar a una nueva realidad social para transformar a la Argentina. Y tuve una actividad en el comité Provincia con todos intendentes.

-¿Y con Suárez?

-Nos chateamos, pero la verdad es que estas giras no tienen tanto que ver con la UCR. Son más de “Empatía”, y en los lugares en los que nos invita el radicalismo, vamos. Pero la epopeya que estamos tratando de construir es transmitirle a la sociedad el poder y para que, como en los 80 la sociedad encaró el proceso democrático, ahora encaremos la modernidad. Mi rol es decir que no hay ningún mesías, esto es un cambio cultural que necesitamos. En cada lugar que vamos, el radicalismo se suma o me invita a un acto paralelo. Yo voy encantado.

-Da la impresión de que se quiere expandir del radicalismo.

-Es necesario. Yo me enamoré de la reconstrucción democrática del radicalismo con Alfonsín, pero aquí falló todo. Después me alejé y mi vida estaba por fuera de la política partidaria. Hasta que el año pasado me vino a ver la cúpula partidaria por separado, en diferentes días. Todos me decían que debía ser candidato en la provincia de Buenos Aires. Había una idea de ir con lista única. Todos aceptaban que se perdía por 8 y 10 puntos con el kirchnerismo. Y a mí me parecía que si se perdía con el kirchnerismo había riesgo de autocracia del kirchnerismo y dije que había que dar la interna. Fue un desafío epopéyico porque enfrentábamos el poder territorial, político, empresarial y mediático del PRO y del Gobierno nacional. Pero en casi 20 días de campaña sacamos más de 1.3 millones de votos, ganamos en la mayoría de los distritos y sobre todo levantamos al radicalismo. Expandimos la coalición y se le ganó por primera vez al peronismo unido desde el retorno de la democracia. Hay quienes me acusaban de que yo daba la interna para ser funcional al kirchnerismo. No se entendía para qué me involucraba. Yo no quería ir por lo mismo de 2019 porque se perdía. Hubo una ruptura de Cambiemos con sectores del conurbano, la provincia y el país. Nos fue mal. Pero me involucré y se produjo este fenómeno. Tuvo impacto en todo el país, pero no alcanza con el radicalismo. Cuando me invitaron a ser parte, yo dije que aceptaría si me convenzo de que había un radicalismo que se ponga de pie, que quiera ganarle al PRO y que no sea furgón de cola, que incorpore nueva gente, que se adapte a las ideas modernas. Y dije que los partidos políticos no tienen el derecho divino a existir si no se renuevan. Con esto quiero decir que veo un nuevo radicalismo, convocante de nuevos sectores. Empatía es eso, abrirnos al resto de la sociedad.

Entrevista en Diario Los Andes al médico, científico, docente y Diputado Nacional Facuando Manes.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Entrevista en Diario Los Andes al médico, científico, docente y Diputado Nacional Facuando Manes. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

-Usted no está de acuerdo con las candidaturas mixtas. Porque ha dicho que prefiere que se hagan internas antes de la PASO para elegir el candidato del partido.

-El voto mío tuvo mucho de sectores populares que no habían votado nunca a Cambiemos. El radicalismo tiene que recuperar lo popular. Una cosa que pasó el año pasado es que mejoró la idea de lo que es una coalición. En una coalición se está de acuerdo con un trazado grueso de país. Tenemos coincidencias con el PRO y la Coalición Cívica, pero tenemos diferencias. Yo soy crítico del PRO. Macri mismo dijo que esto fue una coalición electoral, pero no de gobierno. Una parte de Cambiemos hizo un upgrade, una evolución, y piensa que ahora tiene que haber diferentes identidades. El nuevo radicalismo con su propuesta, el PRO y la Coalición Cívica, e ir a una interna con su propia identidad y que la gente decida quién lidera la coalición, con cada perfil. Si mezclamos todo no es una coalición, es repetir lo que hicimos en 2015. Claramente voy a trabajar para que haya una interna en el partido radical para que haya una figura en el radicalismo.

-¿Y ha tenido aceptación?

-¿Quién se puede negar a competir? La otra es arreglar en una mesa como esta la candidatura. Va a sonar mal. Además yo quiero discutir ideas. Estoy de acuerdo en el trazado grueso de Cambiemos, que no es el kirchnerismo, pero tengo diferencias con el PRO. En lo que hicieron con la educación, la ciencia, la tecnología, no me queda claro el modelo de desarrollo, y podemos seguir. Pero lo importante es que cada sector tenga un plan programático. Cambiemos tuvo el problema de que en 2015 no fue una alianza de ideas, fue una alianza de encuestas para ganarle al kirchnerismo. No había una idea de que para qué nos juntábamos. En 2019, el Frente de Todos fue una alianza para ganarle al PRO, ninguna idea y estamos viendo el desastre de este gobierno. No podemos aliarnos otra vez sin discutir ideas y acuerdos programáticos. Eso es lo que tiene que discutir la sociedad.

-¿No hay peligro de repetir lo que hizo el PRO, que se encerró cuando fue gobierno?

-No, yo creo que tiene que venir un gobierno casi de unidad nacional cuando se gane la elección del año que viene. Y para mí, el error de Macri fue no haber expandido su gobierno en 2015 y en 2017. Macri tuvo una posibilidad mayor en 2017 que en 2015, cuando era débil y estaba instalándose. Pero en 2017 no tuvo excusas para convocar cuando hasta parte del peronismo racional estaba dispuesto a acompañar. Lo que propongo es algo diferente. Yo quisiera discutir con el PRO y la CC el modelo de país. Luego, el que gana lidera. Claramente no podemos llegar a las elecciones de 2023 todos mezclados, porque la gente va a decir: “Se unieron otra vez para ganarle al kirchnerismo”. Me parece que ya no hay espacio para eso.

-¿Y qué pasa si usted no se impone, en la interna radical y luego en la PASO?

-A mí no me define una elección. Yo me involucré para que Argentina ingrese en un nuevo clima de época, con un cambio de mentalidad colectiva. Esto no se resuelve con parches o con una ley. Aquí tenemos que definir si somos un país promercado o anticapitalista y cómo generamos riqueza, que es generando más valor agregado. Si nosotros queremos exportar el doble de lo que hoy exportamos en una década, que es 80 o 90 mil millones de dólares, que es posible, tenemos que hacer un cambio de mentalidad colectiva. Tenemos que tener instituciones fuertes. La diferencia entre Uruguay y Argentina, son las instituciones. La Justicia deber ser independiente del poder político y tiene que haber ejemplaridad en la dirigencia. Cohesión social, racionalidad económica y una revolución educativa vinculada a la producción. Yo estoy para defender esas ideas. Seguiré hablando en las plazas, no importa quién lo haga.

-¿Y qué haría usted si al radicalismo le toca otra vez ser “furgón de cola” del PRO?

-Yo creo que este debate va a forzar quizás hasta que el PRO sea diferente, porque antes no se debatían ideas. Nadie sabe cuál es la idea de país. Es lo que vengo a plantear. A algunos países no podríamos imitarlos, pero podríamos tomar algunas ideas de Canadá. No quiero ser un país ensamblador, como sería nacionalizar Tierra del Fuego. Podemos debatir el desarrollo. Eso va a mejorar el debate de la coalición. Y no quiero hacer un proyecto narcisista y personalista. No voy a decir que llego yo y llegan las inversiones. Los argentinos estamos todos quebrados por dentro y deprimidos, es un país de gente resignada. Creo que eso es porque no hicimos el tratamiento correcto. Yo si veo un paciente que está mal, aunque lo vea pésimo digo que tiene posibilidades porque está mal tratado. Argentina es ese paciente: está mal porque tiene un tratamiento erróneo.

-El diagnóstico del país es horrible.

-Pero porque no tuvo el tratamiento correcto. No probó el camino del desarrollo. También soy optimista porque Argentina tiene una población más joven que vieja, lo cual es muy importante. Argentina produce cosas que el mundo va a necesitar, como alimentos y energía, aunque somos un desastre. Es mentira que exportamos para millones de personas, exportamos para millones de animales. Lo mismo con la energía, si hubiéramos hecho gasoductos hoy estaríamos exportando gas y recibiendo dólares y generando trabajo. El tercer motivo por el que soy optimista es que la sociedad tiene una mentalidad de progreso, gracias a la educación, que fue muy buena durante décadas, y ahora es mala. Tenemos una mentalidad colectiva de gente que quiere estar en la clase media. En otros países hay clase media económica, pero no clase media intelectual. Hay recursos para plantear un sueño sensato, no populista. Lo otro que veo es la pandemia. Si uno ve la historia, las pandemias siempre cambiaron la mentalidad de la época. Podemos salir bien o mal, pero hay una oportunidad, esta pandemia nos cambió y cambió la sociedad.

-¿Pero los síntomas no son que salimos mal de la pandemia como país?

-Eso pasó con Malvinas. Antes de los 80 resolvíamos los problemas con violencia y golpes militares. Malvinas fue un catalizador de la fractura entre las dictaduras militares y la sociedad. Galtieri decía que las urnas estaban bien guardadas y hubiese tenido razón, porque en Chile y Brasil las dictaduras duraron más tiempo. Yo creo que desde la vuelta de la democracia hubo una dirigencia que no nos pudo dar bienestar, no nos dio progreso. La sociedad no quiere las fórmulas de siempre y la pandemia aceleró eso. Estamos viviendo momentos de dolor después de la pandemia, pero hay una posibilidad de construir un futuro. Hay una oportunidad con la pandemia porque aceleró la decadencia de este sistema, que hubiera sobrevivido un poco más sin la pandemia. Como la crisis fue multidimensional, quebró la relación de la dirigencia con la sociedad.

Entrevista en Diario Los Andes al médico, científico, docente y Diputado Nacional Facuando Manes.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Entrevista en Diario Los Andes al médico, científico, docente y Diputado Nacional Facuando Manes. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

-¿Cómo le fue en su reunión con Cornejo?

-Bien, muy buena charla. Pensamos lo mismo. Tenemos que tener un radicalismo fuerte que lidere y convoque a otros partidos. Como lo fue el PRO en 2015, yo creo que la UCR tiene la posibilidad de ser el partido convocante. Vamos a recorrer juntos algunas ciudades y eventos. Estamos muy cerca de Alfredo, es una persona que valoro mucho. Esto se tiene que construir con gente como él. Aparte yo tengo dos contribuciones. Primero poner mi granito de arena para convertir resignación en esperanza. Y segundo, tener una visión estratégica de país. Pero no tengo gestión, por eso es buena idea estar junto a gente que ha tenido una gestión exitosa como Alfredo. Es una buena combinación juntar los que tenemos una visión estratégica de país y los que no pertenecemos a la experiencia de la decadencia.

-Claro, usted no tiene gestión.

-Sí, pero acá fueron presidentes ex gobernadores y ex alcaldes, pero llevaron a un país potencialmente rico al desastre. Incluso hubo asociaciones ilícitas en la Casa Rosada en varios periodos. Yo no quiero tener esa experiencia, quiero tener la experiencia de entrar al progreso, que nunca la tuvimos.

-Entonces usted no cree que eso le juegue en contra.

-A ver, acá gobernaron la Argentina personas que produjeron una corrupción generalizada, una falta de ética y moral. El problema de la Argentina es moral y ético, no es la inflación o el dólar, esos son síntomas. Yo no quiero la experiencia del fracaso. Eso no quiere decir que no quiera pertenecer al gobierno de los mejores, como Alfredo que gobernó y bien.

-¿Cornejo comparte la idea de hacer una interna en la UCR para elegir un candidato del partido antes de la PASO?

-No charlamos de eso, esa es una idea mía. SÍ hablamos de pensar el país juntos y de fortalecer a la UCR y los sectores no extremos. Para transformar necesitamos una mayoría social y una mayoría legislativa. Y eso no se puede lograr desde los extremos que representan Cristina y Macri, aunque esto no lo haya dicho Alfredo.

-¿Pero el discurso del propio Juntos por el Cambio no fortalece la grieta y la división?

-Lamentablemente yo veo un sector de Juntos por el Cambio que echa nafta al fuego y no coincido. Fomentar la grieta es un error incluso de nuestro espacio. La grieta tiene impacto económico. Por ejemplo hace pocos meses tuvimos el riesgo país de Ucrania, que vive una guerra. Y la grieta afecta también la inflación. Vienen los economistas liberales que dicen que la inflación se debe al déficit fiscal y la emisión. Y vienen los ligados al peronismo, quienes están convencidos de que la inflación se produce por la necesidad de generar divisas para crecer. Tienen dos diagnósticos diferentes, y cada uno llega al poder y aplica recetas diferentes. La inflación es multicausal y se necesita un consenso político. Grieta hay en todos lados, lo que ocurre es que los países desarrollados logran construir políticas más allá de las diferencias. El desafío de construir un país es mucho mayor.

La economía, según Manes

-¿Cuál es su receta para combatir la inflación?

-Mi economista es Marina Dal Poggetto. También está Martín Rapetti. Ellos piensan que hace falta un plan de estabilización macroeconómica como fue el plan Real, el plan Austral y la Convertibilidad. Fracasaron el plan Austral y la Convertibilidad porque fueron planes de estabilización que luego no tuvieron las reformas que se necesitaban a largo plazo. No veo ese plan de estabilización con Massa, veo medidas inconsistentes, no veo un plan y veo falta de unidad política en el oficialismo, siguen las divisiones.

-¿Cómo sería el plan de estabilización que señala?

-Depende cómo se herede la economía el año que viene. Pero sería un plan interconectado, no desconexo como el de Massa. Sería un plan que ataque todas las variables al mismo tiempo, un shock de confianza con consenso político.

-¿Con ajuste o sin ajuste?

-Mire…el tema de la Argentina es la falta de productividad. Nosotros no generamos la riqueza que necesitamos para tener la calidad de vida que queremos. Es como si fuera una familia que gana 200 y gasta 400. Viene un sector y dice: “Vamos a ajustar”. Viene otro sector y dice: “Vamos a emitir”. Pero ninguno de los dos sectores dice: “¿Che, y si ganamos mil?” Estados Unidos tiene un estado enorme, pero produce. En Argentina hay que hacer ajustes, pero sobre todo en la política, que es la primera que debe hacerlo. El gasto de la política es inmoral en un país empobrecido, los jubilados no se los puede ajustar más. Ahora, también necesitamos empezar a producir. Yo estoy cansado de discutir solamente cómo hay que ajustar. Argentina podría generar mucha riqueza con la minería. Tenemos la misma cordillera que Chile y exportamos siete veces menos. El agro podría crecer mucho más si hay riego artificial y más inversión en biotecnología. La pesca puede exportar valor. La energía también. Vaca Muerta es otra potencialidad. La industria del software, la nanotecnología…pero siempre estamos discutiendo el chiquitaje, cómo ajustar.

Entrevista en Diario Los Andes al médico, científico, docente y Diputado Nacional Facuando Manes.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Entrevista en Diario Los Andes al médico, científico, docente y Diputado Nacional Facuando Manes. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

SIN ENCUESTAS

-¿Siente que lo posicionan las encuestas?

-Nunca vi una en mi vida.

-Hace poco salió una de la Universidad de San Andrés que le daba número neutro, igual de imagen positiva que negativa, pero eso lo posicionaba mejor a usted que al resto de los dirigentes.

-Nunca voy a ver encuestas ni focus group. Un líder es alguien que articula una visión y que va para adelante quemando las naves. San Martín no hizo ninguna encuesta para cruzar Los Andes y yo no tengo que hacer ninguna encuesta para recorrer Argentina y decirles a los argentinos que tenemos que dejar atrás la decadencia para entrar en la revolución educativa e industrial.

-Qué piensa de Elisa Carrió?

-No hablo generalmente de personas. Es muy triste ver peleas que la gente no entiende en momentos de tanto dolor. Ver a una dirigencia política desconectada de la realidad es muy triste.

-Usted habla de empatía y menciona cosas que tienen que ver con las economías regionales ¿Cómo un líder empatiza con ese otro país profundo que no se siente interpretado por los gobiernos y los aparatos centrales de la política?

-Yo nací en Quilmes, en el conurbano, pero me crié en un pueblo de campo, Arroyo Dulce, de 200 habitantes, y después en Salto en la provincia de Buenos Aires. Yo me considero del interior, un provinciano. Uno de los problemas es la centralidad que tiene la capital. Soy diputado por la provincia de Buenos Aires y creo que lo que viene es federal.

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