Pasó por Mendoza esta semana un “halcón” de la interna de Juntos por el Cambio. Se trata del diputado nacional del PRO Fernando Iglesias, quien fue invitado a presentar su nuevo libro por el ex diputado mendocino de la UCR, Luis Petri.
“Los días más felices” es el irónico título de la obra en la cual Iglesias señala que los gobiernos peronistas de la historia son “felices” hasta que llega el momento de “pagar la tarjeta”.
Pero Iglesias habla en esta entrevista de estricta coyuntura política también: la interna en Juntos por el Cambio, Mauricio Macri y Javier Milei, a quien le pide que no aporte votos a la eventual suspensión de las PASO a nivel nacional. “Un liberal debería defender la institucionalidad, no ayudar al comunismo a romperla”, es el mensaje que le envía.
-¿El punto principal de su nuevo libro es que después de los “días felices” de una gestión peronista vienen malos momentos?
-La tesis central del libro es que el peronismo, con diferentes métodos y en diferentes circunstancias, ha hecho siempre lo mismo. Usa recursos excepcionales que el azar puso a su disposición en beneficio de sus mandatos, muy favorables desde el punto de vista económico y contrarios a la leyenda. Eran recursos destinados a agotarse en poco tiempo y el peronismo hizo con eso una fiesta. Primero logró una enorme adhesión política y se transformó simbólicamente en el defensor de las causas populares. Pero eso tuvo consecuencias muy negativas en el largo plazo. Estancó el crecimiento del país porque se gastó en una fiesta de consumo sin inversión, nos quedamos sin recursos y eso desembocó en los días más infelices, que también fueron peronistas. Así son los días de Alberto (Fernández) después del primer kirchnerismo.
-¿Cómo se revierte el panorama? ¿Se puede en esta misma gestión?
-No va a ser fácil, lo fácil es reventar la tarjeta, no pagarla. Intentó pagarla De La Rúa y lo voltearon. Lo intentó Macri y no lograron voltearlo, pero tampoco consiguió reelegirse. Para dar vuelta tantos años de decadencia se necesita apostar a la inversión, al mediano plazo. Si la gente espera que con el próximo gobierno inmediatamente van a mejorar las condiciones de vida y todo va a andar bien, eso no va a ser posible. Los primeros dos años van a ser difíciles, van a ser para detener la caída, porque el país no está estable, está cayendo aceleradamente, perdiendo empresas, inversión, a la gente más capacitada. Este gobierno está rompiendo todo. Además, apenas lleguemos al gobierno vamos a tener al club del helicóptero de nuevo.
-Da por descontado que llega al gobierno una gestión de Juntos por el Cambio y además descarta que el giro de Massa en la economía tenga una mejora económica.
-No hay ningún giro de Massa. Lo que ha hecho es una serie de parches que estiran la mecha para pasarle la bomba de tiempo, cada vez más grande, al próximo gobierno. Massa trata de que la bomba no le explote a él. Y no doy por descontado el triunfo, creo que tenemos que trabajar, pero hoy hay una fuerte perspectiva y mucha esperanza de que Juntos por el Cambio sea gobierno en 2023 para revertir eso.
-¿Cómo ve la actualidad de Juntos por el Cambio, con los cruces que hay entre sus principales dirigentes?
-Yo creo que las tensiones que existen son inevitables en toda alianza política. No creo que vayan a pasar a mayores ni que haya un riesgo de disolución. Tenemos conciencia plena de la necesidad de llegar al gobierno unidos para poder darla vuelta. El resto es que es muy difícil tener tranquilidad en un país en el que todos los días explota una bomba. Por ejemplo, el tema de las PASO. En medio del desastre, el Gobierno parece que lo único que le importa es suspender las PASO y sancionar la impunidad de Cristina. En el medio nosotros sufrimos los embates del oficialismo que tiene el poder lamentablemente y hacemos lo que podemos. Creo que la diferencia es sobre el rumbo económico, a qué velocidad realizar los cambios y cómo llevarlos. Hay dos visiones y la gente tiene que elegir en las PASO cuál de las dos quiere llevar como liderazgo de la oposición y luego todos los ciudadanos deberán decidir si sigue el peronismo en el poder o se elige otra cosa.
-¿Cuál es su visión sobre lo que opinan algunos radicales que dicen que no tienen que liderar los extremos y se ponen en el medio de Macri y Cristina?
-Llamar a Macri un extremo es no tener noción de la política. Yo a Macri lo veo como un Macron ¿Es un extremo Macron? A lo sumo seremos extremos en defender la República. Somos extremistas en defender eso. Si se nos dice que estamos en la orilla opuesta al kirchnerismo, tienen toda la razón.
-Cómo ve el acercamiento de Macri a Milei y los liberales? ¿No es un riesgo?
-Habría que definir el término liberales. Liberales son López Murphy y Ernesto Sanz, quien en 2015, en el lanzamiento de su candidatura, se definía como un liberal. Y estaba todo el radicalismo ahí. Yo creo que la Argentina necesita una revolución liberal en muchos aspectos, institucionales y económicos. Y en ese sentido tengo muchísimas coincidencias con Milei en el sentido económico. Pero tengo grandes diferencias con Milei en el aspecto político, en el cual él no me parece que es un liberal, me parece un conservador. Ahora se viene una discusión muy importante: las PASO, que son una parte pequeña de la institucionalidad pero importante para definir el próximo gobierno. Qué posición va a tomar Milei sobre las PASO dice mucho sobre eso porque un liberal debería defender la institucionalidad, no ayudar al comunismo a romperla.
-Lo dice porque la postura de Milei podría ser desequilibrante en el Congreso.
-Claro, exactamente. Y me parece que en ese sentido, por parte de cualquiera que ayude al peronismo a seguir rompiendo la institucionalidad y acumulando poder, sería un suicidio político.
-Habrá que ver qué pasa en el Congreso, porque en Diputados al kirchnerismo le faltan votos.
-Esa es la gran incógnita. Efectivamente Diputados ha sido el cementerio de elefantes de los peores proyectos del kirchnerismo, desde la suba de retenciones hasta la reforma de la Corte. Espero que también lo sea de las PASO. Habría que reflexionar sobre el rol de la oposición que suele ser muy criticada. Si la oposición no se hubiera mantenido unida, con problemas y votos en los que yo no estuve de acuerdo, pero en lo sustancial parando iniciativas kirchneristas, este país ya sería Venezuela, y todavía no lo es.
-Cree que Mauricio Macri es un candidato a la Presidencia en 2023?
-Sin duda. Es uno de los posibles candidatos de la oposición. Fue el primer presidente civil no peronista que terminó su mandato desde 1928. Se fue con 41% de aprobación y 2,2 millones de votos más de los que había sacado en 2015 cuando terminó como Presidente. Eso merece un respeto. Los que quisieron jubilar a Macri cometieron un error y deben estar lamentándolo. Sería el candidato que yo apoyaría. O a Patricia Bullrich. Me parece que ese es el perfil que necesitamos, porque vamos a necesitar un gobierno fuerte, con decisión, que entre a la cancha decidido a hacer las reformas que hay que hacer porque el país no da más. Hay una conciencia más clara en la gente de que así no va más y por lo tanto un apoyo que en 2015 no teníamos, era más complicado.
-¿Pero Macri quiere ser candidato?
-Eso no lo sé. Por momentos me parece que sí y por momentos que no. Está donde quiere estar: aconseja a todo el mundo y habla con todos. Ese rol lo está haciendo muy bien y con gusto. De ahí, si quiere saltar a la primera fila de combate, es una decisión muy personal que involucra mucho de la vida. Yo veo el deterioro físico que han sufrido todos, no solo Mauricio, sino por ejemplo Alberto, que ha tenido un deterioro enorme. Por lo tanto, si decide, es como decidir correr una maratón. Uno no puede cargarse un país en las espaldas para preguntarse luego si hizo bien o mal. Tiene que estar convencido. La convicción es algo que tendrá que encontrar o no personalmente.
-Podría tener un compañero radical si es candidato?
-Yo creo que sí. Yo estoy en el PRO y estoy contento. Dicho esto, arranqué en la Coalición Cívica cuando no existían Juntos por el Cambio y Cambiemos, y mi identidad es Juntos por el Cambio, sobre todo. Me parece que la división por partidos no refleja necesariamente las diferentes opiniones. A veces me encuentro más cerca de algún diputado del radicalismo que de alguno del PRO y a ellos les pasa lo mismo. Por lo tanto me parece razonable que experimentemos la posibilidad de listas mixtas que no necesariamente respeten lo partidario.
El futuro de Cornejo
- ¿A Alfredo Cornejo cómo lo ve?
-Lo veo muy bien. Tengo una excelente relación con él y me parece uno de los dirigentes del radicalismo con convicción. Los radicales decidieron que él no siguiera como presidente del partido y es parte de la autonomía que tienen que tener cada uno de los partidos.
-Qué proyección cree que puede tener a nivel nacional?
-Eso depende de lo que quiera hacer cada uno de los dirigentes. Es un laburo hacer bien la tarea política, al contrario de lo que cree la gente, es muy pesado. Hace falta tener ganas y vocación. Dependerá de las decisiones de Alfredo, si quiere seguir en lo legislativo, que me parece que no, porque le gusta más lo ejecutivo. No sé si querrá volver a la gobernación o presentarse a una lista nacional.
-Eso no se sabe y es parte del misterio local.
-En todos lados es así ¿Usted sabe cómo va a organizar la cena de diciembre con su familia? Es un misterio. La política no es muy distinta y tiene los mismos problemas que otra actividad. Se lo digo yo que he pasado de camionero a entrenador de vóley, y he sido profesor. He hecho de todo y en todos los lugares he encontrado lo mismo: seres humanos.