(Enviado Especial) El presidente Alberto Fernández se encontró este sábado con su par estadounidense, Joseph Biden, en el centro de convenciones La Nuvola, en una Roma, en el marco de la Cumbre de Líderes del G20 y ambos coincidieron en que tienen ganas de conocerse, lo que podría dar lugar a una reunión bilateral formal o a una futura visita del argentino a Washington.
Además de encontrarse y saludarse informalmente, ambos accedieron a plasmar el momento en una fotografía que para el argentino es muy importante. La postura que vaya a tomar Biden respecto de la deuda que la Argentina tiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI) será clave para llegar a un acuerdo de refinanciación.
Biden le dijo a Fernández que el día anterior había estado con otro argentino que es amigo de ambos, el Papa Francisco. “Ambos se dijeron que tenían ganas de conocerse, no se habló de ningún tema bilateral. Fue un encuentro cordial, de saludo”, contó en una rueda de prensa Gabriel Cerruti, Portavoz del Gobierno argentino.
Fernández también dialogó con sus pares de Brasil, Jair Bolsonaro, y de Francia, Emmanuel Macron. El argentino le reclamó a Bolsonaro que no lo había felicitado por la obtención de la Copa América en el estadio Maracaná, después de que el brasileño asegurara antes del partido que su país ganaría por cinco goles contra cero.
Fernández también dialogó con la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, y el asesor de la secretaría del Tesoro y ex directivo del Fondo Monetario Internacional, David Lipton. Lo acompañaron en ese diálogo el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz.
Una bilateral con Biden
Fernández no tiene previsto en su agenda, al menos por ahora, mantener un encuentro con el jefe de Estado estadounidense, pero en Roma pudieron cruzar unas palabras. “Las reuniones bilaterales se van organizando hasta el último minuto de la cumbre”, dijo Cerruti al ser consultada sobre si podría darse el encuentro formal para hablar los temas bilaterales, entre los cuales el FMI tiene un peso específico.
Estados Unidos tiene el 16,5% de la cuota actual de votación en el directorio del Fondo. Si bien los programas crediticios se aprueban con el 51% de los votos, la posición de la superpotencia global es decisiva para la tendencia de votación en la que incursionarán el resto de las naciones.
Japón tiene el 6,1%; China 6%; Alemania 5,3%; Francia y Reino Unido 4%; entre otros. En tanto, hay un grupo de países que cuenta con el 23% del total en su poder. El poder de voto de la Argentina es del 0,67%.
Fernández había llegado a la Cumbre de Líderes con expectativas de poder dialogar con Biden. El secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, se había reunido el 24 de octubre en Washington con el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, un funcionario clave por su alta influencia en las decisiones del Presidente norteamericano.
De esa reunión en la Casa Blanca, también participaron el embajador argentino en Washington, Jorge Argüello, y Juan González, Director para el Hemisferio Occidental, también asesor clave de Biden.
En el Gobierno argentino vienen trabajando para un acuerdo con el FMI por el que el organismo no exija reformas estructurales al país, como cambios en su sistema previsional o un severo ajuste del gasto para reducir el déficit fiscal. Entienden que, al margen de las cuestiones estrictamente técnicas, una refinanciación de la deuda de 45.000 millones de dólares termina, en última instancia, siendo una decisión política.
Y para ello, lo que se decida en el Salón Oval de la Casa Blanca -despacho del presidente de los Estados Unidos de América- es fundamental para el futuro de la deuda de la Argentina con el FMI y, de esa manera, para el país, porque una refinanciación con menos sobrecargos de interés y más plazo, aliviará la carga financiera que existe sobre las estresadas finanzas públicas.