Los principales sindicatos aeronáuticos que representan a trabajadores de Aerolíneas Argentinas se declararon en “estado de alerta” por la circulación de un Convenio Colectivo de Trabajo con modificaciones que se impondrían en las condiciones laborales.
Las fuentes indicaron a NA que “hay un diálogo con los empleados por el Convenio Colectivo de Trabajo”, pero, respecto al documento, señalaron que no saben de dónde salió y que “no es oficial”.
Los cambios en el Convenio Colectivo de Trabajo son uno de los temas que está provocando roces con los trabajadores, que ya anticiparon que no aceptarán que se les quiten los privilegios alcanzados en negociaciones anteriores.
En ese sentido, ya se pronunciaron desde APLA (Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas), el gremio que conduce Pablo Biró; también desde APTA (Asociación de Personal Técnico Aeronáutico) que encabeza Ricardo Cirielli y la AAA (Asociación Argentina de Aeronavegantes), cuyo titular es Juan Pablo Brey.
En todos los casos, los cuestionamientos apuntan a las modificaciones que se estarían tratando de imponer en las condiciones laborales.
APTA señaló en una comunicación difundida en los medios, que lanzó un “Plan de Lucha” en defensa de Aerolíneas Argentinas, ante las medidas que están tomando las autoridades de la empresa y los anuncios que se formulan desde distintos sectores del Gobierno.
Por otro lado, APLA rechazó el acuerdo de Cielos Abiertos firmado recientemente entre Argentina y Chile y amenazó con “medidas legales y sindicales”.
Los pilotos aseguran que el convenio pone en riesgo “miles de fuentes laborales de trabajadores aeronáuticos argentinos”.
Mientras tanto, el mismo gremio había difundido días atrás un comunicado en el cual rechazaban los cambios en el Convenio Colectivo de Trabajo, tras concurrir a una reunión en la cual les informaron de las medidas a implementar.
“Ante el planteo dejamos claro que no vamos a dejar que avancen sobre nuestro convenio en el contexto actual, ni a negociar bajo la amenaza de no renovar contratos de leasing de dos aeronaves Airbus 330, dos Embraer 190 y los Boeing 737/700 que vencen en los próximos meses”, dijo el gremio de los pilotos.
El presidente de la Nación, Javier Milei ya señaló que quiere una Aerolíneas Argentinas más chica que no requiera de los subsidios del Estado para seguir funcionando y, en esa línea, ya se tomaron medidas como la implementación de un retiro voluntario para disminuir la planta de empleados, la reducción de frecuencias en rutas y el levantamiento directamente de algunas, sobre todo internacionales, como Nueva York y La Habana.
También, se reorganizaron gerencias y diferentes sectores internos, todo lo cual generó el rechazo de los gremios, que se declararon en Estado de Alerta, algo que se profundizó con el acuerdo firmado entre Argentina y Chile por “Cielos Abiertos”, que permitiría la operación de empresas chilenas en el país.
El propio presidente de la compañía, Fabián Lombardo, anticipó en un comunicado interno a los trabajadores de la empresa, que es momento de tomar “decisiones difíciles”, debido a que “la empresa no logró resolver sus problemas estructurales y sostiene, desde hace más de una década, un déficit operativo profundo”.
“En un contexto en el que muchos argentinos están haciendo un gran esfuerzo por salir adelante, cada centavo que se aporta desde el Estado para que Aerolíneas subsista tiene que ser y va a ser cuestionado. Esto nos obligará a todos, y a mí en particular, a tomar decisiones difíciles. Puede que no estén de acuerdo en muchas de ellas, pero quiero asegurarles que las voy a tomar con el peso de la responsabilidad que cada una implique”, decía parte del comunicado.
Y agregaba que “es indudable que Aerolíneas hace un gran aporte al desarrollo económico y a la conectividad de nuestro territorio”.
“Sin embargo, sería un error creer que esto es argumento suficiente para pretender que la compañía no rinda cuentas sobre su eficiencia y productividad. La realidad inobjetable es que la empresa no logró resolver sus problemas estructurales y sostiene, desde hace más de una década, un déficit operativo profundo”.
El texto que circula, calificado como “no oficial” por la empresa, refiere a cuestiones “sensibles” para los empleados, como los pagos por productividad, cambios en los pasajes para vacaciones, la eliminación de los asientos de descanso para tripulaciones y la eliminación del servicios de remises, entre otros temas, igualando de esta manera la situación a la que se registra en otras compañías aéreas.
Si bien no hay confirmación oficial respecto a que estos puntos sean los que están formando parte del diálogo al que hizo referencia la fuente, desde hace tiempo son algunos de los que se mencionan como recibiendo cuestionamientos desde diferentes sectores del Gobierno y a los que se atribuyen parte de los desfasajes presupuestarios que viene registrando la compañía estatal.