En el Departamento General de Irrigación (DPG) las aguas están bastante agitadas. Un reclamo gremial se visibiliza en la sede central del organismo que conduce Sergio Marinelli, ubicado en Barcala al 200 de Ciudad. Y desde allí aseguran que una serie de demandas laborales complica cualquier posibilidad de mejora, además aseverar que el acuerdo salarial es superior al del resto de la planta estatal.
“El aumento salarial que dimos a principio de año es mejor que lo que otorgó la Provincia. Se negociaron porcentajes en forma permanente como en el caso de la antigüedad pero además hicimos varias mejoras del acuerdo planteado por el Gobierno”, indicó Raúl Pellegrina, director de Gestión Institucional del DPG a Los Andes.
Desde el lado de la Asociación Gremial de Trabajadores de Irrigación sostienen que en la última revisión de julio, y en el que se ofertaron 9 puntos más a los 20 acordados inicialmente como otros gremios, hubo una rechazo del 88% de los empleados. “Los consideramos insuficiente y de la misma manera que el gobernador (Rodolfo) Suárez, Marinelli aumentó por Resolución que es como un decreto”, indicó Pablo Ortolani, titular del sindicato a este medio. Confirmó que todos los empleados están cobrando el bono de $54 mil a pagar en doce veces.
El gremio que nuclea a unos 600 empleados entre administrativos, tomeros y personal de cauces, hace dos semanas empezó a visibilizar un reclamo por reapertura de paritarias. Consideran que son esenciales porque durante la pandemia el servicio funcionó sin inconvenientes e incluso hubo aumentos del 30% durante 2020 y el mismo porcentaje en 2021 en la prorrata (lo que se paga por el servicio).
“Irrigación nunca tuvo problemas de recaudación, son fondos propios de quienes pagan. No tiene problemas financieras y tiene paritarias propias. El problema es que nominalmente, los empleados empezaron ganado menos que en 2019 porque en plena pandemia suspendieron adicionales de pagos específicos”, se quejó el gremialista.
Desde Irrigación defienden no sólo las mejoras en antigüedad y otros ítems permanentes lo cual implica “un aumento, de diciembre a diciembre, de un 50% del sueldo entre quienes menos cobran, como una Clase 3”. También justifican que “esos adicionales como el ítem campo, que tiene una equivalencia de gastos cuando va al territorio, no lo cobraron quienes no fueron al campo”.
Lo mismo sucede con las horas part time sobre las que el gremio denuncia una merma de 4000 en plena pandemia. “Bimestralmente se asignan en función de los trabajos y necesidades. Eso se ajusta, ha ocurrido y en el peor momento de la pandemia hubo una merma y después volvieron a pagarse. Estamos todos trabajando desde el 1 de setiembre”, indicó Pelegrina.
De acuerdo a los números del sindicato, un empleado Clase 10 profesional (una de las más altas), con 60 horas mensuales extras, cobra en mano $60.000.
Las demandas como eje del conflicto para Irrigación
Uno de los puntos que esboza el funcionario que trabaja en el equipo de Sergio Marinelli es el de una serie de demandas laborales que, según dice, ponen en jaque la situación financiera del organismo.
“Hay empleados que consideraban que habían sido afectados sus derechos, gente en una situación excepcional del gremio. La discusión de fondo es que había conceptos que son por un tiempo limitado y que no forman parte de la remuneración normal”, explicó el director de Gestión Institucional.
Agregó también que “sólo en dos de los casos, el monto que reclaman supera los $10 millones. Entendemos que el origen del endurecimiento de estos últimos tiempos tiene que ver con el apuro de cerrar esta discusión pero no estamos convalidando esta situación. Los demandantes tienen tutela sindical una parte de ellos, no obstante reclaman algunos conceptos q no están protegidos como horas extras y adicionales por función.
No cierra la puerta a un nuevo diálogo como ha pedido formalmente el gremio, pero sí o sí “se discutirá el tema de las demandas porque eso afecta la posibilidad de un aumento”.
“Es el elemento central porque cuando comparamos la totalidad del problema tenemos un problema grave por el impacto presupuestario que tienen estas demandas”, completó.
El gremio entiende que esa discusión debe darse en otro ámbito y solucionar primero lo salarial. “Es una decisión política de vender como éxito de la gestión el ahorro en el personal, es lo que viene haciendo permanentemente y queremos generar un diálogo, que se reabran las paritarias y que le busquemos una solución al conflicto”, pidió Ortolani.