Héctor Bonarrico asumió como senador provincial en mayo del 2018 y tardó poco en acompañar a Cambia Mendoza, siendo un aliado político para lo cual, al principio, no fue necesario que firmara ningún acuerdo. Incluso, aunque el oficialismo hoy minimice su importancia, la postura del religioso en el recinto fue clave en algunas instancias del último tramo del gobierno Alfredo Cornejo, porque la mayoría en la Cámara Alta era menos holgada que ahora.
Esta semana, esa relación terminó de la peor manera: habló de un “acuerdo político” para que su fundación recibiera un subsidio de $18 millones y el Gobierno, espantado con sus dichos, lo crucificó. Primero le quitó el subsidio y al día siguiente anunció que ha decidido denunciarlo por “tentativa de fraude” en la Justicia.
Lo cierto es que todo cambió en poco tiempo. Con Rodolfo Suárez fue un soldado más de Cambia Mendoza, con muy pocas observaciones a la gestión y ninguna a las leyes que mandó el mandatario.
De Protectora al oficialismo
“El tema era llegar y después cada uno armaba su propio partido”, blanqueaba el ex senador de Protectora a Los Andes en setiembre del 2018, a pocos meses de asumir en la Cámara Alta.
La renovación legislativa de aquel año llevó al pastor evangelista a una banca y a ocupar la Vicepresidencia segunda del Senado, que se le otorga a la minoría. Ese puesto le correspondía al Partido Intransigente, sello con el que compitió en el comicio de 2017 el partido de José Luis Ramón.
Bonarrico, Marcelo Romano y Daniel Galdeano conformaban el bloque opositor y se acordó que el pastor quedara cuarto en la línea sucesoria del Senado que presidía Laura Montero.
Pero Bonarrico no tardó en colaborar con el oficialismo. De hecho, en 2018, fue clave en una reforma de Cornejo: el Código Contravencional.
El 28 de agosto se dio el debate para implementar el nuevo Código Contravencional, o de Faltas, y Bonarrico permitió el quórum (mitad más uno) porque el PJ estaba en contra y el bloque oficialista contaba entonces con 19 integrantes, cuando necesitaba 20.
Bonarrico, en más de una oportunidad jugó así, como “el número 20″ del oficialismo cuando era necesario dar quórum ante el faltazo del peronismo y el resto de la oposición.
Su intervención en el tratamiento del Código de Faltas marcó su papel en el Senado en aquel tiempo. Días después, avaló los aumentos de tarifas de gas y luz que pedía frenar el peronismo, a pesar de que el pastor había llegado con el discurso de Protectora y la defensa a los consumidores.
En setiembre de ese año también acompañó otras reformas de Cornejo como el Código Procesal Laboral y el Régimen Disciplinario del Empleado Público. La sola presencia del pastor fue suficiente para habilitar el quórum y sancionar las iniciativas.
El camino del pastor
Pocos meses después de la renovación de 2018, ya era muy notorio que el Partido Intransigente no era un bloque. De hecho Galdeano fue un aliado del PJ y Romano fue muy crítico de Cornejo y de Suárez. El evangelista, en cambio se movía, por el otro carril.
En el radicalismo sostienen que los apoyos de Bonarrico “fueron en base a sus convicciones” y que en los casos que no compartía ideas, no acompañaba. Pero lo cierto es que casi no se encuentran iniciativas oficialistas que no contaran con su apoyo.
El panorama con el quórum y las mayorías, luego de las elecciones del 2019, le dieron un respiro al oficialismo, que festejaba el aumento de dos bancas más obtenidas y abrochaba 21 votos propios. Desde entonces, Cambia Mendoza dejó de depender del pastor. Sin embargo, Bonarrico siguió votando con el oficialismo.
Por ejemplo acompañó, al comienzo de la gestión de Suárez, junto al PJ en este caso, la modificación de la ley 7722, conocida como “ley antiminera”, que luego fue derogada.
Salvataje de las iglesias
En medio pandemia (mayo del 2020), Bonarrico presentó un proyecto para que el Gobierno le diera un salvataje a las iglesias evangélicas al no poder afrontar sus gastos, como por ejemplo el alquiler.
En la votación del proyecto, como podía ser lógico por la relación política, lo acompañaron la UCR y el Pro, lo que desató la ira del peronismo y la Izquierda.
Sin embargo, el pastor asegura que al final no recibió ninguna ayuda porque “si bien tuve los votos, necesitaba dos tercios, porque había que pedir dinero a la Nación y el peronismo no respaldó”.
Alianza blanqueada y quiebre
En julio del 2021, el vínculo ya existente de Bonarrico con el oficialismo provincial se formalizó.
El pastor selló la incorporación de su partido, llamado Masfe, al frente Cambia Mendoza, y bajó su candidatura a diputado nacional. Por lo tanto, no sorprendió que siguiera apoyando todas las propuestas del Gobierno provincial. Por ejemplo, la boleta única electoral.
Así siguió Bonarrico hasta el final de su mandato, a fines de abril. Pero esta semana estalló la polémica por el subsidio del Gobierno para la fundación que conduce, llamada Acción Social, y la relación cambió de repente.
El pastor declaró que el aporte económico era parte del “acuerdo” político de 2021 y que vino después de que Cambia Mendoza no pudiera garantizarle un lugar en las listas de candidatos para los comicios. Su aspiración real, entonces, era volver a ser candidato a senador provincial, según dijo a Los Andes.
Esta versión desató la ira del gobernador, que no sólo bajó el subsidio: el Gobierno anunció además que denunciará por “tentativa de fraude” al evangélico en la Justicia. Un desenlace que era difícil de imaginar hace sólo unos meses.