La visita del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, fue la excusa para que Anabel Fernández Sagasti se mostrara, como antes de las elecciones, oficiando de embajadora nacional. Quizás como respuesta a lo que dicen en el Gobierno, que ya no es influyente y también despistó sobre lo que sucedería después en el bloque del Senado.
La mano derecha de Cristina Fernández asistió a recorrer la obra de la Ruta Nacional 40 que une Mendoza con San Juan. En tierras lavallinas, se la vio hablando con el intendente Roberto Righi, uno de los peronistas que quiere abrirse camino sin cotillón K.
“Acá estamos con el intendente Roberto Righi. Con los hechos estamos demostrando que de ninguna manera hay interna”, dijo la presidenta del PJ al ser consultada por la situación en el Frente de Todos local. “Por supuesto que siempre es bueno debatir y discutir y dar opiniones. Si hay alguien que siempre propicia eso soy yo. Es bueno que haya discusiones a través de las propuestas”, agregó y de alguna manera dice que si se critica, entonces se proponga.
Justamente, días atrás, el senador provincial Rafael Moyano despotricó contra el kirchnerismo en un acto organizado en Guaymallén. Asistió Roberto Righi en lo que, dicen, fue el lanzamiento de un espacio despojado de La Cámpora, la agrupación sobre la que caen las culpas de la derrota electoral.
“Sin proyecto para la toma del poder, que busca sólo discutir cargos y con la mirada puesta en las minorías”, fue una de las expresiones del legislador que preside la Bicameral de Seguridad, pero que no ha logrado acordar que asista ningún funcionario.
Evitando las críticas personales, Fernández Sagasti remarcó que “trabajamos en construir de manera positiva y tratar de demostrarles a los mendocinos, las decadencias del Gobierno provincial y darles la propuestas del peronismo”.
“Eso siempre lo he hecho así y nunca me van a sentir opinando sobre otro compañero o compañera. Entendemos que la construcción del peronismo debe ser en clave positiva poniendo más propuestas y con el ejemplo en los municipios que gobernamos y desde ahí lo discutimos. Es una cuestión de proyecto político”, sentenció la legisladora.
Nada hacía suponer que el bloque se partiría en dos por la interna del Frente de Todos, más bien la normalidad de la situación alimenta la hipótesis de que todo se trata de una estrategia legislativa para asegurarse los lugares en el Consejo de la Magistratura.
