Hugo Laricchia es la cara visible del Mendoexit. Muchas veces ha relatado que el movimiento nació “de un grupo de mendocinos que veíamos como nuestros hijos se nos iban yendo, buscando becas en Australia, trabajos en Canadá”.
Dice que ese grupo, surgido de las redes sociales, ahora sale a la arena política, aliado al Partido Demócrata, para “recuperar para Mendoza todas cosas que la Constitución nacional nos permita autogobernarnos y hacerlo entre mendocinos”.
Para el gran público no es conocido que el líder del Mendoexit es hijo de Francisco Laricchia, quien fuera diputado provincial de la UCD (el espacio creado por Álvaro Alsogaray) y que ingresó en la banca en la Alianza de Centro, que ese partido formaba con el Partido Demócrata. Ironía del destino: hoy Laricchia hijo suscribe un acuerdo con el mismo partido.
“Mendoza está bajo ataque y en esa situación una sociedad se une y deja de lado sus diferencias ideológicas. Yo soy liberal, pero eso no significa que el Mendoexit sea liberal. Se ha sumado gente de toda laya política, sacando los extremos”.
- Frente al ataque, se supondría que a quien habría que fortalecer hoy es al Gobernador, no al Frente Cambia Mendoza, sino al Gobernador…
-Sería lo ideal. Lo intentamos muchísimo, dimos ideas, lo defendimos en un montón de situaciones, pero no demuestra tener ganas de comandar una defensa de Mendoza, sino que intenta acordar, el diálogo, que es características tradicional del radicalismo, que en tiempos normales son virtudes, pero cuando se requiere coraje, vehemencia, son defectos. Suárez dijo “Mendoza no vuelve a fase 1”, porque los mendocinos lo obligaron a decirlo y al otro día, en Buenos Aires dijo que no lo había dicho. Lo hace con tibieza, de una forma en la que no se note que estamos peleando.
-¿Qué quieren hacer, en caso de tener espacios de poder?
-Por ejemplo, manejar la pandemia. El Gobernador hoy, que los mendocinos lo presionamos lo suficiente, ha decidido despegarse un poco de Fernández. Nosotros creemos que salud pública Mendoza nunca la delegó a la Nación y que desde el primer día de la pandemia, Mendoza podría haber tomado las medidas necesarias sin tener nada que ver con el Gobierno central.
-Pero la Nación debe coordinar…
-Yo no quiero que coordinemos con Gildo Insfrán. Un decreto de necesidad y urgencia del presidente sobre salud pública en Mendoza tiene el mismo valor que un decreto de Piñeira. Simplemente se debe desconocer. A esto me refiero cuando hay que defender la autonomía con vehemencia…
-En pandemia, con la caída de la recaudación, cayeron las transferencias automáticas por coparticipación y todas las provincias dependían de la plata discrecional que repartía Fernández y que obtenía de emisión monetaria: la vehemencia es ponerse la soga al cuello…
-Entonces estamos de acuerdo que estamos lidiando con un extorsionador. Hay que defenderse de la extorsión. La Constitución de 1853 dice que el Poder Ejecutivo Nacional se financia con el Correo y la Aduana, hoy tenemos 168 impuestos y la mayoría no son coparticipables (ver aparte). Nos sacan cuatro pesos, nos devuelven uno y con los otros tres construyen un estadio de futbol y un autódromo en Santiago del Estero. ¿O alguien puede creer que esas dos obras las hicieron con el esfuerzo y el sacrificio de los santiagueños?
¿Dónde están los legisladores nacionales de Mendoza planteando esto en el Congreso y tratando de conseguir adhesiones? Están todos preocupados por las internas de sus partidos en Buenos Aires, si Macri y los halcones o si Máximo Kirchner le gana a los intendentes del conurbano. Esa es la realidad de los partidos políticos cuando integran fuerzas nacionales.
-¿Qué otro tema piensan impulsar?
-Tenemos adhesión a una ley de tránsito, mi hija está estudiando puentes levadizos y playas para sacarse el carnet de conducir y no dice nada del uso de cadenas para la nieve. Estamos adheridos al Registro Nacional del Automotor que no significa nada más que sacarle miles de pesos a un mendocino que vende un auto, para dárselos al primo de un político, pudiendo Mendoza tener un registro provincial del automotor.
-Vamos a la rosca. Llama la atención que lo nuevo junto a un partido tradicional.
-Yo descreo de la dicotomía nueva política-vieja política. No he encontrado a nadie que me explique la diferencia, salvo la fecha de aparición. La nueva política es una cuestión de marketing y el PD tiene un discurso muy parecido a nosotros en cuanto a defensa de Mendoza y qué sentido tiene que salgamos en boletas diferentes a proponer prácticamente. En este momento ambos coincidimos que hay que defender Mendoza.
-Hay límites a la búsqueda de alianzas para constituir un frente.
-Yo quiero que se sumen todos bajo este paraguas: Mendoza está por encima de las pertenencias partidarias. Santiago Felipe Llaver fue a recuperar los Nihuiles y era amigo de Raúl Alfonsín, era más mendocino que radical. Las convicciones existen, salvo los extremos peligrosos como el nazismo, el stalinismo, el que quiere atentar contra la democracia o imponer ideas con las armas.
-Qué piensa de sus competidores. El kirchnerismo, por ejemplo.
-El kirchnerismo es defensor del sistema que nos oprime, demasiado autoritario para mi gusto, demasiado centralistas, pero soñaría con que un kirchnerista haga lo que hizo Llaver o el juicio que hizo (Arturo) Lafalla a un presidente de su partido porque perjudicaba a Mendoza. Pero pareciera que los kirchneristas son como Carmona, que salen a defender que nos roben Portezuelo, diciendo que no seamos tan mendocinistas.
-Y el radicalismo?
-Cornejo ha mencionado dos veces el mendoexit y fue titular en todos lados, pero porque la idea está en los mendocinos y es normal que un político quiera llevar agua para su molino. Pero después de eso está preocupado por la interna en la provincia de Buenos Aires y cuando un dirigente se enreda en temas nacionales, se separa naturalmente de Mendoza. Cornejo, (Omar) De Marchi, como Anabel (Fernández Sagasti) pertenecen a estructuras nacionales porque naturalmente te llevan a abandonar la idea de defender primero a Mendoza.
-Para los medios nacionales son un fenómeno curioso...
-Somos conscientes que nos ridiculizan a veces, pero para nosotros lo que pasa del arco Desaguadero para afuera, es Latinoamérica para nosotros.
-Muchas cosas para discutir en la nacional. Por ejemplo la coparticipación.. Si van al Congreso, van a tener que entrar en discusión nacional…
-Los nuestros van a defender 100% a Mendoza y no les va a importar quien gobierna en Formosa, como por ejemplo Anabel que tiene que justificar a Gildo Insfrán, aunque quisiera no puede defender a Mendoza, porque su destino político está atado a lo que decidan Cristina o Alberto.
Alerta por venta de humo
Alerta 1. Uno de los temas de los que habla Hugo Laricchia muy apasionadamente es del reparto de impuestos. Los Andes le recuerda que una modificación de la ley de coparticipación debe tener el acuerdo de todas las provincias.
“La verdad es que no encuentro de dónde sale eso. En la Constitución, en el artículo 75 inciso 2, le da la orden al Congreso de redactar una ley de coparticipación, con acuerdo de las provincias, pero en ningún momento dice unanimidad”.
Ese inciso que menciona Laricchia dice que el Congreso deberá sancionar “una ley convenio, sobre la base de acuerdos entre la Nación y las provincias”. Es de suponer que ese acuerdo se debe firmar con las que reciben coparticipación.
Más aún, la Constitución dice que “la ley convenio tendrá como Cámara de origen el Senado y deberá ser sancionada con la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara, no podrá ser modificada unilateralmente ni reglamentada y será aprobada por las provincias”. Mayoría absoluta es más de la mitad de cada cámara. Los Andes le recuerda a Laricchia que eso implica sumar a la mitad de las provincias.
El problema es la última parte del inciso: “será aprobada por las provincias” implica que todas voten una ley provincial adhiriendo, algunas incluso resignando parte de lo que les toca en el reparto. Al final de la historia, todas tienen que aprobar y conseguirlo no es sencillo, sobre todo cuando se trata de plata.
-La política permite tratar de convencer- responde.
Alerta 2. Otro tema con definición polémica es que “en el petróleo de Mendoza, YPF manda más que la provincia”. Los Andes que la petrolera, como otras, tiene concesiones que ganó y que paga regalías.
-Seguro, pero no se puede rever eso- responde
-Si se puede. De hecho se han revertido áreas petroleas por incumplimientos- le respondió Los Andes.
-Claro que si, pero en la mentalidad de los políticos está la renovación con YPF y hoy ya no es una empresa del Estado, YPF es una empresa partidaria, en manos del kirchnerismo- afirma.
YPF es la principal petrolera de la Argentina, la que tiene más yacimientos en todo el país, así como bocas de expendio y esa situación se repite en Mendoza. Sin embargo los contratos de concesión pueden ser rescindidos por incumplimientos.
Alerta 3. La tercer alerta de venta de humo es más compleja de desentrañar. “El espacio aéreo es mendocino. Un día hicieron un código aeronáutico y nos metieron adentro haciéndonos creer que el espacio aéreo es potestad del Poder Ejecutivo Nacional”, dice y se encienden las fantasías de que Mendoza podría dar rutas aéreas y generar conectividad con el mundo.
El derecho aeronáutico nació de un tratado internacional, la Convención Internacional sobre Aviación de Chicago, realizada en 1944. El artículo 1 de ese tratado dice que “los Estados Contratantes reconocen que cada Estado tiene soberanía exclusiva y absoluta sobre la zona aérea que abarca su territorio”.
Argentina adhirió a ese tratado por el decreto-ley 15.110 del 24 de Mayo de 1946 firmado por el presidente de facto Edelmiro Farrell (días antes de la asunción de Juan Domingo Perón) y fue ratificado por el Congreso nacional por la ley 13891 de 1949. Así el espacio aéreo es jurisdicción nacional porque es un tratado internacional.