El salvataje de una empresa insignia como Impsa logró, al menos por un momento, olvidar los tiempos de polarización. Conducciones peronistas y radicales se pusieron de acuerdo en pos de evitar la quiebra de la compañía metalmecánica.
La relación entre el presidente Alberto Fernández y el gobernador Rodolfo Suárez, ha tenido idas y vueltas desde que asumieron. Los últimos encontronazos fueron por las restricciones definidas a nivel nacional por la pandemia de coronavirus, en particular las clases presenciales que Mendoza sostiene contra viento y marea. Aunque ya hubo una tregua cuando se aceptó volver a “fase 1” por nueve días.
“Cuando el sentido común prima y se trata de apoyar a una empresa como Impsa que genera empleo genuino, nos pusimos rápidamente de acuerdo”, dijo el Gobernador luego de la recorrida por las instalaciones de la compañía radicada en Godoy Cruz, en lo que ya era el acto oficial. El Presidente, en sintonía, aseguró que “si aprendemos a respetarnos y construir juntos en la diversidad va a ser más fácil. Eso es lo que pasó aquí con Impsa”.
Con ese cruce de flores discursivas, que acompañaron bien los funcionarios de los gabinetes como Matías Kulfas, quien destacó el trabajo conjunto entre ambos líderes, quedó claro que capitalizar los consensos suma y mucho. Más aun en un año electoral, en donde la gestión de Fernández deberá pasar un exigente tamiz, como así también la de Suárez.
El acto tuvo un fuerte sesgo político y la dirigencia encontró en él un buen momento para salir de sus oficinas, mostrarse y rosquear. Peronistas y radicales se aseguraron una nutrida tribuna que no desentonara: intendentes, legisladores, funcionarios locales y nacionales. Todo era válido para “hinchar” por los propios y que las sillas quedaran todas ocupadas
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Entre las figuras destacadas del PJ estuvo por supuesto su presidenta local, Anabel Fernández Sagasti, que llegó en el avión con la comitiva nacional; los senadores provinciales Lucas Ilardo y Adolfo Bermejo, y diputados nacionales como Marisa Uceda, Omar Félix y Eber Pérez Plaza.
El sexteto de intendentes peronistas dijo presente, como era de esperar. Martín Aveiro (Tunuyán), Emir Félix (San Rafael), Matías Stevanato (Maipú), Fernando Ubieta (La Paz), Flor Destéfanis (Santa Rosa) y Roberto Righi (Lavalle), que fue el último en llegar, no se perdieron la oportunidad de mostrarse en el acto. Después, ninguno dejó pasar el momento de la selfie presidencial.
Por el lado del radicalismo, acompañaron Ulpiano Suárez (Capital), Tadeo García Zalazar (Godoy Cruz) y Marcelino Iglesias (Guaymallén), además del vicegobernador Mario Abed, y legisladores provinciales y nacionales. Casi todo el gabinete de Suárez asistió al acto, como Víctor Ibáñez (Gobierno), Mariana Juri (Cultura y Turismo), Lisandro Nieri (Hacienda), Enrique Vaquié (Economía) y Ana María Nadal (Salud).
Hay que resaltar que tanto el Presidente como el Gobernador siempre han bregado por los acuerdos, aunque a veces esto se dificultó en la práctica. Los dos asumen un perfil moderado que en el caso del ex jefe de Gabinete de Néstor Kirchner le sumó muchos puntos de popularidad en los primeros meses de la pandemia.
“Bien dijo el Gobernador, la verdad terminan todos los días criando distancias entre nosotros y a veces por esas distancias la gente padece”, resaltó el jefe de Estado, tendiendo un puente. Suárez por su parte ensalzó a dos ministros nacionales, Wado De Pedro (Interior) y Martín Guzmán (Economía), por el aporte financiero que llega a la Provincia para formar parte de Impsa: “Hay que reconocerlo, es lo que corresponde”.
La grieta, por ahora, no se sella, pero su profundización venía a buen ritmo cuando empezó la disputa por las clases presenciales. Detrás del alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se alineó Suárez y el fallo de la Corte Suprema de Justicia avaló la decisión aperturista. No obstante, las tensiones siguieron y ninguno ha cedido en sus posturas.
Del “jugar con fuego” de Fernández que les puede “arruinar la vida a los cordobeses, a los porteños o a los mendocinos” a los argumentos de Suárez que se sostienen en que las escuelas no son un foco de contagios, hay una gran diferencia. Pero Impsa se metió en el medio y, al menos por un rato, su destino unió al Presidente con el Gobernador.
Ausentes de la oposición, y también del “oficialismo”
Legisladores nacionales dijeron presente, sobre todo desde el Frente de Todos. Como ya se dijo, allí estuvieron los diputados Marisa Uceda, Omar Félix y Éber Pérez Plaza, además de la senadora nacional Fernández Sagasti.
Un aliado del kirchnerismo como José Luis Ramón tenía una silla reservada, pero desistió de asistir. Su argumento fue que considera inadecuada “la manera de proceder del Gobierno provincial, por ignorar nuestras propuestas al respecto (sobre Impsa) y nos manifestamos en contra del proyecto de ley sancionado”.
En una nota al Presidente, el diputado nacional despotrica por los cinco millones de dólares que, entiende, “debían ser utilizados para saldar la inmensa cantidad de carencias y problemas estructurales que hoy se observan en la provincia”.
Por el lado de Juntos por el Cambio, la senadora nacional Pamela Verasay prefirió asistir a la presentación del informe que el jefe de Gabinete nacional, Santiago Cafiero, dio en el Senado de la Nación. Su compañero de bloque y ex gobernador, Julio Cobos, sí dijo presente en Impsa.
Tampoco fueron de la partida el radical Alfredo Cornejo ni el macrista Omar De Marchi. El ex gobernador tenía turno para recibir su dosis contra el Covid-19, mientras que el diputado nacional del Pro es otro de los críticos de la estatización de Impsa.
“Meter al Estado en Impsa es adquirir deuda a cambio de improbables beneficios futuros. Vieja fórmula estatizante que tanto daño ha hecho a nuestro país. Si los que deciden pusieran en riesgo su dinero y no el de los impuestos, seguro tomarían decisiones distintas”, se quejó en Twitter.