“Muchachos, se dieron el gusto en las primarias; bueno, ahora voten por el que pueda ganar al Gobierno”. Días atrás, Miguel Pichetto comentaba a este diario parte de la estrategia de la campaña electoral para el 14N de Juntos por el Cambio: la búsqueda del voto útil.
Las listas de la principal alianza opositora reunieron en las PASO de hace un mes poco más del 41% a nivel nacional, cifra alineada con los votos conseguidos por Mauricio Macri en las presidenciales del 2019. “Tenemos que ir por el 45%”, propuso Patricia Bullrich como objetivo para las generales. El derrumbe electoral vino por el lado del oficialismo. En las primarias, las listas del Frente de Todos superaron apenas el 33%.
Con un acto en Tigre el jueves pasado, Diego Santilli (Pro) y Facundo Manes (UCR) hicieron el primer gran acto de campaña bonaerense de Juntos. Dicen que irán por un millón de votos más en la provincia que gobierna Axel Kicillof.
“La captación del voto útil o voto estratégico es una constante para Juntos porque lo que está más disperso es el voto antikirchnerista y no tanto el voto anti-Cambiemos, que no existe; en 2019, en todo caso, hubo un voto enojado con Macri”, dice el consultor político, Lucas Romero. Para el director de Synopsis, “lo que vemos entre las PASO y la general, es que el voto antikirchnerista pasa a agruparse en la fuerza que está en condiciones de ganarle al kirchnerismo. A ese voto apunta Pichetto”.
La campaña de Juntos, entonces, buscará menguar, principalmente, el capital reunido por los liberales Javier Milei y José Luis Espert, que en CABA y la Provincia sumaron unos 650 mil votos. También apelarán al voto útil de los 130 mil votantes bonaerenses de la dirigente evangelista y conservadora Cynthia Hotton en las PASO. También dicen que se puede pescar en los 300 mil votos de Florencio Randazzo, quien debería duplicar su caudal para conseguir la banca, y hasta arañar algo en los 80 mil votos del peronista opositor, Guillermo Moreno.
“Las candidaturas de Hotton y Espert van a sufrir la migración de sus votantes. Obtuvieron cifras muy residuales por lo que aparece el incentivo en los votantes de ‘che, voy a votar por quien está en la pelea principal’”, evalúa Romero.
Horacio Rodríguez Larreta (la figura predominante del PRO y JxC tras las PASO) confirmó el camino del voto útil: “somos la única fuerza en serio que por presencia en el Congreso le puede decir basta al kirchnerismo”. Algo así como “para qué desperdiciar el voto” con Milei, Espert o Hotton.
La búsqueda del voto útil encuentra otro fundamento. “Hubo casi un 30% que votó por opciones diferentes al FdT y JxC, significativamente superior a lo sucedido en 2019 y 2017″, indicó un estudio del Centro de Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag).
Unos 3,6 millones de electores no fueron a votar, pese a la obligatoriedad del voto, lo que llevó a preguntarse en el Celag sino “¿comienza una suerte de ‘chilenización o colombianización’ de la política argentina?”, al haberse registro una participación por debajo del 70% por primera vez desde el retorno de la democracia.
El FdT perdió 4,3 millones de votos comparado con las PASO 2019. En la provincia de Buenos Aires, fueron dos millones de votos menos entre las presidenciales de 2019 y las PASO 2021.Las listas Santilli y Manes, sumadas en Juntos, le sacaron 350 mil votos de diferencia a la papeleta de Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollan.
Dice Romero: ”Creo que la clave para el oficialismo es ir a buscar votos donde hubo baja participación y donde ocurrió eso coincide con zonas donde al peronismo le suele ir muy bien, particularmente en el tercer cordón del conurbano, donde pudiera haber ahí un votante que no fue a las PASO y que por algún motivo podría ir a la general y votar a favor del gobierno. Cuando digo ‘por algún motivo’ es porque me cuesta encontrar razones. Creo que a ese voto no fue al gobierno precisamente porque está enojado con el gobierno. La pregunta es: de acá al 14N, ¿se podrán desenojar? Las medidas que está tomando el gobierno, ¿les cambiarán las perspectivas a esos votantes?”.
En efecto, en el Gran Buenos Aires, las pérdidas de votos en La Matanza (198.960), Merlo (90.878), Quilmes (87.695) o Moreno (81.709) indican un retroceso del FdT entre los sectores populares. Este fenómeno, dice el Celag, puede proyectarse a nivel nacional: Seleccionadas 100 mesas electorales en escuelas de zonas muy pobres del país “se corrobora que el FdT ha dejado de ganar en la mayoría de ellos como sucedía en 2019″ y “si en 2019 ganaba en el 86% de las mesas seleccionadas, ahora, en 2021, solo ganaron en el 51%”. Razones económicas explicarían este fenómeno.
En el Frente de Todos dicen que es posible sumar un millón de votos más en la Provincia de Buenos Aires y dicen, también, dónde raspar la olla. En el conurbano norte (Vicente López, San Isidro, Tigre, entre otras localidades), el FdT sacó casi 700 mil votos menos que en las PASO de 2019.
También urge mejorar los resultados en “la Tercera Sección electoral”, dominada históricamente el peronismo, pero donde se perdieron también 700 mil votos, mientras que Juntos creció en cien mil. Son 19 partidos, encabezados por La Matanza y Lomas de Zamora. Martín Insaurralde, intendente lomense y aliado de Máximo Kirchner en la conducción del PJ bonaerense, fue nombrado por Kicillof como Jefe de Gabinete después de las PASO, y será uno de los encargados del diagrama de la campaña. “Creo que vamos a dar vuelta la Provincia”, pronosticó, optimista, Alberto Fernández.
Increíblemente, parte de la confianza en el FdT para “la remontada histórica” surge al mirar una reciente experiencia electoral de Juntos: entre las PASO de 2019 y la presidencial, Macri creció casi 2,7 millones de votos. Unos 700 mil votos fueron en la Provincia de Buenos Aires.