Nunca antes las PASO fueron tan bienvenidas en Juntos por el Cambio (JxC), donde hay movimientos convulsionados. Chicanas, desautorizaciones, críticas, también desafíos electorales, fluyen en boca de los principales referentes. Las primarias, que se realizarán el 12 de setiembre, servirán finalmente para ordenar el lío político interno, coinciden hasta los dirigentes con posiciones más enfrentadas.
El gobernador radical de Jujuy, Gerardo Morales, volvió a fogonear las diferencias. “¿Puede haber un Gerardo Morales Presidente?”, le preguntaron. “Sí, tiene que haber alguien del interior. Me parece que está un poco agotado el tema de los que creen que (porque) gobiernan la Ciudad de Buenos Aires conocen todo el país y creo que no conocen mucho”, respondió. El palo obvio fue hacia Horacio Rodríguez Larreta. El Jefe de Gobierno porteño es uno de los anotados para la carrera presidencial del 2023. Pero un dirigente radical aliado a Morales, en charla con Los Andes, amplió la interpretación: “Gerardo también le apunta a Macri, a Vidal, a Lousteau (enemigo en la interna radical) y hasta a Alberto Fernández, todos dirigentes surgidos del puerto”.
Morales ya había tensado la cuerda en JxC cuando dijo que “no volvería a apoyar otra candidatura de Macri” y cuando reconoció la existencia de “sectores reaccionarios” dentro de la coalición, al criticar a Patricia Bullrich por instigar un “escrache” en la Residencia de Olivos.
Los ruidos que genera Macri
En su reciente paso por Córdoba, Macri no agregó calma. Ungió como candidato local a su ex ministro radical Gustavo Santos, elogió al gobernador Schiaretti y criticó el estilo de liderazgo de otro radical, Mario Negri. “Inoportuno, no sé por qué Mauricio lo hizo; esto no suma. Negri hace un gran trabajo en JxC”, comentó un dirigente del Pro que milita con Larreta.
“La principal ocupación de Macri es reconstruir su poder dentro del Pro junto con Bullrich. Para el armado de listas, Macri dice que donde reelige un amigo de él, nos pide respetar el acuerdo; ahora, donde reelige uno nuestro, dice que hay que ir a internas. Fue a Córdoba a juntar tropa contra nosotros. Está muy beligerante”, se quejan los radicales.
El Auditor General de la Nación, el peronista Miguel Ángel Pichetto, criticó al ex operador judicial macrista Fabián “Pepín” Rodríguez Simón por pedir asilo político en el Uruguay (“ni que fuera un guerrillero”, dijo). Pero dentro de JxC dolió más el dardo tirado contra el ex ministro Guillermo Dietrich. Pichetto dijo que es “inconsistente” desde lo político “salir en Zoom desde Punta del Este, alentando a los muchachos del conurbano a salir a trabajar por el proyecto”.
El ex compañero de fórmula de Macri está molesto con las duras posiciones anti-peronistas que profesan algunos del Pro. Pichetto, igual que los radicales y el larretismo, cree que hay que “ampliar la coalición” y no vetar ingresos o promover expulsiones.
Por ejemplo, hay sectores del macrismo que no quieren adentro al peronista Emilio Monzó. El intendente de Vicente López, Jorge Macri, es uno de ellos. Monzó replica que quiere ser candidato y que las PASO están para dirimir controversias; aliado de Frigerio y Massot, y con buen diálogo con Rodríguez Larreta, el ex diputado empapeló la Capital Federal y el conurbano con un eslogan que marca la dirección de su campaña: “Hay diálogo”. Una mensaje político muy diferente al de Bullrich, quien hace giras provinciales para difundir su libro “Guerra sin cuartel”.
Halcones y palomas
Bullrich ya dijo que quiere encabezar la lista de JxC en la CABA. “Horacio es el único gobernador que tiene el Pro y ¿justo la Presidenta del partido viene a hacer quilombo aquí?”, apuntan desde el entorno del Jefe de Gobierno porteño. Imaginan un candidato con un perfil moderado, más ajustado al sello político de Rodríguez Larreta. María Eugenia Vidal, por ejemplo. “Si no podemos ponernos de acuerdo, están las PASO”, desafían. La UCR porteña conducida por Lousteau y el diputado Emiliano Yacobitti pretende lo suyo en el distrito.
“No levanto el precio, ni minimizo los cruces internos, pero presto atención”, le dijo a Los Andes el diputado nacional del Pro Álvaro González, peronista que acompaña a Rodríguez Larreta y a Macri desde la fundación del espacio. “En todas las coaliciones hay tensiones y hay que administrarlas. Tuvimos cuatro años de gobierno y uno y medio como oposición sin separarnos; ese es un valor que no se puede rifar”, expresó González, quien está a favor de “hacer un esfuerzo para ampliar JxC”. El diputado dejó dos definiciones: “Los extremos no te llevan a ningún lado, los ultras no ganan elecciones” y “el oficialismo tiene al Frente de Todos y la oposición a Juntos por el Cambio, no hay nada más”.
“Al igual que el oficialismo, JxC tiene sus dilemas. Pero creo que nadie va a llevar las diferencias a niveles peligrosos: saben que el que se fractura pierde. No sabés si unidos podés ganar, pero separados, seguro perdés. Esto vale para los dos lados de la medianera”, evaluó el consultor político Gustavo Marangoni.
También apuntó que en el sistema político argentino se construyen “coaliciones negativas”, donde la idea común es que “no gobierne el de la vereda de enfrente”. Marangoni adjudicó la altisonancia de los cruces internos de JxC a que se está “en una etapa previa de negociación de listas y vos siempre golpeás la mesa”.
Los actores vislumbran internas duras de JxC en Capital Federal, Buenos Aires y Córdoba para las legislativas, y en paralelo, un crecimiento en las disputas por la candidatura presidencial del 2023. “Como decía Machiavello, ‘las alianzas contra el Príncipe son fáciles de hacer y difíciles de mantener’”, recordó el consultor, que cree, pese a las chicanas, que los socios privilegiarán la unidad del espacio.