Martín Kerchner Tomba ya juró como senador y fue confirmado el frente del bloque de la Unión Cívica Radical (UCR). Hombre de números y ex ministro de Economía, Infraestructura y Energía de Alfredo Cornejo tendrá la tarea de “defender” lo que hace el Gobierno.
Entrevistado por Los Andes, asegura que quiere participar de proyectos de educación y responsabilidad fiscal, que implica ponerle más controles al Poder Ejecutivo. Se considera un hombre de diálogo y aspira a lograr acuerdos con la oposición.
-¿Cómo empieza esta etapa en la Legislatura?
-Cuando uno es legislador del oficialismo, es decir tiene la tarea de defender lo que se hace y lo que se pretende hacer, las nuevas propuestas de lo que se pretende hacer. Se mezcla un poquito entre la acción legislativa y ejecutiva. Es el mismo equipo el que está haciendo en el Ejecutivo que el que está haciendo en el legislativo. Es más fácil ser oposición porque es detectar el problema a las cosas porque siempre lo hay. Ser legislador del oficialismo implica el esfuerzo de trasmitir al Ejecutivo, toda la experiencia que uno puede tener para lograr normativas que cambien algo en la sociedad.
-No es el mismo legislador que estuvo hace algunos años acá, ¿no?
-No, los mendocinos han invertido en mí mucho tiempo y dinero y espero poder devolverles parte de eso. Yo soy un convencido, porque me lo enseñó mi viejo y mi vieja, que el servicio público es eso, es servir. Es devolverle a los demás lo que de alguna manera ellos te dieron. Es lo que hace un docente con un alumno. En mi caso me formé como profesional, tuve experiencia, y eso se lo tengo que tratar de devolver haciendo mejores leyes y proyectos para que el Ejecutivo le vaya mejor. Así le va mejor a los mendocinos. Soy más productivo que lo que necesito de formación.
-Muchos dicen que ser legislador es recibir insultos, ¿por qué?
-Tuve la oportunidad de ser legislador un año y medio y no me pasó. Hay que mostrarle a la gente que uno se esfuerza en el día a día, que viene y trabaja. No es sólo sentarse en una oficina en la Legislatura, es recibir a toda hora y todos los días, incluso fines de semana a personas que tienen inquietudes, que tienen problemas, o que tienen propuestas. La política tiene una connotación negativa, sobre todo en Argentina y eso es culpa de la política también. Pero poner de acuerdo dos personas, que tienen intereses distintos, para que caminen hacia un mismo lugar, es un esfuerzo muy difícil. Es una tarea ingrata desde la aceptación social, no es como el médico, el policía, pero es necesaria porque es la que hace vivir en sociedad. Hay que honrarla con buenos ejemplos, no con malos que ya conocemos.
-¿Por qué cree que lo propuso Suárez?
-Ceo que lo que viene por delante es una tarea de aportar cosas desde Mendoza a la gran crisis que tiene la Argentina. Y creo que para eso, lo que hizo el Gobernador a quien le agradezco porque fue quien me propuso estar acá como legislador y después como presidente del bloque, es traer alguien que tiene mas experiencia en el Ejecutivo. Que tiene mas información en la espalda para moldear desde la Legislatura, junto con el Ejecutivo un proyecto que es distinto de gestión de los público en Argentina.
-¿Qué le pidió Suárez?
-Me pidió que esté muy en contacto con los ministros que estoy haciendo, que haga fluir mucho la información entre el Ejecutivo y Legislativo. Eso requiere la tarea de estar informando y no dejar a nadie afuera de ese proceso y acompañar a todos los legisladores que tienen muchas ideas para proponer y sacar lo mejor de ellos.
-Le toca jugar de “cinco” en el medio de la cancha…
-Siempre me tocó así, siempre. Mi ídolo es (Javier) Mascherano pero no voy a llegar nunca a eso (risas).
-Suárez lo eligió ahora, ¿siente que lo corrió en su momento postulándolo a YPF?
-No, al contrario. Me dio un reconocimiento y se lo agradecí siempre. En esto de ser ministros es buena la rotación porque físicamente e intelectualmente te desgasta mucho. Y me dio la oportunidad de aprender en un sector de la economía. Fue un buen movimiento en lo personal, salir del Ejecutivo me permitió recuperar el desgaste.
-¿Cuál va a ser su impronta en el bloque?
-Primero que nada, por primera vez en la historia de Cambia Mendoza tenemos en el Senado un bloque de 24 senadores y es una responsabilidad ser mayoría y hay que usarla con responsabilidad a esa mayoría. No el “te voto porque te voto”. A mí me pasó de estar del otro lado cuando me hacían eso. Vos les dabas propuestas razonables y la respuesta era “no me importa”. Yo quiero hacer lo contrario, si hay razonabilidad en los planteos, quiero reivindicar la política es reivindicar los acuerdos positivos para la gente.
-¿Cómo ve a la oposición en eso de lograr acuerdos?
-La oposición tiene y cuando las hace, hay que escucharlas. Y en ese trabajo hay un proceso de negociación. No es lo que uno propone es lo que vas a lograr y eso pasa en el matrimonio, en el trabajo. Hay que aprender a negociar y hay que tener claro cómo es el fin. Estamos acá para hacer cambios que le mejore de alguna forma la realidad a los mendocinos. Si en eso van a ver propuestas vamos a encontrar acuerdos. Yo soy una persona de diálogo pero muy ejecutiva. Sino querés decidir por una situación meramente política, eso lo que hace es atrasar las cosas positivas que impacten en los mendocinos. El dialogo está abierto siempre y cuando sea constructivo. Eso de imponer cosas, no.
-¿Tuvo el acompañamiento de todo el bloque en esta elección?
-Sí, para mí es un honor y un reconocimiento. Uno trabaja todos los días pero recién cuando no estás te das cuenta de los reconocimientos. Fue un honor que todos los miembros de Cambia Mendoza me dijeran por unanimidad a mí y a Mercedes (Rus) como vicepresidenta. Es empezar con el pie derecho.
-¿Qué proyectos legislativos le gustaría promover?
-Tengo una formación vinculada a lo financiero-fiscal pero tengo en mi corazón algo mucho más grande que tiene que ver con la educación, porque mi mamá es docente jubilada y me parece que es uno de los temas que se debe en Mendoza. Tenemos que mirar a dónde queremos el sistema. La mitad de los chicos se salen del sistema. Si la verdad es que los hijos son el capital de la sociedad, tenemos que lograr grandes acuerdos en eso.
-¿Y en lo que respecta a su formación?
-Trabajar mucho en la responsabilidad fiscal que para mí, no me voy a cansar de repetir, que las sociedades funcionan con un principio básico, que es el cáliz fiscal. En administración es el equilibrio fiscal que no es gastar más que lo que uno tiene y dejarse unos manguitos para mejorar. Esto requiere de una norma. Se votó una ley de Responsabilidad Fiscal que hay que actualizar que ponerle más control al Ejecutivo, sí. Todos somos buenos, pero si nos controlan es mejor. Hay muchos elementos pero hay que actualizarlas porque hay municipalidades, el Gobierno, que han encontrado cosas de tanto usarla que, junto con la ley de Administración Financiera, hay que actualizarla.
Malargüe: minería y Portezuelo
-Malargüe viene insistiendo con minería, ¿está de acuerdo en que la desarrolle y tener que ajustar la legislación?
-Creo en todas las actividades económicas, el ser humano genera un impacto, basta mirar la basura. Tenemos que ser honestos y controlarlo para que no se nos vaya de las manos. Si hoy queremos pasar a ser eléctricos porque el combustible fósil contamina, necesitamos cobre para la energía eléctrica. El cobre surge de la minería más impactada por la 7722. Requiere de consenso social y en Malargüe es positivo porque vienen trabajando en petróleo desde hace muchos años. A aquellas comunidades que lo aceptan, no le podés prohibir esa determinación. Hay que hacerlo con cuidado, con la tecnología que hay y el control ciudadano que es lo que hizo San Juan. Hay que acercar a la comunidad a al actividad, como pasó con la vitivinicultura que la terminó apreciando.
-¿Ve posible abrir el debate de nuevo?
-Un profesor de Australia, cuando era ministro, me contó que la discusión entre el agro y la minería le había llevado dos o tres décadas y que habían vuelto 3 o 4 veces en el proceso. El problema acá es el agua y tiene que usarse eficientemente, cuando el agua tiene un valor, no riega a manto y es más fácil distribuirla. Y hay que mostrar que las industrias tienen un efecto sobre la sociedad pero hay que tenerlo controlado. Nos tomó dos o tres décadas de discusión y es lo que venimos haciendo nosotros. Lo tomo como un paso más esto que pasó porque es una conversación que está teniendo la sociedad. A medida que haya más información, encontrás un camino. Estamos aceptando los efectos de esta sensación. Ya levamos 20 años
-¿Considera que Malargüe hubiera sido una buena prueba piloto para generar conciencia?
-Probablemente porque ahí es donde funcionan actividades extractivas. Hierro Indio está haciendo los trámites y tuvo el acuerdo de la Legislatura. En todos los proyectos mineros del mundo, ya no están usando un montón de elementos que por ahí expresamente lo dice la ley. Si la ley te lo permite pero la sociedad todavía no está totalmente de acuerdo, ¿de qué te sirve empezar algo si después se va a volver hacia atrás?. Me parece que está bueno traer información para que la gente empiece a quitar los slogans. Si tenemos la posibilidad, en la provincia de Mendoza de que vaya preso un político que robó, empecemos a confirmar que podemos controlar lo más posible y que el efecto positivo del trabajo va quedar en la comunidad como lo he visto en San Juan.
-A esta altura, ¿Suárez debería usar esos fondos de Portezuelo del Viento para otras obras? O considera que la obra debe hacerse?
-Si el Presidente se deja de chicanear a los mendocinos, con el ministro del Interior, y los mendocinos hemos decidido hacer Portezuelo del Viento y sale el laudo a favor, se hará. Si sigue dándole vueltas, y vueltas y vueltas, o nos niega la posibilidad de adjudicarla, sería una irresponsabilidad dejar guardado ese dinero con todas las necesidades que tenemos para administrar el agua o generar energía en otros proyectos. La decisión pasa por el Presidente de la República.
-¿Hubiera adjudicado sin el laudo como sostuvo el Gobierno en un inicio?
-Sería un irresponsable si hubiera adjudicado porque eso implicaría pagar un anticipo de 100 millones de dólares para que quede en manos de un privado, sin poder hacer nada durante los próximos años si el laudo sale en contra. Una cosa es la licitación donde no hay derecho y otra la adjudicación cuando ya tienen derechos como el del anticipo. Sería un irresponsable.
El Gobierno y sus aspiraciones
-¿Qué evaluación hace de la gestión de Suárez?
-Le tocaron una de las situaciones más difíciles de la historia y creo que los mendocinos, hoy con la imagen y el acompañamiento demuestra que ha sido un gobernador que ha sacado a la provincia desde un primer momento. Creo que Alfredo (Cornejo) lo hizo cuando el Estado estaba roto y creo que Rodolfo lo la hecho con el Covid. Demuestra que hay un equipo para pilotear cualquier tormenta.
-De ese equipo saldrá el candidato para el 2023, ¿le gustaría que Cornejo volviera a la Gobernación?
-Alfredo fue un gran Gobernador y lo seguiría siendo, claramente. Tenemos la suerte de poder discutirlo y de poder presentar un exponente a nivel nacional como es Alfredo, de ese modelo de Mendoza que creo que es el camino, como en otros provincias, para sacar a la Argentina, creo que los argentinos se deben un Cornejo.
-En su momento estuvo cerca de ser candidato a Gobernador y fue pre candidato a intendente de Luján, ¿son materias pendientes?
-Para los que hacemos de la política, servicio, una forma de vida uno lo quiere hacer en todos los niveles que pueda. Lo hace en su casa como hijo, padre, me tocó hacerlo como ministro, funcionario, lo voy a hacer como legislador. Me encantaría hacer como intendente, como Gobernador, como Presidente o como lo que fuera que permita que yo aporte algo para que algo cambie. Cuando paso por el Túnel de Cacheuta, haber visto esa obra empezada y verla terminada, con esa postal del dique, se me pone la piel de gallina porque fui parte.