La vuelta olímpica aérea no fue una idea excéntrica sino una solución forzada frente a una situación de colapso: los campeones del mundo empezaron la caravana en un micro descapotable, y cuatro horas después, estancados en las autopistas y avenidas bonaerenses y porteñas desbordadas por la gente como nunca nadie recuerda, decidieron aceptar la propuesta de subir a tres helicópteros, sobrevolar el Obelisco y la Plaza de Mayo, y regresar al predio de la AFA en Ezeiza. El presidente de la AFA cargó las responsabilidades a las autoridades nacionales y porteñas por la suspensión de la caravana. Se estima que más de 4 millones de personas se volcaron a las calles.
A las 15.53 Claudio “Chiqui” Tapia confirmó que se interrumpía la caravana triunfal que cuatro horas antes había dejado el predio de la AFA de Ezeiza con destino al Obelisco y eventualmente, a la Casa Rosada. “No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en el Obelisco; los mismos organismos de Seguridad que nos escoltaban, no nos permiten avanzar. Mil disculpas en nombre de todos jugadores Campeones. Una pena”, escribió Tapia en Twitter. Acompañó el texto con un emoji de enojo.
Era un hecho que la gente volcada masivamente a las calles con la ilusión de cruzar al micro con Messi y los campeones había desbordado el circuito de seguridad que el lunes acordaron los gobiernos nacional, porteño y bonaerense.
Cuatro horas antes del tuit que informó la cancelación de la caravana, Tapia había publicado otro con un ánimo diferente. “En un rato estaremos saliendo a saludar, cumpliendo con el circuito dispuesto por los organismos de seguridad de Nación, Ciudad y Provincia de Buenos Aires. Realizaremos el recorrido establecido por autoridades para que los argentinos y argentinas disfruten de los campeones”, escribió Tapia. El presidente de AFA puntualizaba ahí las responsabilidades del “operativo caravana”.
No había salido el micro que ya estaba colapsada de gente la autopista Ricchieri (que viene de Ezeiza), igual que las grandes avenidas que rodean y convergen en la Capital Federal, en dirección al céntrico Obelisco, el punto central de acuerdo al plan inicial.
En paralelo, empezaron a correr versiones sobre preparativos en Casa Rosada para recibir a los campeones, por lo que el micro no iría al Obelisco. La multitud, feliz y ansiosa por ir al encuentro del micro, ya ocupaba toda la Plaza de Mayo, la avenida 9 de Julio, la autopista que viene de Ezeiza a CABA y casi toda la General Paz, el gran anillo metropolitano.
El presidente de AFA, a las cuatro y media de la tarde, publicó un tercer tuit: “Agradecemos a la provincia de Buenos Aires, encabezada por su ministro de seguridad Sergio Berni, que fue el único que acompañó durante toda la recorrida hasta la entrada a la Capital sin registrar ningún incidente, permitiendo a los jugadores abrazarse al pueblo argentino”. Fuera del agradecimiento quedaron el ministro de Seguridad de la Nación, Anibal Fernández, y su par porteño, Marcelo D’Alessandro, los otros dos corresponsables del “operativo caravana”. El pase de factura fue evidente.
El micro con los jugadores, después de casi cuatro horas bajo el sol, fue derivado a la Escuela de Cadetes de la Policía Federal, en Villa Lugano, límite porteño con el conurbano. Tres helicópteros llevaron a los jugadores a un sobrevuelo sobre el área metropolitana con destino final el predio de Ezeiza. Los jugadores estaban extenuados; algunos impactados por incidentes límites como los dos hinchas que se tiraron al micro desde un puente de la General Paz.
Sobrepasados todos los resguardos, se optó por el “plan rescate”. Una versión en los medios dijo que los jugadores irían a Casa Rosada. “No es así”, confirmaba a este medio desde Presidencia de la Nación.
“Los Campeones del Mundo están sobrevolando todo el recorrido en helicópteros porque se hizo imposible seguir por tierra ante la explosión de alegría popular. Sigamos celebrando en paz y mostrándoles nuestro amor y admiración!”, informó por tuit la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti. Para ese momento, los jugadores ya publicaban fotos del reencuentro con los familiares en el predio de Ezeiza.
“Fuimos cubriendo con distintos operativos cada decisión que tomaba AFA; se tomó la decisión sensata para terminar la fiesta en paz con cuatro millones de gente en la calle”, hizo trascender el Gobierno nacional, en defensa de lo actuado por la Policía Federal.
“Un festejo histórico con 5 millones de argentinos en la calle, después de horas de caravana sin avanzar más que pocos kms, la Selección llevó la Copa al cielo y dio una vuelta olímpica aérea en naves de PFA y Prefectura para ver desde allí el inmenso agradecimiento del pueblo”, escribió en Twitter el ministro Aníbal Fernández.
El Chiqui Tapia publicó otro tuit a modo de cierre. “¡Gracias por tanto amor! Somos el país más futbolero del mundo! La copa ya está en casa”, escribió como cierre de un día histórico. Acompañó el texto con emojis de la copa y de la bandera argentina.
El Presidente Alberto Fernández se pronunció sobre la jornada vivida a las seis de la tarde: “Celebro el modo en que el pueblo se volcó a las calles para homenajear a nuestra Selección y al equipo técnico. Millones de argentinos y argentinas en las calles en un diciembre distinto, que quedará para siempre en nuestros corazones. Todas y todos pudimos agradecer en unidad y armonía la enorme alegría que nos han brindado. Como Presidente me sumo a ello”. Acompañó el texto con una foto aérea de la multitud. A esa hora, Messi, Di María, y Dybala, con sus familias, llegaban a Rosario en un vuelo privado para celebrar las fiestas.