El senador cordobés de Juntos por el Cambio Ernesto Martínez Carignano sorprendió la semana pasada cuando, en plena sesión, habló de “operaciones mediáticas de una señora gorda” para torcer la voluntad de la coalición opositora de rechazar la designación de Daniel Rafecas, el candidato del oficialismo para asumir al frente del Ministerio Público Fiscal.
El exabrupto resonó y no tardó en llegar a los atentos oídos de Elisa Carrió, que en los últimos días recuperó protagonismo con reuniones en su casa de la localidad bonaerense de Capilla del Señor y mensajes que expusieron la división entre el ala dialoguista de JxC y el sector de los más combativos.
La líder de la Coalición Cívica (CC) se sintió aludida y no sólo contestó públicamente sino que adelantó que denunciará a Martínez y al jefe del bloque del Frente de Todos en la Cámara alta, José Mayans, quien aprovechó los términos para hacer uso de la ironía: “Si hubiesen puesto nombre y apellido, hubiese sabido quién es esa señora gorda que quiere arreglar con nosotros”.
Es que en la antesala de aquella sesión, Carrió realizó declaraciones públicas para advertir que JxC debía acompañar la designación de Rafecas para evitar que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner cubra ese lugar con un referente del kirchnerismo puro.
“Hay que frenar esto porque la jugada de Cristina, que no habla con el Presidente, es debilitarlo aún más y poner a un procurador o una procuradora fanático de Justicia Legítima”, alertó la ex diputada nacional y cofundadora de JxC.
La de Carrió es una movida de largo plazo que depende del respaldo de sus socios radicales y del PRO porque la estrategia se define en el Senado: a pesar de su mayoría, el Frente de Todos no cuenta con los dos tercios necesarios para aprobar el nombramiento del Procurador y depende de un acuerdo con JxC.
Por lo pronto, el planteo de “Lilita” desconcertó y generó un creciente malestar entre los dirigentes opositores que consideran que avalar a Rafecas sería ceder ante la avanzada del kirchnerismo sobre la independencia del Poder Judicial y las investigaciones contra Cristina Kirchner y otros ex funcionarios acusados por presuntos hechos de corrupción.
Martínez expuso esos ánimos, aunque en su entorno aseguraron que hizo alusión al personaje de la “Señora Gorda” que popularizó el humorista gráfico Landrú en la década del 60 y que buscaba plasmar la idiosincrasia de mujeres de “Barrio Norte”, de la clase alta porteña. De cualquier manera, Carrió adelantó que lo denunciará por discriminación a él y a Mayans, a quienes definió como “machos crueles”.
La novela se completa con llamados, reuniones y múltiples manifestaciones públicas. Incluso Carrió se comunicó con Luis Juez, fundador del Frente Cívico que integra Martínez. Según supo este medio, fue una conversación acalorada en la que el actual diputado nacional se ocupó de dejar en claro que su espacio no acompañará la designación de Rafecas.
Quienes rechazan la estrategia de la referente de la CC lo hacen porque descreen del valor de los gestos de convivencia con el gobierno y de la efectividad que pueda materializar en las urnas. Esta última es una de las grandes apuestas del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien se entusiasmó con el crecimiento que logró su imagen con la coordinación de gestiones con el presidente Alberto Fernández y con el gobernador bonaerense y emblema del kirchnerismo Axel Kicillof para tratar de contener el avance del coronavirus.
Los detractores de Rafecas tampoco aceptan la teoría del “mal menor”, que implicaría dejar en el olvido las duras críticas contra el candidato del Gobierno, que recientemente pareció colaborar con las gestiones de Carrió al advertir que renunciaría al cargo si su nombramiento se realiza mediante un cambio en el proceso de selección que deje sin efecto la necesidad de los dos tercios en el Senado y sólo demande una mayoría simple.
Las palabras del juez federal tomaron mayor sentido en las últimas horas porque el kirchnerismo avanza con una serie de proyectos ajenos (que diseñaron Martín Lousteau y Lucila Crexell) para modificar la Ley del Ministerio Público Fiscal, tanto en sus aspectos sobre el proceso para designar al Procurador como sobre la vigencia del cargo.
“Si el kirchnerismo decide cambiar la ley y elegir al Procurador por mayoría simple, será un juicio que la historia le hará al kirchnerismo, pero no por eso vamos a votar a Rafecas”, dijo uno de los referentes de JxC que se opone al plan de Carrió. Lo hizo sin dejar de recordar los cuestionamientos contra el juez federal por su accionar en la causa Ciccone y por desestimar la denuncia de Alberto Nisman contra Cristina Kirchner por el pacto con Irán.
En pos de reforzar su posición, la líder de la CC se mostró el viernes pasado (al día siguiente del “Señora Gorda” de Martínez), con el titular de su partido, Maximiliano Ferraro, con su ladera Maricel Etchecoin, y con Larreta y la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, quienes simbolizan al “ala dialoguista” de JxC y apuestan por el juego de las diferencias en el marco de la institucionalidad .
La imagen se difundió poco después del mensaje que difundió Mauricio Macri para sentar las condiciones para sentarse en una “mesa pública de diálogo”, tal como lo propuso Cristina Kirchner. El ex presidente advirtió que solamente participará de esas deliberaciones “con la Constitución Nacional sobre la mesa” y si se “da de baja el embate a la Justicia, al procurador, a la Corte y a la propiedad privada”.
Aunque inicialmente el gesto de Carrió se interpretó como su primera crítica a Macri desde diciembre pasado, cuando Cambiemos dejó el poder, luego la ex diputada salió a asegurar que su proclama fue conversada de manera previa con el fundador del PRO. También recordó que hizo lo propio con el jefe del bloque de JxC en el Senado, el radical por Formosa Luis Naidenoff.
“La libertad de expresión me ampara como ciudadana de la Nación, y jamás hice secretismo; lo que digo en privado lo digo en público y no lo escondo a la ciudadanía”, dijo.
De cualquier manera, la cuestión Rafecas se instaló como un nuevo disparador de tensiones en la coalición opositoras, aunque allí aclaran que no existe posibilidad de quiebres. La situación tomó tal dimensión, que los integrantes de la mesa nacional decidieron adelantar la cumbre que iban a realizar el próximo lunes.
Ahora, Macri y los referentes de la Unión Cívica Radical y de Carrió se verán la caras, claro que por zoom, el próximo miércoles, a las 9. Allí definirán si el futuro de la Procuración será la punta de lanza de una agenda cuyos temas comenzaron a diluirse ante una cuarentena que dejó de incomodar a la sociedad y ante las señales que envió el gobierno contra las tomas de tierra.