La ley de “ficha limpia” para que condenados por delitos de corrupción no puedan ser candidatos a cargos electivos no logra consenso para avanzar en la Cámara de Diputados. El Frente de Todos ratificó su rechazo a la iniciativa al votar en contra de un pedido de Juntos por el Cambio para incorporarla a la sesión de este martes.
El proyecto es empujado por la principal bancada de la oposición y también contaba con apoyo de peronistas disidentes, como Graciela Camaño. Incluso llegó a reunir más de 376.000 firmas en la plataforma Change.org. Sin embargo, cada vez que el tema se discutió en comisiones, el kirchnerismo adujo la presunción de inocencia para oponerse.
Esta vez fue Silvia Lospennato (PRO) quien dejó en evidencia al oficialismo, al pedir que un proyecto suyo se incluyera en la sesión. Logró el acompañamiento oficialismos provinciales, como Córdoba Federal, el Movimiento Popular Neuquino y Juntos Somos Río Negro, además del socialismo y el lavagnismo.
Pero el Frente de Todos juntó a sus aliados misioneros, al mendocino José Luis Ramón y al santafesino Luis Contigiani, y la moción fracasó porque recibió 116 votos afirmativos, 117 negativos y dos abstenciones.
“Respecto de las personas que tienen una condena por delitos de corrupción, existe una duda razonable como para que sea restringido temporalmente su derecho a volver a administrar la cosa pública hasta tanto esa situación procesal se resuelva”, argumentó Lospennato al referirse al tema en el recinto.
Hay dos casos que suelen ponerse como ejemplo cada vez que se discute la “ficha limpia”: el del expresidente Carlos Menem, que cargaba con una condena por contrabando de armas cuando fue candidato a senador por La Rioja; y el del exministro de Planificación Federal Julio De Vido, en ese entonces condenado en primera instancia por la tragedia ferroviaria de Once.
En Brasil, una ley similar le impidió a Lula Da Silva competir en las elecciones para lograr un tercer mandato presidencial, y así fue como finalmente se consagró Jair Bolsonaro.
Debate polémico
El debate en Argentina siempre giró en torno al grado de avance del proceso judicial para determinar cuándo una persona estaría impedida del derecho a ser electa. El primer proyecto de Lospennato, que data de 2015, ponía como condición tan solo un auto de procesamiento, pero luego la misma diputada lo modificó y propuso que sea la condena en primera instancia.
En agosto de 2019, pocos días antes de las PASO de ese año y antes de dejar el poder, Cambiemos logró emitir un dictamen favorable en un plenario de comisiones de Asuntos Constitucionales y Justicia, donde finalmente puso como parámetro la condena confirmada en segunda instancia, un grado de certeza que consideraban suficiente.
En aquel momento, el kirchnerismo consideró que la condición debía ser la condena firme, porque de lo contrario se estaría violando el principio de inocencia. El bloque se alió al massismo y presentó entonces un dictamen propio, que ampliaba la proscripción a otros delitos, como tráfico de drogas, contrabando, lavado de activos y evasión.
Quienes defendían la ley sostenían que en Argentina las condenas de corrupción llevan, en promedio, 14 años. Del otro lado consideraban que, en todo caso, lo que debe discutirse son los tiempos de la Justicia. Lo cierto es que Cambiemos no logró votar su dictamen en el recinto cuando fue gobierno, algo que Camaño le enrostró a Lospennato durante la sesión.
“Ficha limpia debió haber sido ley en el gobierno anterior, cuando teníamos el número, cuando el Frente Renovador y ustedes queríamos que salieran muchas leyes, como el Ministerio Público Fiscal o la boleta única. Podríamos haber hecho mucho más de lo que se hizo”, chicaneó la lavagnista.
El debate coincidió, justamente, con la sanción de la ley en Salta, que este martes se convirtió en la tercera provincia en tener la “ficha limpia” junto a Chubut y a Mendoza. El texto aprobado impide las candidaturas para condenados en segunda instancia por delitos de corrupción.