El juez federal Walter Bento recibió un duro golpe en la reanudación del juicio que enfrenta, acusado de liderar una asociación ilícita. La novia de Diego Aliaga, el presunto mano derecha asesinado en 2020, derribó uno de sus principales argumentos para desligarse de él. Aseguró que su pareja era prestamista y aduanero, pero no vendía autos, como el magistrado declaró.
María Belén Velasco Moya abrió la primera audiencia de esta semana ante el Tribunal Federal Oral N° 2, integrado por las juezas Gretell Diamante, María Pereira y Eliana Rattá. La mujer contó que tuvo una relación con Aliaga que dató de cerca de 10 años y afirmó conocer a varios de los sindicados como miembros de la presunta banda.
“Sé que era aduanero y prestamista”, contestó la mujer ante la consulta de la Fiscalía, sobre qué conocimiento tenía sobre las labores que desempeñaba Aliaga. Vale decir que está apuntado como el principal organizador, quien era el nexo entre el juez y los demás partícipes, según los acusadores.
Además, aseguró desconocer sí compraba y vendía vehículos. Aquí radica la principal diferencia con lo expuesto por el juez Bento ante la Justicia, ya que la familia Bento tuvo a su disposición una camioneta Volkswagen Amarok de su titularidad y este declaró que se le había cedido el vehículo al despachante para que se la vendiera.
También sostuvo que Aliaga cuando oficiaba de prestamista, recibía autos como garantía hasta que le devolvieran el dinero. Como el caso de un Chevrolet Camaro, que desconoció a quién pertenecía y la Justicia asegura que fue propiedad del narco Walter Bardinella Donoso. “Yo entiendo que el recibía un vehículo y lo devolvía, cuando le entregaban el dinero del préstamo”, respondió a la Fiscalía.
Velasco también comprometió al mencionado Bardinella Donoso y al gendarme y albañil Mariano Castro, a quiénes conoce por haber asistido a un cumpleaños de su pareja. Vale decir que el primero está sindicado como la pata de la organización en el hampa y el segundo de haberle facilitado un soborno a una mujer para que no lo identificara en una rueda de reconocimiento, por pedido del propio Aliaga.
También comentó que conoce a los abogados Luciano Ortego, Javier Angeletti y Francisco “Chato” Álvarez como amigos de Aliaga. Con los dos primeros compartió cenas y almuerzos. Al segundo lo mencionó como parte de las mesas de truco de las que participaba Aliaga todos los jueves.
A pesar de esto, Velasco sostuvo que desconocía los detalles de los negocios que tenía su pareja. “Cuando yo llegaba a la casa, me presentaba al que estuviera presente y aveces me decía que me fuera porque tenía que hablar con ellos”, sostuvo.
También manifestó que en ninguna ocasión Aliaga le hizo comentarios de cobro de dólares y aseguró que su número de teléfono siempre fue el mismo. Vale destacar que al juez Bento, la Justicia le detectó que mantuvo 265 chats con él.
La diferencia con Bento
En su declaración indagatoria, el juez Bento sostuvo que Aliaga era un vendedor de vehículos que se ofreció hace unos años para ayudarlo con la operación de la mencionada camioneta. “Aliaga se acercó cuando me vio conversando con un vecino para tratar de vender la camioneta y me dijo que se dedicaba a la compra-venta de vehículos. Yo necesitaba venderla urgente para comprarme otra”, indicó.
Este relato fue diferente al que dio durante la Instrucción, ya que el magistrado había afirmado que Aliaga estaba interesado en comprarle la camioneta y no venderla respectivamente. Sostuvo en el juicio que con Aliaga firmaron un papel de consignación y que él se la dio para que se la vendiera. Ante las preguntas de la fiscalía, no supo decir por cuanto tiempo tuvo en su poder el vehículo del juez.
El punto de la camioneta del Bento es muy relevante para la presunta trama de las coimas porque la Fiscalía cree que el juez la prestaba para las operaciones. Entre las pruebas hay un registro de cinco entradas al barrio privado Dalvian en ese vehículo a nombre del juez. El que la manejaba era precisamente el hijo de Aliaga, Juan Ignacio Aliaga, quien en la causa quedó imputado por falso testimonio, pero recibió en el comienzo del juicio el beneficio de la probation.
Declaró un policía
También declaró esta mañana el subcomisario de la Policía contra el Narcotráfico, Nicolás Feiner, quién denunció que intentó ser sobornado por el abogado Martín Ríos y el policía Martín Bazán. Ambos imputados en la causa, el primero como miembro en tercer orden de la banda y es uno de los arrepentidos.
Feiner participó de un allanamiento que terminó con el secuestro de 10 kilos de marihuana en septiembre de 2012. El hombre sospechado como narco era Juan Harry Gaete Allende, el conocido como el “Chileno Pepsi”, quién cayó detenido un año después en Guaymallén.
El policía contó que unos meses después recibió por parte de Bazan un mensaje en Facebook, ofreciéndole dinero para que no identifique al sujeto en una rueda de reconocimiento, a pedido del abogado Ríos.
Ante esto el subcomisario aseguró: “Le dije que no. Hice capturas de pantalla y se lo presenté a mi superior, el ahora comisario general Marcelo Rivera. Entiendo que él fue que realizó una denuncia con el informe que había hecho”, contra Bazán. También aseguró que tenía una “muy buena relación con Bazán” que se “quebró” con este episodio.
En el requerimiento de elevación a juicio, la Fiscalía explica que “el expediente fue archivado por el juez Bento pese a la prueba obrante en la causa y sin formular imputación contra las personas indicadas por la Fiscalía de Instrucción”.