Según datos del Ministerio de Hacienda, la provincia cerró el 2020 con una caída acumulada en la recaudación en términos reales de un 14% comparada con 2019, lo que evidencia un año negro, tanto en la caja provincial como también de los recursos que provienen de la nación, con una baja del 2% en lo que respecta a coparticipación federal de impuestos.
“Es una caída sin precedentes”, destacó tajantemente Lisandro Nieri, ministro de Hacienda, a Los Andes, quien expresó que, si bien hemos tenido crisis duras en el país, “en ninguna de las últimas décadas tuvimos prácticamente toda la actividad económica parada”.
Como se esperaba, Mendoza cerró el año con números negativos en términos financieros y hay mucha incertidumbre respecto a cómo puede seguir este 2021.
La extensa cuarentena que provocó un bajón en la recaudación de impuestos nacionales y provinciales por el parate económico que todavía no repunta del todo; a eso se suma que la gestión de Rodolfo Suárez es la menos beneficiada en el reparto de recursos nacionales.
Uno de los puntos que abren interrogantes es la temida segunda ola del coronavirus y las posibles restricciones que puedan contraer nuevamente la actividad. El gobernador, Rodolfo Suárez, se ha mostrado en desacuerdo con el cierre, al menos en la situación sanitaria que actualmente atraviesa la provincia.
En todo el 2020, ingresaron $132.731 millones, de los cuales el 37% ($48.699 millones) provinieron de tributos que recauda la provincia, mientras que el 63% restante ($84.032 millones) tuvo como origen la coparticipación.
Si bien en marzo comenzó a deprimirse la recaudación local, en conexión con la estricta cuarentena que arrancó en la segunda quincena del mes, la evolución de los recursos tributarios nunca pudo tener números positivos en términos reales (considerando el impacto de la inflación en la moneda), ni siquiera en enero (7% de caída) y febrero (3% de caída).
De ahí en adelante fue un tobogán en bajada, con un pico de caída acumulada real (considerando la inflación) del 16% en los meses de abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre y octubre, cerrando en diciembre con una baja anual del 14%.
Reactivación en veremos
Otro punto importante es la reactivación económica. Con la provincia con prácticamente todas las actividades económicas permitidas, y con flexibilizaciones de manera rápida respecto al resto de las provincias del país, se vio un movimiento ascendente en la recaudación, que es una consecuencia de la actividad económica, pero no se pudo recomponer respecto a los números del año 2019.
Esto está reflejado principalmente en los números de la recaudación impositiva por Ingresos Brutos, que representan el 75% de la recaudación tributaria provincial. Allí se nota la estrepitosa baja en los meses duros de cuarentena comparados con igual mes de 2019, como abril (-22%), mayo (-27%) y junio (-22%), pero en los meses posteriores no logró pasar a números positivos, ya que en septiembre cayó un 21%, octubre un 17%, noviembre 10% y diciembre un 7%.
En todo caso, sí se observa cómo levemente se recorta la disminución respecto a meses anteriores. El ministro de Hacienda, sostuvo a Los Andes que se puede ver de manera gráfica cómo ha ido repuntando de a poco Mendoza con mayores flexibilizaciones.
“Es cierto que tenemos una caída del 7% en Ingresos Brutos en diciembre, pero también responde a que no todos los comercios y actividades están abiertos al 100%. Con la economía cerrada, la caída fue del 27%”, expresó.
De esta manera, se mostró cauteloso al indicar que “es difícil” tener perspectivas a futuro, sobre todo por una posible segunda ola o por imposiciones a nivel nacional respecto al combate del coronavirus.
Al margen de este punto, afirmó que para volver a una actividad económica igual que en enero del 2020, “tiempo en el que ya veníamos de dos años con caídas de la actividad, en este 2021 deberíamos crecer por lo menos a un 12%”. No obstante, las previsiones nacionales marcan que la economía crecerá este año en un 5,5%, que es un rebote importante, pero que no implica recuperación a niveles del año 2019.
Con el resto de los tributos provinciales, el impuesto de sellos -vinculado al nivel de actividad económica-, también presenta una fuerte disminución del 21% real, el impuesto inmobiliario un 7% de caída y en menor medida el impuesto automotor, que reflejó un resultado levemente positivo en un 2%.
“Dada la incertidumbre a nivel macroeconómico, y la posibilidad de que las actividades económicas tengan que enfrentar un nuevo esquema de confinamiento, aunque sea parcial, es difícil contemplar un escenario de recuperación de la recaudación tributaria en el mediano plazo, aunque es posible prever un rebote a principio de año, cuando los datos se comparen con los peores meses del año pasado”, marcan desde Hacienda en un informe.
“Si el año pasado hubo paralización económica, es lógico que los indicadores sean positivos al otro año, pero eso no quiere decir que haya una recuperación”, sostiene el informe.