Difícilmente las PASO de Juntos por el Cambio se parezcan a las de 2015, cuando el PRO, la UCR y la Coalición Cívica competieron entre sí por la candidatura presidencial. Tampoco van rumbo a parecerse a las de 2019, cuando el PRO impuso la fórmula Macri-Pichetto con un resignado visto bueno del radicalismo. A diferencia de aquellas primerias, sectores mayoritarios del PRO y del radicalismo con la anuncia de Elisa Carrió apuntan a construir lo que llaman “fórmulas cruzadas”. Rodríguez Larreta y Gerardo Morales picaron en punta en esa dirección.
“Este escenario es distinto al de 2015, cuando Macri para fortalecerse como candidato necesitaba sparrings, y ahí fue a poner la cabeza la UCR. Fue un acuerdo de subsistencia. Ahora, en cambio, la UCR habla de un acuerdo por el poder y se fortalecería con Larreta”, comentó a este diario un dirigente radical cercano a Morales, titular partidario.
En el sector radical “acuerdistas” entienden que también se fortalece la posición de Larreta dentro del PRO. El acuerdo con los dos sectores mayoritarios de la UCR y con Carrió, aíslan a Patricia Bullrich, la otra precandidata del PRO. La exministra de Seguridad de Macri, que recién entrará en campaña en los próximos días, el año pasado alentó la “fórmula cruzada” con el radical Alfredo Cornejo. Hoy el diputado nacional pone más energía en un plan de retorno a la gobernación (compitiendo en Juntos con el larretista Omar De Marchi), que acompañar a Bullrich.
Rodríguez Larreta y los radicales Gerardo Morales y Martín Lousteau expusieron su principio de entendimiento el fin de semana pasado en Mar del Plata. A las recorridas playeras le sumaron un encuentro entre los principales asesores económicos de los tres referentes. Otra diferencia con 2015, agregan: estamos conformando una coalición para gobernar con un plan de gobierno.
El gobernador de Jujuy dijo que en febrero se lanzará formalmente como precandidato a presidente del radicalismo. Pero a la vez, ante un grupo de empresarios marplatenses, sostuvo que lo mejor para Juntos por el Cambio es “cruzar fórmulas entre el PRO y la UCR, para garantizar un gobierno de coalición”.
Morales volvió a reiterar el concepto tras reencontrarse con Elisa Carrió a tomar un té días atrás y sellar un acuerdo para recorrer el 2023. El gobernador destacó entre las coincidencias el impulsar “fórmulas cruzadas” y prometieron reuniones de “equipos de trabajo”.
“La fórmula cruzada con Larreta está muy conversada y se avanza en ese sentido”, confirmó a este medio una alta fuente de la UCR de Córdoba. Desde el larretismo hay más prudencia. Aunque los gestos son amistosos hacia el radicalismo, nadie ha dicho hasta ahora que se va hacia una fórmula compartida. De todos modos, Larreta reitera el concepto de “acuerdo político”, abonando la idea frente a los sectores del PRO reticentes. “Podría ser una posibilidad lo de las formulas cruzadas; creo que ese ordenamiento se vera más adelante”, dicen cerca de Larreta.
Macri en 2019 abrió la fórmula de JxC al peronista Miguel Pichetto (otro precandidato si Macri no juega), en acuerdo con el radicalismo, que no estaba dispuesto a compartir la derrota que ocurrió. Macri y Larreta compartieron una reunión en Villa La Angostura de la que no trascendió ni una foto. Pese a contar aun con una cuota importante de liderazgo en JxC, Macri no mostró aun sus cartas. Un grupo del PRO no comparte la cesión de cuotas de poder al radicalismo.
Pese a algunos recelos dentro de la UCR (los gobernadores Suárez y Valdés se mantienen alertas, sin definiciones terminantes), la conclusión que comparten el sector de Morales y Evolución, el grupo que lidera Lousteau, habla de pragmatismo (y cierta resignación, también): las encuestas muestran a Larreta muy lejos de sus competidores en una eventual PASO de Juntos. En el equipo de campaña del jefe de gobierno porteño dicen que el capítulo “D’Alessandro y las filtraciones” no ha impactado (aun).
En un reciente trabajo de la consultora Córdoba-Zuban & Asociados, a la pregunta de “cuál candidato votaría en una interna de Juntos por el Cambio”, un 20,1 dijo Rodríguez Larreta; un 11,8 Bullrich; 9,7 Macri; 8,5 María Eugenia Vidal, y recién con un 5,8 aparece el radical Morales y un 4,4 para otro radical, Facundo Manes (muy desdibujado hoy respecto a las expectativas de hace un año).
Gustavo Córdoba, director de la consultora, entiende que “el radicalismo tiene dos grandes valores para ofrecerle a Rodríguez Larreta: un despliegue territorial en todo el país que incluye a tres gobernaciones y el perfil de un voto moderado”.
“Bajo esta hipótesis, el dilema de Juntos por el Cambio será resolver cómo retener los votos del grupo de Bullrich, para que después de las PASO no se fuguen hacia una opción más extrema como Milei”, agregó en charla con este medio.
Córdoba cree que Juntos por el Cambio debe trazarse como objetivo “contener el 41 por ciento que votó a Macri en 2019; con eso podría alcanzarle para la primera vuelta debido a que el gobierno no mejora en las mediciones”.
Apunta también que los electorados cada vez se vuelven “más pragmáticos” y anteponen las preocupaciones económicas a cuestiones identitarias o ideológicas. “Menem logró la reelección y nadie lo iba a votar, y Cristina en 2011 fue reelecta y se suponía que nadie la iba a votar. En ambos casos, hubo un voto que premió un buen momento del salario real”, dice y menciona “el factor Massa”.
“Un dato empieza a repetirse: Horacio Rodríguez Larreta y Sergio Massa aparecen como las figuras más consolidadas a ambos lados de la grieta. Ante una leve mejora económica, mejora la imagen de Massa, no la del gobierno”, dijo Gustavo Córdoba.