Finalmente, lo que era incertidumbre hasta hace pocos días, se convirtió en realidad este jueves: el servicio del tren de pasajeros que une Buenos Aires con Palmira detuvo su marcha sin fecha de regreso. La empresa Trenes Argentinos que conduce Luis Luque explicó que la decisión fue por el estado de vías y la lentitud del recorrido desde San Luis a Mendoza.
Si bien en la web oficial aducen que el servicio se encuentra “interrumpido momentáneamente por cuestiones operativas”, desde prensa de la empresa emitieron luego un comunicado, dónde dieron más detalles y confirmaron que no se trata de un parate común.
Trenes Argentinos explicó que “el servicio entre Justo Daract (San Luis) y Palmira (Mendoza) quedó suspendido, momentáneamente, ya que luego de realizar un estudio pormenorizado de la infraestructura se pudo concluir que las condiciones del tendido de vías no brindan las garantías operativas necesarias para el traslado de pasajeros”.
En realidad, lo que descubrió la nueva gestión es que el sector Daract-Palmira se recorre a una velocidad entre 20 y 30 km por hora. “No es una velocidad comercial apta para los pasajeros y esto se debe al estado de la infraestructura vial. Ese trayecto de 378 km lo hacen en 14 horas”, confió una fuente de la empresa a Los Andes.
“Es realmente excesivo y como hay riesgo real para los trabajadores y las personas que viajan, la decisión de esta administración fue suspender momentáneamente el servicio entre Daract y Palmira”, completó el vocero de la compañía.
Por otro lado, no pudieron dar certezas sí este corte de servicio se traducirá en despidos. Vale decir que son entre 12 y 15 personas las que trabajan a bordo del tren, entre conductores, guardas, azafatas, camareros, furgoneros y personal de limpieza, pero cumplen funciones hasta Justo Daract de todos modos, recorrido que se realiza semanalmente.
El último servicio
El último tren del recorrido Buenos Aires-Palmira partió a las 12 del mediodía de este martes con 180 boletos agotados. Se trata de un servicio que se prestaba cada 15 días y tenía una demora mínima de 29 horas, con riesgo a extenderse por problemas que pudieran surgir en su trayecto.
De hecho, el convoy que llegó a Mendoza el viernes pasado tardó 32 horas en total, cómo pudo constatar Los Andes. Partió desde Retiro el jueves 28 de marzo a las 8 de la mañana y debía arribar a las 13.21 de viernes 29, pero terminó llegando a las 15.57 por “precaución en trayecto por falta de travesía”, explicaron desde el área mecánica a este medio. Es decir, por una falla de comunicación mientras circulaba desde la estación de Beasley a la de La Paz.
A pesar de las molestias por tantas horas de viaje, los pasajeros lo seguían eligiendo por una opción mucho más económica que un colectivo: solo la categoría Camarotes, que incluye dos camas, superaba al boleto de un coche semicama que vale $31.850 desde el Este provincial a hasta Retiro, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Las sospechas de la suspensión del servicio comenzaron en el mes de febrero cuando los trabajadores ferroviarios observaron irregularidades en la venta de pasajes. Es que normalmente se vendía a mes anticipado y comenzó a presentar retrasos. Otro dato preocupante fue que el vagón comedor sufrió los vaivenes del ajuste y pasó dos meses inhabilitado, porque no había productos para vender.
Cabe recordar que hasta el año pasado se podía comprar café, gaseosas de primera marca y sánguches. Desde marzo sólo se repuso la cafetería y la venta de bebidas y papas fritas.
Reacciones políticas
El desinterés del Gobierno provincial para articular con el tren de pasajeros fue contundente desde su puesta en marcha el año pasado. Sólo cuándo fue el acto de la “marcha blanca”, con la presencia del expresidente Alberto Fernández, participó el por entonces gobernador Rodolfo Suárez y no hubo más gestos de vinculación.
Durante la gestión de Alfredo Cornejo el desapego se mantuvo, al punto de considerar que “no es injerencia” de la provincia lo que suceda con el tren. Tanto para desligarse de su funcionamiento o en este caso, su suspensión.
Entre los ferroviarios comparan a Mendoza con San Luis, debido a que ellos tienen “varios agentes que ayudan” y ponen como ejemplo la incorporación de colectivos en temporada alta para trasladar personas desde la estación de Justo Daract a diferentes puntos turísticos.
Por el lado de la Municipalidad de San Martín, expresaron ante la consulta de este medio que “lo que empieza mal, difícilmente pueda terminar bien”.
Manifestaron que el intendente Raúl Rufeil había celebrado la llegada del tren de pasajeros a la zona Este, pero había pedido “periodicidad y calidad de servicio” y “no hubo ninguna de las dos cosas que se pidió”, por lo que la decisión de suspender el servicio, descartaron que haya sido una sorpresa.
Por el lado del peronismo, quién se mostró interesada a nivel nacional por el tema fue la diputada sanrafaelina Liliana Paponet. La semana pasada indicó que estaban al tanto de que “hay problemas con la designación de autoridades y también que el servicio está sufriendo el mismo desfinanciamiento que se observa en múltiples áreas que hacen al funcionamiento de nuestro país”.
“Estamos trabajando en sistematizar todas las situaciones, para solicitar información concreta no sólo al Ejecutivo nacional sino también provincial”, dijo la legisladora. Desde su entorno confirmaron que este mismo viernes presentó un proyecto de pedido de informes a la Secretaría de Transporte, que dirige Franco Mogetta, para obtener respuestas sobre la suspensión del recorrido.
En tanto, el diputado provincial Jorge Difonso (La Unión Mendocina), arremetió contra el gobierno provincial por la suspensión del tren y anticipó que trabaja en una resolución con otros legisladores, dirigida al Ejecutivo para que logre su recuperación.
“Evidentemente esto es la consecuencia del desprecio que tiene el Gobierno provincial por el sistema ferroviario. Nunca se interesó, ni el gobierno de Suárez, ni el de Cornejo en trabajar en conjunto con la Nación y los municipios para recuperar el tren de pasajeros”, manifestó en diálogo con Los Andes.
“Ahora, los gobernadores que se han preocupado por el tren, lo han mantenido. La única provincia que se queda sin el servicio es Mendoza”, sentenció.
