Los argentinos elegiremos este domingo nuestros candidatos en las elecciones primarias presidenciales. No obstante, en Mendoza los dirigentes también tienen puesto el objetivo en las generales provinciales, que se desarrollarán el 24 de septiembre.
El frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), si bien logró sortear el piso del 3% que se exige, tuvo un apoyo de sólo el 4% de los votantes. Lautaro Jiménez, candidato a gobernador, recibió a Los Andes en la casa de sus abuelos y habló sobre los desafíos y objetivos del espacio.
Crítico con los partidos tradicionales, asegura que se han “corrido hacia la derecha”, pero marca que la sociedad no lo está, y que a la vista quedó la “resistencia a la reforma en Jujuy” o a la modificación de la ley 7722 en Mendoza en 2019.
-Qué análisis hace sobre el período de elecciones tanto locales como nacionales?
-Se está viviendo un momento de mucha volatilidad política y fragmentación de los espacios, sobre todo dentro de lo que son los partidos tradicionales. En ese contexto la izquierda, tanto a nivel nacional como en Mendoza, que sostiene no sólo su coherencia y su unidad, sino el apoyo de sectores muy significativos que nos han permitido llegar a esta instancia y tener una voz en las elecciones ejecutivas provinciales.
-¿Y al resto de los partidos cómo los ve?
-Hoy en los partidos tradicionales se expresa un corrimiento hacia la derecha mucho más marcado. El radicalismo ha girado hacia expresiones súper conservadoras, como es el caso de su alianza con Patricia Bullrich; y en el PJ, que tenía hasta hace algunos años atrás un discurso que tocaba banderas de la centroizquierda, hoy aparece con un discurso y una candidatura completamente conservadora como es la de Sergio Massa.
Además, todo está traccionado por otro factor que es el de Javier Milei, que tiene muchísimo apoyo de sectores económicos, mediáticos y demás para crear también su propio polo. Pareciera que los debates se dan solamente entre fenómenos de derecha, pero no es la realidad que se expresa en las elecciones hasta ahora. Hay una presencia constante de la izquierda, fuerte y representativa.
-En las PASO tuvieron un 4%, ¿cómo lo compara con otros comicios como el que llevó a Del Caño a ser diputado nacional en 2013?
-Hemos tenido varias entrevistas en el cual es un tema que hemos hablado, pero yo no he visto que a ninguna otra fuerza política le pidan que comparen sus resultados con el 2013, con el 2015.
-Por ejemplo, con el peronismo sí, que han tenido una de las peores elecciones...
-Pero hoy se lo compara con el 2019, mientras se pide a la Izquierda que lo haga con un evento que ocurrió diez años atrás. No evado la pregunta, pero pareciera que en determinados momentos hacer elecciones muy buenas se convierte en un parámetro de que después nunca más pudiste repetir.
-¿Pero a qué atribuyen ese acompañamiento que tuvieron y que hoy no se ve representado en ese porcentaje?
-Es muy volátil, hay distintas formas para ver los porcentajes. Si comparás la elección que hicimos en La Paz con la que le hicimos hace diez años, podés decir “mirá el espacio que perdieron”; pero si la comparás con las municipales que habían sido un mes antes y tuvimos cuatro veces más de votos.
Nosotros lo vemos con la posibilidad de sostener en el tiempo el desarrollo de una construcción orgánica de una fuerza política. Mirá Protectora, sacó con José Ramón mucho más de lo que sacó Nicolás del Caño en 2017... ¿qué hizo con eso? Está pasando lo mismo de hecho con el Partido Verde, donde cada uno de sus referentes tiene un lineamiento político distinto.
Con el 4% en otra provincia tenés posibilidad de tener uno, dos o hasta tres representantes en la Legislatura. Acá eso no ocurre por el sistema de distribución de bancas. Es profundamente antidemocrático.
-¿Pero están conformes?
No, no estamos conformes, pero ni en nuestro mejor momento lo estuvimos. Siempre hemos querido avanzar más y tener mayores representaciones en todos los espacios políticos y sociales.
Sí tenemos un balance muy positivo de lo que hemos hecho y lo que representamos a través del tiempo. Hay un sector que no coincide con todo lo que pensamos, pero valora muchas cosas que hemos hecho en la Legislatura, desde informar cosas que los otros ocultan, como mantener posiciones cuando los otros hacen pactos espurios por favores de intercambio de poder y de privilegios, como se vio con el pacto del cianuro con la 7722.
-Hizo referencia a Bullrich y Milei. ¿Hay una parte mayoritaria de la sociedad que se ha volcado hacia la derecha? ¿o es sólo un producto de los partidos políticos tradicionales?
No. Hay por un lado una separación cada vez más grande entre los fenómenos y los procesos políticos y la realidad cotidiana económica de la gente. Hay una crisis de representatividad política, una crisis social enorme. La política hoy es completamente volátil; lo bueno de que haya habido tantas elecciones en Mendoza es que te demuele cualquier relato. En las municipales ganaron los peronistas y en las provinciales los radicales.
Para mí es poco serio encorsetar como un giro a la derecha de la sociedad, porque es un giro a la derecha de la superestructura, pero después por abajo vos te encontrás con que cuando los políticos hacen esa lectura se chocan con la realidad. Pasó en Jujuy con Morales, que quiso reformar la Constitución y tuvo un levantamiento social enorme. Lo mismo en 2019 en Mendoza con la defensa del agua, ¿quién piensa que esos levantamientos sociales son de derecha?
-En las elecciones se ha notado un desinterés y apatía de la sociedad, con gente que no va, o vota de forma nula o en blanco. ¿Qué análisis hace respecto a ese votante?
-Para mí hay una crisis muy profunda, orgánica, con procesos incluso en los cambios en la forma de pensar de la gente. Es todo muy volátil. Hace años se votaba con “consenso positivo”, a dirigentes sobre los que se tenía la ilusión de que podría mejorar la situación; y luego pasó a un “consenso negativo” en el cual te convocan pero para “terminar” con los otros. Pasó con el kirchnerismo y el macrismo.
No obstante, ahora estamos viviendo también un agotamiento de eso. Y no es un reemplazo por lo anterior. Ya nadie les cree. Entonces se crea esa volatilidad donde se dan fenómenos de todo tipo, donde lógicamente el ausentismo sube así como también el voto en blanco y nulo .
-Y la Izquierda?
Sigue teniendo su espacio. Nosotros tenemos el desafío de recrear una identidad política positiva que se identifique. Revalorizar la lucha por los derechos. Se sabe que si está la izquierda se van a denunciar los privilegios políticos, no te van a entregar tus derechos laborales a cambio de las famosas promesas de la reforma laboral, no vas a sentarte a negociar la habilitación del uso del cianuro y el ácido sulfúrico en los ríos de Mendoza a cambio de exportaciones de minerales. Estamos tratando de crear eso.
-Con el PTS ganaron la interna al Partido Obrero ¿Cómo es la relación?
-En general en la izquierda se está dando un proceso, creo que es muy importante, que se demuestra que es un frente que lleva 12 años conformado y que dirime sus diferencias a través de las PASO o a través de acuerdos y logra transitar esos momentos.
Aún cuando no pensamos lo mismo y tenemos distintos estilos en algunas cosas, a diferencia de las otras coaliciones, sí tenemos acuerdo en lo central, que son los programas y los principios políticos que no se deben traspasar.
-¿Cómo se plantean las generales? ¿Confían en obtener votos de la ciudadanía que votó a los precandidatos que no pasaron?
-Ese voto que tuvo un precandidato en su momento y hoy en día no, va a estar al menos en la lista. Pero para nosotros es un desafío muy importante lograr articular un mensaje político. Hoy vemos muy muy débil la cuestión de identificar los votos con determinado candidato en sí.
Es cierto que el que votó por ejemplo a Guillermo Carmona, que tiene un discurso progresista dentro del peronismo, podemos encontrar un perfil más similar. Pero cuando salís del mapa político te encontrás con trabajadores de la viña que votaron a Cornejo y que podrían estar de acuerdo con tus ideas.
No quiero decir que no se da la afinidad ideológica, pero muchas de las personas que han votado a otros candidatos, comparten mucha decepción; y muchos que hayan votado a Petri no quiere estén de acuerdo en meter presos al 50% de la población, que es lo que a él le gustaría.
Estamos tratando de crear otro registro y llevar la discusión política por otro canal, de cómo estos representantes políticos se posicionan frente a tu realidad como trabajador. Pero vamos a ir a buscar al voto de todos, no sólo de los que votaron a los que se quedaron afuera.
-¿Cuáles son las principales propuestas?
-Tenemos grandes ejes de campaña. Uno relacionado con la recomposición de la clase trabajadora, con la formalización del empleo, un salario igual a la canasta familiar, más una jornada laboral de seis horas, que permita tener a las empresas más turnos y puestos de trabajo.
También en educación, donde vamos a cumplir la ley y destinar el 35% del Presupuesto en este ámbito, duplicando su inversión. Lo único que le podemos dejar a los jóvenes además de mejores ingresos o u hogares, es darles herramientas. Y la mejor que le podemos dar es la educación.
Y también está lo ambiental, por un lado la protección, con la defensa ante el avance del extractivismo, pero también con una política activa de contribución ante el cambio climático, con la vista puesta en las áreas de acumulación de nieve, los glaciares, los humedales, que son de lo último que estamos agarrados.