El ministro de Economía, Martín Guzmán, rechazó este lunes las críticas de los referentes de la coalición opositora Juntos por el Cambio (JpC), quienes advirtieron que el Gobierno nacional busca “hacerlos socios del ajuste inevitable” que se acordó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y justificó la decisión oficial de incluir la letra chica del entendimiento en el proyecto que comenzó a debatir el Congreso de la Nación.
“No es una cuestión de coraje o falta de coraje. No tiene absolutamente nada que ver con eso. Es una cuestión de actuar como Estado nación, de construir una república más fuerte. Eso es aquello que estamos haciendo”, dijo el funcionario nacional al exponer ante las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Finanzas de la Cámara baja.
Así, le respondió al diputado nacional por Propuesta Republicana (Pro) Luciano Laspina, quien le advirtió que no es facultad del Poder Legislativo expedirse sobre los programas de otros poderes, en este caso el plan económico que la Casa Rosada estableció con el staff del FMI.
“Nos traen un enlatado donde nos quieren hacer socios del ajuste inevitable que tienen por delante”, se quejó Laspina al manifestarle sus consultas a Guzmán.
El legislador recordó que el Poder Legislativo, tal como lo establece la Constitución Nacional, sí debe tratar normas sobre el endeudamiento público. “No estamos acá para refrendar lo que usted negoció con el FMI ni para avalar las políticas de continuidad del kirchnerismo en los próximos dos años, porque no estamos de acuerdo con eso y porque no tenemos potestad sobre eso”, dijo.
“Usted evaluó costos y beneficios, y decidió ir y firmar un acuerdo. Hágase cargo de eso, no quiera que el Congreso le refrende, como ya hizo con la reestructuración de la deuda, sus políticas por falta de coraje político de aceptar las consecuencias”, completó Laspina.
En respuesta, Guzmán dijo que el objetivo es que “la Argentina actúe como Estado nación” para que “no ocurra nunca más que viene un gobierno, lleva adelante una negociación y llega a un resultado, un acuerdo, que tiene consecuencias para generaciones de argentinos sin que los representantes del pueblo o de las provincias tengan la posibilidad siquiera de considerar lo que se acuerda con el FMI”.
“La aprobación de este acuerdo es el mejor camino para la Argentina. Si no se pudiese sancionar este programa, habría, desde nuestra perspectiva, muy nocivas consecuencias en términos de actividad económica, empleo, y la situación social, a un nivel que sería, potencialmente, altamente desestabilizante”, alertó Guzmán.