La discusión que llevan adelante los integrantes de Juntos por el Cambio (JxC) con miras a las legislativas, y que comenzó a tomar forma en la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, se desarrolla en dos grandes planos: el más obvio es el que tiene que ver con la defensa del statu quo en el Congreso para “resistir” al kirchnerismo, pero debajo de la superficie predomina el de la construcción de un presidenciable con capacidad ganar en 2023.
Esa es la ventilación cruzada que explica el lanzamiento del médico Facundo Manes para representar a la Unión Cívica Radical (UCR), el paso al costado de Patricia Bullrich y Elisa Carrió para evitar contiendas que puedan desgastar al frente opositor.
Las ideas rectoras en la coalición indican que la unidad no debe ponerse en riesgo y que la próxima elección debe pensarse con los ojos puestos en las presidenciales.
La discusión, en números
La misión prioritaria de JxC es retener el número en la Cámara baja. Allí, el interbloque opositor tiene 115 legisladores, incluyendo a los de la Unión Cívica Radical (UCR), la Coalición Cívica (CC), Propuesta Republicana (Pro) y al aliado Eduardo Brizuela del Moral, del Frente Cívico y Social de Catamarca.
Esa situación obliga cotidianamente al oficialista Frente de Todos (FdT), que tiene 119 diputados, a sentarse a negociar para alcanzar el quórum. Es el contrapeso más importante de JxC en el Congreso, porque en el Senado el oficialismo hace valer su mayoría (41 sobre 72 bancas), aunque no dispone de los dos tercios necesarios avanzar con medidas de contenido institucional sensible, como el nombramiento de jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El total a renovar en Diputados se compone, en su mayoría, por 60 bancas que actualmente pertenecen a la coalición opositora y 51 que posee el oficialismo. La cuenta de JxC indica que el objetivo es repetir una victoria como la del 2017, que permita conseguir esa diferencia de 8 diputados (sin contar a Brizuela del Moral cuyo mandato finaliza este año).
Tanto la UCR como el PRO ponen en juego 26 bancas, mientras que la CC, el espacio que lidera Elisa Carrió, arriesga 7.
En la provincia de Buenos Aires, donde se sabe se librará la gran batalla con el FdT, la oposición debe renovar 14 diputados (8 del Pro, 3 de la UCR y 3 de la CC); en la Ciudad de Buenos Aires, 10; en Córdoba, 5; en Santa Fe, 5; en Mendoza, 3 y en Entre Ríos 3.
En el caso del Senado, las provincias que deberán seleccionar a sus representantes en esta ronda serán Catamarca, Chubut, Córdoba, Corrientes, La Pampa, Mendoza, Santa Fe y Tucumán.
La discusión, en clave política
Los movimientos en JxC dejaron en claro que los armados se hacen con los ojos puestos en el 2023. El ejemplo más claro es del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien irrumpió en las discusiones en el territorio bonaerense para promover a sus propios candidatos.
El mandatario porteño incluso designó a su ladero Diego Santilli para ponerse al frente de la incursión en la provincia de Buenos Aires y convocó a la ex gobernadora María Eugenia Vidal para encabezar la lista de diputados en la Ciudad.
Pero la apuesta de Rodríguez Larreta para avanzar con su armado no tardó en instalar tensiones: el intendente de Vicente López Jorge Macri decidió confrontar a Santilli y dijo que es “mejor candidato”; la líder de la CC Elisa Carrió criticó el “destrato” del Pro hacia sus socios de la coalición; y, para resistir, los radicales apuraron la operación de seducción con la que lograron que el neurocientífico Facundo Manes sea precandidato a diputado.
“Es tiempo de estar presentes. Por eso decidí aceptar la invitación que me hizo la Unión Cívica Radical y participar en las próximas elecciones. Se viene un nuevo país, un nuevo mundo. Hay que pensarlo, armarlo, explicarlo y sobre todo, hacerlo”, planteó Manes.
El salto de Manes toma sentido en el vigente juego de fuerzas, donde el Pro está convencido del posicionamiento de Rodríguez Larreta. En el partido que fundó Mauricio Macri afirman que el mandatario porteño es el presidenciable del espacio opositor y que, tarde o temprano, los socios de JxC deberán aceptar esa condición.
Pero también reconocen la influencia de la coyuntura en ese camino. Creen que, si la economía no remonta y la crisis social se profundiza, el ánimo del electorado podría buscar figuras más combativas. Bajo esa lógica, si Rodríguez Larreta es el representante de los dialoguistas, más conocidos como las palomas, Patricia Bullrich está en la vereda opuesta, la de los halcones.
La presidenta del Pro confirmó el sábado que se baja de su candidatura a diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires, lugar que ocuparía ahora Vidal.
“Yo decido no ser candidata para potenciar mi responsabilidad y mi compromiso político. Para hacer mío, con más libertad y fuerza, el afianzamiento de la esperanza de una sociedad que quiere salir, de una buena vez, del populismo y trabajar para superar la pobreza, la inflación, la corrupción, el delito como forma de gobierno, la sumisión de la Ley a la perversión del poder, la destrucción de la cultura del esfuerzo, la mediocridad actual de la educación”, anunció la ex ministra de Seguridad.
Y luego aclaró: “Apuesto al 2023; apuesto a llegar a cada hogar de nuestra Argentina y llevar una propuesta innovadora, que abracen con entusiasmo millones de ciudadanos, hartos y agobiados por lo que nos pasa como país”.
Los movimientos de Manes y de Bullrich provocaron un efecto dominó: Carrió también decidió olvidarse de su intención para encabezar la lista a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires. “La Argentina no puede partirse y Juntos por el Cambio no puede convertirse en una guerra de posiciones políticas”, planteó el sábado la líder de la CC.
Lejos del 2017
Aunque el objetivo numérico es conservar lo que se ganó en el triunfo de 2017, el escenario es completamente distinto, primero, porque en aquella oportunidad el rival fue un peronismo fragmentado, y segundo, porque ahora pesan los duros cuestionamientos contra el rumbo económico que emprendió el gobierno de Mauricio Macri a partir de la crisis que se instaló en 2018.
En aquel entonces, el frente Cambiemos se impuso con el 40,13% de los votos sobre Unidad Ciudadana (36,21%), armado que llevó como candidata a senadora a Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires (donde perdió contra la nómina que encabezó Esteban Bullrich), en tercer lugar quedó 1País (Sergio Massa y Margarita Stolbizer, con 10,97%) y detrás el Frente Justicialista Cumplir de Florencio Randazzo (5,14%).
Hoy Massa está dentro del Frente de Todos y Randazzo anunció su candidatura por fuera del oficialismo.
Stolbizer coquetea con Juntos por el Cambio; la líder de GEN le dijo a Los Andes sobre el ingreso de Manes a la pelea electoral: Para nosotros ese es un lugar de comodidad, con el que podemos ingresar al debate de esa coalición, sobre todo, porque Facundo reúne muchas condiciones que son centrales, más allá del capital personal que él tiene: creo que es un oxígeno para la política tradicional, una persona que no viene a buscar nada de la política sino a aportar su propio capital, pero además es una persona que eleva el nivel de la discusión. Acá lo importante es que la grieta o la polarización no son dos coaliciones que compiten, porque eso de última no es mal, el problema es cuando el nivel de confrontación impide que las partes puedan conversar, cuando todo el debate es la descalificación del otro. Manes no está en esa posición, es una persona de diálogo y de acuerdo.