El 29% de inflación que el ministro Martín Guzmán proyectó en el Presupuesto 2021, considerado el “corazón” del plan para tranquilizar a la economía argentina, se transformó en una foto del pasado previo al golpe de la segunda ola del coronavirus. La nueva edición de la pandemia aceleró los precios, desdibujó los pronósticos oficiales y ahora los gremios van por subas superiores al 40 por ciento con la bendición de Cristina Kirchner.
El acontecimiento que terminó por consolidar ese camino fue el descongelamiento de las dietas en el Senado y en Diputados, con una suba del 40% que se pagará en cuatro tramos. La titular de la Cámara alta, Cristina Kirchner, y su par de la Cámara baja, Sergio Massa, avalaron el incremento que se transformó en una señal.
Hay dos elementos a tener en cuenta: el primero es que la recomposición salarial de los legisladores nacionales está sujeta a los acuerdos que definan los empleados del Poder Legislativo. Y el segundo es que las actualizaciones se habían congelado en diciembre de 2019, en el marco de la ley de emergencia (en el interín, el Índice de Precios que mide el Indec avanzó 36,1% en 2020, y este año acumularon un avance del 17,6, hasta abril).
Pero más allá de los tecnicismos y las argumentaciones, lo cierto es que el camino salarial que avaló Cristina Kirchner no tardó en convertirse en la referencia para muchos gremios que hasta ahora contuvieron a sus bases con la esperanza de que el Gobierno tenga éxito en las gestiones para alinear las expectativas de precios y de salarios con el 29% que calculó el ministro de Economía.
“Esto marca una línea hacia la que vamos a tratar de converger con el resto de los gremios. Creo que necesitamos recuperar el poder adquisitivo del salario. Lo que ha planteado Camioneros, con el 45%, y la paritaria del personal legislativo marcan una franca en la que se tendrán que reubicar los salarios porque sin poder adquisitivo de los sectores populares no se va a reactivar la economía”, remarcó ante la consulta de este medio Hugo Yasky, secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y diputado nacional por el Frente de Todos.
Moyano tomó la posta y días atrás formalizó su reclamo de reabrir paritarias con las cámaras empresarias Fadeeac, Faetyl y Catac. Y para reforzar su posición, convocó a los trabajadores a mantenerse en alerta en todo el país. El objetivo es conseguir un aumento superior al 45% que se convierta en la nueva referencia.
Los pasos se dan en un escenario de crecientes tensiones, a pesar del frustrado intento del Gobierno nacional de calmar los ánimos con la suba del 35% que le otorgó a la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), que lidera Andrés Rodríguez.
En los sindicatos entienden que deben apuntar a una mayor recomposición ante la incapacidad de frenar la marcha de los precios. Allí apuntan esencialmente a los sectores de los alimentos y reconocen que quedaron “en la nada” las gestiones de la Casa Rosada para comprometer a los representantes de ese segmento a respetar el 29% del Presupuesto para no acoplarse a la inflación de los commodities internacionales.
“Eso quedó prácticamente en la nada”, reconoció Yasky sobre esas conversaciones en torno a los precios y salarios. Por ello, el titular de la CTA cree que el gobierno debe avanzar con medidas, como el cierre de las exportaciones que aplicó para la carne, y que los gremios deben respaldar ese camino porque “de poco sirve que recuperar los puntos salariales que perdimos, si no tenemos la certeza de que a los dos meses no nos vamos a volver a atrasar”.
Todas estas cuestiones serán el motivo de discusión en una reunión que el próximo martes el Gobierno realizará con Yasky y otros representantes de la CTA en la Casa Rosada. Por lo pronto, el dirigente asegura que en la administración de Alberto Fernández tienen “plena consciencia de que los números se tienen que actualizar”.