Juntos por el Cambio ya tiene muchos candidatos presidenciales. A la diputada nacional del Pro y ex gobernadora de Buenos Aires María Eugenia Vidal se la podría sumar a ese grupo, pero es una de las personas que se no competirá si entra en juego su líder: Mauricio Macri.
No se sabe todavía si Macri decidirá ser candidato a presidente otra vez este año. Se podría saber en los próximos días, a su retorno de un viaje por el exterior, pero por lo pronto Vidal confirma que su futuro personal depende de esa definición y manda un mensaje a Pro y toda la coalición: “Si Mauricio quiere una segunda oportunidad, tiene derecho a tenerla”.
En esta entrevista con Los Andes, la legisladora nacional, que estuvo dos días de visita en Mendoza, de algún modo invita también a los otros presidenciables del Pro, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, a seguir su ejemplo: “Él (por Macri) fue un gran generador de oportunidades para líderes dentro del Pro, por eso hay que generarle la oportunidad de decidir primero”.
-¿Cómo vive la espera de la decisión de Macri?
-Con mucha tranquilidad. Yo no mido la política solo por lo que va a pasar este año. Siempre quise ser parte de un proyecto transformador de la Argentina. Entiendo que Mauricio puede tomarse todo el tiempo que necesite. Es un expresidente y es el líder del Pro. Las ansiedades de las candidaturas son ansiedades de los políticos, no de los argentinos. Nadie me pregunta a mí qué va a hacer Mauricio y cuándo va a decidir. Yo he dicho que si él compite, yo no voy a competir. Si Mauricio quiere una segunda oportunidad, tiene derecho a tenerla. Sobre todo porque fue el gran impulsor de mi liderazgo y el de muchos otros. Horacio (Rodríguez Larreta) y Patricia (Bullrich) son otros ejemplos. Él fue un gran generador de oportunidades para líderes dentro del Pro, por eso hay que generarle la oportunidad de decidir primero.
-¿No tiene demasiados candidatos presidenciales Juntos por el Cambio?
-A veces nos centramos en la cantidad de candidatos, o de la ausencia de candidatos cuando hablamos del Frente de Todos, y no entendemos que la clave es el proyecto y el para qué. Lo importante es tener en claro para qué volver a gobernar y que haya experiencia en el aprendizaje. Haber estado ahí me dio la oportunidad de aprender de mis errores. Y lo malo no es la competencia, lo malo es que se dé desde la descalificación del otro y no del mérito propio. Tenemos que practicar la meritocracia y no denostar al otro. Tiene el desafío de competir sin agraviarse Juntos por el Cambio, porque eso nos daña a todos, daña al conjunto y a la confianza que está deteriorada.
-¿Es factible una fórmula mixta con alguien de otro partido?
-Sí, todo es factible. Ahora Gerardo Morales y Lilita Carrió se han lanzado, con lo cual es factible que los que compitan sean espacios partidarios, lo cual es válido. Eso pasó en 2015 y funcionó muy bien.
-También puede ocurrir que no sea una coalición de gobierno, como pasó en 2015 también.
-Creo que aprendimos. En 2015 llevábamos 1 año juntos, hoy llevamos 8, aprendimos y ese aprendizaje nos hace más sólidos. No imagino un gobierno de Juntos por el Cambio, así sea liderado por un presidente del Pro, sin un gabinete integrado por el radicalismo, la Coalición Cívica o incluso extrapartidarios.
-No se vé que estén definiendo los puntos básicos a ejecutar si son gobierno.
-Cada fundación está trabajando en 10 puntos. Más allá de eso, en mi caso particular, ya he dicho que si soy presidenta Hernán Lacunza sería mi ministro de Economía y él tiene un equipo de más de 30 economistas trabajando con él en un plan económico serio y consistente, para tener listo todo lo que hay que hacer desde el día uno.
-Entonces Juntos por el Cambio tiene que ir por su lado porque tiene todo listo…
-Las cuatro fundaciones de los partidos de Juntos por el Cambio están terminando los programas. Todo lo que dije está en línea con lo que dicen los otros candidatos. Puede haber matices, pero en lo central, estamos de acuerdo, porque estamos de acuerdo en los valores, como el derecho a la propiedad, que no se puede cerrar escuelas dos años o que los chicos no deben pasar sin repetir para no estimagmalizarlos, o que la emisión genera inflación. Creemos de verdad en la democracia y la división de poderes. Son valores que se transforman en políticas, en el curso central estamos de acuerdo.
-Las encuestas dicen que el país, en cuanto a intención de voto, está dividido en tercios, con una gran dispersión ¿Qué piensa usted?
-Yo veo una enorme grieta y no es entre el kirchnerismo y Juntos por el Cambio. Veo una enorme grieta entre la política y la gente. Siento que la política no ve a los argentinos y lo que les está pasando de verdad. La política está enfrascada en una discusión electoral y de candidaturas, y mientras tanto los argentinos se van a dormir preocupados por la inflación, la inseguridad y porque sus hijos no se vayan del país, o aún sin irse, que no consigan progreso y trabajo. Eso genera una grieta, porque hay una Argentina invisible que no se siente representada por nadie, que no contesta las encuestas, que no le importa la política porque sienten que a la política no le importan ellos. Esos son los argentinos que intento representar, más allá de los tres tercios. Trato de no ser parte de ese circo sin público. También trato de decir que esto no es irreversible y que el camino no es la resignación. La resignación me preocupa mucho más que el kirchnerismo.
DIAGNÓSTICO, PLANES SOCIALES Y PROGRAMAS
-La imagen que tiene Mendoza es de provincia ordenada, pero se pretende dar un salto, porque hace 10 años que no crece.
-Argentina tiene el PBI de 1975. No es una realidad exclusiva de Mendoza. Por supuesto tiene que haber un gobierno provincial comprometido con el desarrollo del sector productivo. Ahora, si no hay una macro estable, que permita que esas palancas de desarrollo productivo puedan llevarse adelante, es muy difícil. Lo digo como ex gobernadora.
-Y eso que ha sido gobernadora de la provincia de Buenos Aires…
-La más grande del país. Pero en un contexto inflacionario y en el que el país no crece los suficiente, y en un contexto en el que el tipo de cambio no está ordenado, es difícil el desarrollo. La macroeconomía ordenada es condición, pero la micro importa. En cada provincia veo potencial de distinto tipo. Con las reglas de juego, se pueden generar incentivos para desarrollar las distintas zonas. Ahí se empiezan a solucionar los desequilibrios sociales. No se puede tener solamente una macroeconomía ordenada y esperar que derrame. Son las dos cosas. Tiene que ser proexportación y proempleo la política productiva.
-En la situación actual de ahogo financiero, ¿en cuánto tiempo se puede desarrollar un programa de crecimiento?
-Hay que salir de la lógica de apagar el incendio sin hacer reformas estructurales. Argentina no resiste más postergación. Si no se tiene una política para no incendiarse más, todo se complica. Hoy hay más inflación y más pobreza que en 2015. Todos están peor. Se necesita un plan de estabilización cuyo objetivo sea bajar la inflación, y para ello hace falta equilibrio fiscal, dejar de gastar más de lo que ingresa, porque se paga con más impuestos, más deuda o más emisión, que puede llevar al borde de la híper. El camino de gastar más de lo que ingresa está agotado. Hace falta un tipo de cambio único y ordenar la política monetaria. Pero además, hay que hacer reformas estructurales. No hay pyme que no diga que no consigue trabajadores calificados y que no tiene miedo de tomarlos. Se necesita una reforma laboral, porque la ley de contrato de trabajo es anterior a la TV a color. El principal miedo hoy de una pyme es si puede perder todo en un juicio laboral a los tres meses. También hay que tener un sistema previsional sustentable, porque acabamos de aprobar una moratoria que incluye a 800 mil argentinos que nunca aportaron nada. Esa plata hoy no la tenemos. El sistema está fundido. Hace falta un nuevo sistema impositivo. No hay un emprendedor que, aún trabajando solo, no necesite un contador. Eso no pasa en otros países del mundo.
-¿Están los argentinos en condiciones de satisfacer la demanda de trabajo calificado, que tiene que ver con la educación?
- El deterioro de la educación tiene que ver el problema. También los planes eternos, que no tengan temporalidad. Eso desincentiva la búsqueda de trabajo. También la informalidad del trabajo que se consigue. Argentina hace 11 años que no genera trabajo formal en el sector privado.
-Antes que el trabajo calificado, se necesita más trabajo formal.
-Por supuesto, hace falta más trabajo formal. No se encuentran personas para la cosecha en las economías regionales¿Por qué? Porque los salarios son bajos, porque la formalización tiene costos altos y porque los planes son para siempre. Y porque no hay capacitación. Los dos últimos años de la secundaria tienen que tener prácticas laborales para incorporar la cultura del trabajo.
-Pero ustedes subieron los planes sociales a partir de 2015.
-En el primer año de gestión no teníamos mayoría en las dos cámaras del Congreso. Y Grabois, que tenía mayoría, presentó un proyecto para crear un millón de planes. Hoy tenemos un millón de planes, pero por obra de Alberto (Fernández). En ese momento teníamos 250 mil. Como no teníamos mayoría, acordamos que solo fueran 250 milmás. Ese fue el crecimiento de planes del gobierno de Mauricio, no fue producto de convicciones de nuestro gobierno. Grabois tenía el apoyo de la mayoría de ambas cámaras. Por eso es importante en esta elección que no solo definen presidente, gobernador o intendente. También definen concejales y diputados que luego votan si hay que crear más planes sociales o no. O si están a favor de entregar tierras a comunidades que no son originarias. Es importante que cada persona sepa qué va a votar su diputado.
-¿Hay tiempo para desarrollar un gradualismo en las medidas que prepara Juntos por el Cambio?
-El 40% de pobres de la Argentina no puede seguir esperando. Cada día que pasa y no resolvemos la inflación, es un día más donde tienen que elegir qué comer, si pueden comer. Los cambios tienen que ser inmediatos y profundos. Me preguntaron si esos cambios no iban a ser dolorosos y yo creo que doloroso es algo que se hace sin sentido. Dolorosa es la incertidumbre y que desde hace tres años nos estemos preguntando si la Argentina explota o no, cuando ya explotó.