Se acerca el mayor desafío para Matías Stevanato, intendente de Maipú, quien intentará conseguir la reelección este año.
En entrevista con Los Andes, el jefe comunal del PJ concentra todo su arsenal de críticas en la figura del radical Alfredo Cornejo. También le pega a la gestión provincial y particularmente critica la inseguridad, área en la que se desempeña el precandidato a intendente de la UCR con mayores posibilidades de enfrentarlo en la general: Néstor Majul.
Está seguro, además, de que los órganos de control le “traban la gestión” en el municipio por orden del líder radical que irá por la gobernación.
-¿Arranca la campaña electoral el 30, cómo está usted?
-Los números nos dan bien y la gestión está bien considerada por los vecinos. Uno igual no tiene que estar confiado, en estos procesos uno tiene que apretar el acelerador. Tenemos un plan de obra pública con 120 frentes, desde menores a muy grandes, como las cloacas del este de Maipú, para 25.000 vecinos. En tres años y medio superamos las 400 obras.
-¿Cuánto destina del presupuesto?
-Yo soy austero. Ahora iniciamos la construcción de un colegio, yo sé que el intendente de Godoy Cruz va a hacer lo mismo. Esto es porque la matrícula está superpoblada y hace siete años y medio que no se construye una escuela en Maipú. También hicimos gestiones para que la Nación mande fondos a la provincia para una escuela secundaria. Nunca bajé del 20% del presupuesto destinado a obras y este año vamos a superar el 25%.
-¿Los intendentes son imbatibles?
-Hay que trabajar. El radicalismo tiene el problema de que hace siete años están preocupados por las elecciones. A Mendoza le ha ido mal en todos los indicadores. Las escuelas se vienen abajo. Le retiraron el subsidio a un terciario. Hablan de educación pero no levantan la bandera. La salud es paupérrima y la inseguridad es galopante.
-¿Usted dice que el candidato radical desatiende la seguridad?
-No, lo que digo es que el Gobierno provincial sigue en el modo siesta.
-Ellos dicen que Maipú tiene que cambiar luego de 40 años de gestión.
-Eso tiene que ver con el discurso radical que lo hacen en un comité o en un café. Yo no estoy pensando en los 40 años que pasaron, que fueron muy buenos en gestión. Hemos generado una transformación muy fuerte en estos tres años. Ahora, yo hablo de los próximos 40 años, con el plan de obras, la política para fortalecer la familia y cómo apostamos a la educación. Lancé un plan de seguridad vecinal: 50 millones de pesos voy a destinar a tasa cero para que los vecinos puedan comprar sistemas de seguridad, como los kits de cámaras. Todo para darnos seguridad porque el Gobierno provincial no existe, no la brinda.
-¿Por qué un intendente hace un plan de seguridad?
-Porque es una necesidad que los vecinos nos plantearon. Nos dijeron: “Tenemos que cuidarnos entre nosotros”. Se juntan, miran las cámaras en el celular y se cuidan. El municipio aporta. También construimos subcomisarías que siguen cerradas porque no mandan policías. Cedimos espacios para el CEO, la Policía Rural, la Policía Científica y la Infantería. Nosotros acompañamos.
-¿Esto lo hablaron con el Ministerio de Seguridad o fue una decisión porque hay un déficit?
-Hay un déficit. Yo me hago cargo de mis responsabilidades y de lo que no haga el Gobierno provincial. Así somos en Maipú.
-Pero el Gobierno dice que hay índices de seguridad que han mejorado.
-Hay que preguntarles a los vecinos. La inseguridad es en toda la provincia. Hay un montón de casos que no salen. No se hacen cargo. Vamos a ser el primer municipio que avanza con la seguridad municipal. Es positivo.
-¿Por qué le molestó tanto que un bloque con más concejales que el suyo tenga la presidencia del Concejo Deliberante?
-Me molestó la actitud de avance contra las instituciones y de debilitar la democracia que tiene el cornejismo. Han avanzado sobre la Justicia y los órganos de control. Los órganos tienen que controlar al Ejecutivo, no ser funcionales con dirigentes que responden a Cornejo. Eso ha debilitado a nuestra provincia. En Maipú, romper la línea sucesoria es una locura, porque si yo tuviera un problema de salud, quien asumiría la intendencia sería una fuerza que los maipucinos no votaron y un dirigente que ni siquiera fue candidato a intendente. Rompieron la línea sucesoria que es una tradición en Mendoza.
-¿No tenían derecho a la presidencia porque los votaron en 2021?
-Esa es la lógica de ellos. La gente no los votó para conducir el Ejecutivo municipal. Ellos pueden tomar decisiones en el Concejo Deliberante. Que digan cuántas ordenanzas del Concejo he vetado: ninguna. Yo los he respetado. Pero romper la línea de sucesión es muy grave. La única forma de evitar esta salvajada es que exista un viceintendente, entonces, para evitar que el cornejismo avance por las instituciones, hay que crear un cargo político más. No. Hay que respetar las costumbres.
-¿Y si le pasara que tuviera que dejar el cargo?
-Me cuido para que no me pase. Pero es una locura lo que ha hecho el radicalismo. Yo voy a pedirle a Dios que me siga protegiendo y vamos a hacer todo lo posible para que volvamos en diciembre a la normalidad en el Concejo Deliberante. No hay necesidad de hacer esto, como no la hay de avanzar sobre la Justicia y los órganos de control ¿No sería mejor que el Tribunal de Cuentas fuera conducido por alguien ajeno al poder político?
-¿A usted lo persigue el Tribunal de Cuentas?
-No voy a decir que me persigue, pero creo que tiene una lupa diferente con municipios que son de otro color político. Igual nosotros no tenemos nada que esconder. Hay que controlar a todos por igual y preocuparse porque las cosas estén bien.
-¿La Oficina de Ética pública también tiene una lupa diferente?
-En enero respondimos más de 30 pedidos de informes sólo de la Oficina de Ética Pública. Tengo un equipo de gente trabajando para responder esos pedidos. Algunos meten pedidos de informes, uno prepara todos esos archivos de años anteriores, los tiene listos y después no vienen. Cuando se cruza el límite del control para trabar la gestión, lo que hay no es una auditoría, se genera un perjuicio a los vecinos. No se puede trabar la gestión por un control.
-Bueno, entonces usted sí cree que hay una persecución.
-No, lo más sano sería que respetemos la independencia de las instituciones. Que el Tribunal sea presidido por alguien que no venga de ningún partido. Me encantó cuando (Omar) De Marchi dijo que los futuros integrantes de la Suprema Corte no hubieran ocupado cargos políticos en los últimos 10 años. Eso sería positivo. También que el que llegue a la Suprema Corte lo haga con dos tercios (de los votos del Senado), no con mayoría simple. En los últimos siete años se ha perdido calidad institucional y esta debilidad puede provocar consecuencias graves, porque te transformás en una monarquía.
Félix, Righi y Alejandro Bermejo para la gobernación
-¿Qué pasó con su ilusión de que se forme un gran frente opositor?
-Sería bueno que se pueda construir con dirigentes de diferentes fuerzas y que podamos generar alternativas que superen la grieta y vuelvan. Me gustaría que pase ahora en 2027.
-Pero se acaban los tiempos para eso en esta elección.
-Bueno, pero el único que tiene ansiedad acá es Cornejo. El único que se lanzó antes, que dice barbaridades y que genera odio y violencia es él. La mayoría de la dirigencia está viendo cómo solucionar los problemas de los mendocinos.
-Es muy difuso el panorama para el PJ en lo electoral.
-Hoy la necesidad de los mendocinos no pasa por lo electoral. Yo creo igual que el peronismo tiene muy buenos dirigentes que pueden ser muy buenos candidatos. Emir Félix y Roberto Righi, me parecen grandes dirigentes. Si Righi camina Gran Mendoza, la gente lo va a querer por las transformaciones en Lavalle.
-Es uno de los dos.
-También Alejandro Bermejo.
-Otro que mide bien…
-Hay que olvidarse de las encuestas…
-Hay dirigentes del PJ que dicen que sí importan las encuestas, porque hay que ir a lo seguro en las circunstancias en que está el PJ. Mencionan a Anabel Fernández Sagasti también.
-Anabel no ha dicho que quiera ser candidata. En 1999 Roberto iglesias no tenía posibilidades, el que tenía posibilidades era Balter. El radicalismo había salido tercero y ganó la elección en el 99. Las encuestas son una foto. Yo creo que el peronismo tiene posibilidades y buenos dirigentes.
-¿Sigue pensando que en el “gran frente opositor” tienen que estar De Marchi o Difonso?
-Lo he dicho. De Difonso he hablado, lo respeto. Con él, uno se puede sentar y dialogar. Sobre De Marchi, ya lo dije antes. Fue un gran dirigente en Luján y apuesta al diálogo. También respeto a radicales como Juan Carlos Jaliff, que es un radical de antes.
-¿Le preocupa el efecto Milei, que en algunos departamentos mide 25 puntos?
-Esa es la consecuencia de la dirigencia, hay gente que está enojada por la falta de soluciones. En la medida que no nos pongamos de acuerdo y nos preocupemos por los cargos nada más, van a ir apareciendo estas figuras.
-¿Pero le preocupa o no?
-No me preocupa, me pongo a trabajar por los maipucinos. Es la respuesta de un sector y el votante nunca se equivoca.
-Entiendo que con los dirigentes de su frente que se han lanzado para la gobernación no alcanza, porque ni los menciona.
-Yo no descarto a nadie. Martín Hinojosa es reconocido. A (José Luis) Ramón no lo había escuchado, pero si se pone a caminar está bien. Hay tiempo hasta el 22 de abril por las candidaturas.
-El presidente Alberto Fernández dijo cuando vino a Mendoza que tal vez el PJ mendocino debe resolver sus diferencias en una PASO.
-No sería malo una PASO. Ya se va a resolver. Todas las fuerzas están iguales. La UCR adelantó los tiempos por el efecto De Marchi.
-¿Le genera una expectativa que De Marchi pueda quebrar con Cambia Mendoza?
-No, lo que me puede generar una expectativa es un gran frente con dirigentes de muchos sectores. En las internas de las otras fuerzas no me meto, eso es malo y debilita la democracia.