El Presidente Alberto Fernández reconoció que ya largó la campaña para las elecciones de noviembre. “Empezamos la campaña definitiva”, dijo ayer y arengó a la militancia a “golpear las puertas de los vecinos que no fueron a votar para explicar que está en juego”.
El “día 2” tras el revés del oficialismo en las PASO, Fernández dio un discurso de marcado tono electoral sobre una ruta pavimentada en Almirante Brown, uno de los distritos del conurbano donde el oficialismo no perdió con Juntos. Por la tarde, en Olivos, hubo una “foto de unidad” de la coalición oficialista con Máximo Kirchner, Sergio Massa, la candidata Tolosa Paz, Cafiero y Wado de Pedro, entre otros.
En las 48 horas posteriores a las PASO, Fernández se movió en dos planos. Primero, ratificó a colaboradores emblemáticos (como Cafiero, Kulfas y Guzmán). La foto en el Olivos fue una respuesta a críticas internas reanimadas por la derrota. El otro movimiento se relaciona la gestión concreta: mañana habría anuncios con impacto económico y social.
“Es hora de ordenar. De seguir haciendo lo que venimos haciendo y está bien; de hacer lo que debimos postergar y no hicimos; de corregir las cosas que hicimos mal”, dijo.
“Por eso, no voy a esperar un día, no voy a esperar nada. Por eso ayer (por el lunes) seguí trabajando”, sostuvo para contar que en esa jornada presentó la ley de compre nacional (con Guzmán en primera fila, y varias veces marcado por el director de cámaras) que favorece a la industria naciona. También confirmó que la obra pública será el motor de la reactivación. “Gobernar es crear trabajo, ¿quién creen que somos felices distribuyendo planes? ¿Cómo no vamos a estar al lado de los industriales? El país necesita emprendedores que den trabajo y no especuladores financieros”, dijo.
Sobre el asfalto nuevo de Almirante Brown (que corta al medio un barrio de calles de tierra), Fernández puso dos butacas a su lado. En una se sentó Sergio Massa, una de las patas del FdT; en la otra, Cafiero. No es habitual que el jefe de Gabinete asista estos eventos. Terminado el acto, hubo un almuerzo en el aeródromo de Longhamps: Fernández, Massa, Cafiero, Máximo Kirchner; los ministros Katopodis, Kulfas, Ferraresi y Wado de Pedro. También participaron varios intendentes del conurbano, incluida Mayra Mendoza, derrotada en su municipio de Quilmes. Faltó el gobernador Axel Kicillof.
De allí se fueron todos a Olivos, para la foto de la unidad. El Presidente puso a su lado a la camporista Mendoza. Un gesto de explícito respaldo. Massa, De Pedro y Cafiero se fueron después para la Casa Rosada, donde siguieron reunidos. La mesa chica del Frente de Todos mantiene silenciados sus reproches internos.
Afuera es distinto. Al día siguiente de las PASO, surgieron voces muy críticas dentro del FdT, pero reducidas a dirigentes marginales. Luis D’Elía pidió romper “el pacto Massa-Máximo”; Juan Grabois calificó de “mediocre” al gabinete nacional. “La Embajada celebra los resultados de las PASO. La ineficacia para gestionar, negacionismo de militantes para no verlo a tiempo y de los dirigentes para no enderezar el rumbo es una derrota del campo popular. A rectificar”, dijo Alicia Castro, quien no llegó a asumir como embajadora en Rusia.
Ayer, en cambio, aparecieron críticas de dirigentes que escucha la Casa Rosada. “Creo que hay funcionarios que miran la realidad con otros tiempos; hay que tomar políticas que le permitan ver a la gente que el gobierno de Macri iba para un lado y que nosotros vamos para otro”, dijo Hugo Yasky, dirigente de la CTA y diputado nacional que irá por la reelección en la boleta de Buenos Aires. Pidió tomar medidas urgentes. Propuso llevar el salario mínimo “a 45 mil o 48 mil pesos, contra los 35 mil pesos a los que se va a llegar recién en abril”. También, un bono de emergencia para los jubilados de “10 mil pesos”. Sin nombrarlo, instó a Guzmán a “romper los manuales” y se pronunció a favor de “controlar los precios de los alimentos”. “Si hay ministros que le da vértigo las decisiones, tendrá que haber cambios en el Gabinete”, dijo.
Andrés Larroque, funcionario de Kicillof, pidió “reperfilar al Frente de Todos”. “La gente le puede perdonar mil cosas al peronismo, pero no que no recomponga los ingresos. El peronismo tiene que hacer peronismo”. Recordó que “en 2009 -tras la derrota legislativa de la boleta que llevaba a Néstor Kirchner- entraron Aníbal y Amado a jefatura de Gabinete y a Economía, y en 2013 entraron Coqui y Axel”, recordó.
El líder de la UOM, Antonio Caló, opinó que el presidente Alberto Fernández debe “poner a todo su equipo” para “bajar la inflación”. Pero no consideró necesarios cambios en el gabinete, al que calificó como “excelente”. “Alberto es un buen conductor y le toca a él conducir este partido para adelante. Yo le dije ayer, la pelota la tenemos nosotros, pongamos la pelota en medio de la cancha y empecemos a jugar el partido”, dijo.
Con el mensaje de ayer, Fernández puso la lupa sobre los once millones y medio de electores que el domingo no fueron a votar. La participación en las PASO fue del 66,21%. “A los que no nos votaron, les pido por favor que piensen que a la Argentina merece algo mejor que los que nos pasó hasta el 2019”, dijo. El Presidente echó mano al manual peronista para interpretar el resultado de las primarias: “Nosotros escuchamos la voz del pueblo, ‘la más maravillosa música’, decía el General; cómo no escucharla”, dijo. Mañana, el gobierno anunciaría una serie de medidas para recuperar los ingresos.