Este lunes el presidente Javier Milei será recibido en una audiencia privada por el Papa Francisco. La cumbre en el Vaticano, a la que seguirán reuniones con el gobierno italiano, marca el fin de la gira empezada hace una semana en Israel. El encuentro de Milei y el Papa Francisco ocurre después de los gestos de acercamiento mutuos, tras las expresiones insultantes del presidente libertario antes y durante la campaña presidencial al jefe de la iglesia católica. En la víspera, el Papa y Milei se dieron un abrazo tras la ceremonia de canonización de Mama Antula.
Milei arribó el viernes a Roma, junto su hermana y secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y la canciller Diana Mondino, quienes lo acompañaron en su paso por Israel. En Roma se sumaron los ministros Guillermo Francos (Interior) y Sandra Pettovello (Capital Humano), y el anunciado secretario de Culto, Francisco Sánchez, aún sin designación oficial.
Desde Roma, Milei ocupó el día y medio sin agenda oficial, para reacomodar piezas en su gobierno, sacudida por la derrota parlamentaria de la Ley Bases. Se decidió el despido del schiarettista Osvaldo Giordano y de Favia Royón, ligada al gobernador de Salta, Gustavo Sáenz. Se trató de una semana difícil para el gobierno, marcada por la caída de la Ley Bases, y la “declaración de guerra” de Milei a los gobernadores y diputados opositores “dialoguistas”.
La agenda italiana fue retomada este domingo. La comitiva participó de la canonización de la primera santa argentina, María Antonia de San José Paz y Figueroa, conocida como “Mamá Antula”. La ceremonia fue presidida por Francisco en la Basílica de San Pedro. Los gestos de concordia manifestados por el presidente Milei y el Papa reflejaron, acaso, la confirmación de una nueva etapa en la relación de los mandatarios.
“El Presidente está muy expectante y contento de lo que va a ocurrir. Sabemos que su Santidad es una persona de suma importancia para gran parte de los argentinos. Además estamos muy emocionados con la posibilidad de que en el segundo semestre el Papa venga a la Argentina”, anticipó en la previa el vocero presidencial Manuel Adorni.
También dijo que el Papa “siempre estuvo muy alineado y entusiasmado con el tratamiento que le estamos dando a la ayuda social, a la cuestión más integral del ser humano y el concepto del ministerio de Capital Humano”.
La afirmación oficial se vuelve relativa ante la reciente advertencia al gobierno hecha por la Conferencia Episcopal Argentina (CEA). La asamblea de obispos católicos argentinos presidida por monseñor Oscar Ojea sostuvo en un comunicado que “la comida no puede ser una variable de ajuste” y pidió que “no se profundice la crisis alimentaria” en el país. El texto de tono crítico fue consultado con el Papa Francisco antes de su publicación, según aseguró a este medio una fuente ligada a la iglesia.
Algunas acciones de la ministra Pettovello no cayeron bien en ámbitos ligados al Vaticano. Como la entrega de 177 millones de pesos a la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Argentina (ACIERA) para comedores, mientras se frenaron las partidas de alimentos a comedores de los movimientos sociales y de grupos católicos de barrios pobres.
El gobierno libertario removió a la embajadora argentina ante el Vaticano, María Fernanda Silva, sin designar aun la sucesión. Tampoco se oficializó la designación de Fernando Sánchez en la Secretaría de Culto, ejercida durante los cuatro años del gobierno anterior por el dirigente peronista Guillermo Oliveri (de buena llegada al Papa).
Analistas del Vaticano le otorgan una valoración política a la duración de la audiencia papal. Adorni estimó en 15 minutos el encuentro de Milei con el Papa, pronóstico que sonó conservador. Lo habitual es que el Papa extienda entre 30 a 50 minutos una audiencia con un jefe de Estado. Algunos recuerdan que al expresidente Mauricio Macri le dedicó “apenas 22 minutos”. Y que mientras la primera audiencia con Alberto Fernández ya presidente, poco antes de la pandemia, duró casi 50 minutos, el segundo encuentro no llegó a la media hora: días antes el Congreso había aprobado la ley de aborto no punible, impulsada por el Ejecutivo, recordaron a este medio.
El encuentro será en la biblioteca privada del segundo piso del Palacio Apostólico del Vaticano. Después Milei mantendrá una reunión con el secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal italiano Pietro Parolin.
A los pocos días ganar el balotaje, el Papa Francisco le envió un rosario bendecido a Milei, en un signo claro de acercamiento (y de perdón por las ofensas). El presidente Milei llegó a calificar al Papa Francisco de “imbécil” y “zurdo asqueroso”. “El Papa es el representante del maligno en la Tierra, ocupando el trono de la casa de Dios”, dijo también.
El 8 de enero pasado Milei le envió una carta al Papa en la que lo invitó a visitar Argentina. “Valoro sus sabios consejos y sus deseos de coraje y sabiduría para mi persona, tan necesarios para encarar el desafío de dirigir los destinos de nuestra patria”, le escribió. El presidente argentino le expresó al Papa su “más alta consideración y respeto”.
“Mis afirmaciones fueron hechas en un contexto cuando todavía no estaba en política. No tengo problema en repetir que estoy arrepentido de eso”, se disculpó Milei en el debate presidencial. Hace poco, sobre el tema, Milei le dijo a la periodista Patricia Janiot que sus declaraciones habían sido editados por la prensa.
Después del encuentro en el Vaticano, Milei mantendrá reuniones con su par italiano Sergio Mattarella y con la primer ministro, Giorgia Meloni.
