El sueño de la Casa Rosada de llegar al Pacto de Mayo con la “ley bases” sancionada por el Congreso quedó este jueves definitivamente enterrado. Al cabo de tres rondas informativas en el Senado donde solo se oyeron críticas al proyecto emblema de Javier Milei y al paquete fiscal que lo acompaña, el oficialismo no logró cerrar los acuerdos para dictaminar y se agotaron los tiempos para sesionar la semana próxima.
Con el sabor amargo de una gesta incompleta, el Gobierno jugó una carta tardía y empoderó a Victoria Villarruel para terminar de destrabar las negociaciones con la oposición no kirchnerista. La vicepresidenta había sido apartada de las tratativas, pero ante el escenario crítico que enfrentan las leyes empezará a militar los votos que faltan.
En búsqueda de ese auxilio fue que desembarcaron en el despacho de Villarruel el ministro del Interior, Guillermo Francos, el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, y la secretaria de Planeamiento Estratégico, María Ibarzábal. La vicepresidenta también recibió, posteriormente, a su par de Diputados, Martín Menem, para comenzar a aceitar el “operativo retorno” de los dos proyectos en segunda revisión.
Al cónclave con funcionarios se sumó, una vez empezado, una senadora del PRO que hace punta en el debate: la porteña Guadalupe Tagliaferri. A contramano del apoyo incondicional que muestra el jefe de la bancada, el cordobés Luis Juez, Tagliaferri trabaja para corregir los proyectos y fue la encargada de comunicarle a los enviados del Poder Ejecutivo la noticia que no querían escuchar: este jueves no habría dictamen.
Dado que el reglamento del Senado establece una ventana temporal de siete días entre la firma de un dictamen y su tratamiento en el recinto, al no haber despacho esta semana quedó técnicamente desechada la posibilidad de sesionar la próxima, como alentaba La Libertad Avanza en un plan que pecó de optimista.
Ahora, el oficialismo apunta a dictaminar el próximo martes, pero para eso deberá atender un aluvión de pedidos de modificaciones de la UCR y los bloques minoritarios que son clave para la votación. Varios de estos senadores advierten, con preocupación y desconcierto, que aún no hubo respuestas concretas a sus planteos. Se aproxima un fin de semana con teléfonos abiertos.
Entre los que aguardan señales del Ejecutivo están la cordobesa Alejandra Vigo, el entrerriano Edgardo Kueider y el correntino Carlos “Camau” Espínola, que integran el bloque Unidad Federal. El apoyo de Vigo y Kueider es clave porque tienen firma en las comisiones que intervienen, y el oficialismo necesita reunir la mitad más uno de adhesiones en cada una de ellas.
Otros senadores determinantes para la votación son los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano. Son dos legisladores que accedieron a sus bancas a través de un acuerdo con el gobernador Claudio Vidal, pero no le obedecen directamente.
Hoy por hoy, ni Carambia ni Gadano (que votarán en tándem) están dispuestos a acompañar las leyes así como están. Además, reclaman que la “ley bases” y el paquete fiscal se traten en dos sesiones separadas, y amenazan con no dar quórum si Villarruel no se los concede. De hecho, ya sondearon a otros senadores para que se sumen a la estrategia.
Según supo este medio, ambos tienen decidido votar en contra de todo el paquete fiscal, porque lo reducen a la restitución del impuesto a las Ganancias, rechazada por todos los patagónicos. Tampoco acompañan las facultades delegadas, las privatizaciones ni la reforma laboral, y quieren cambios al RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones).
Por su parte, la UCR quedó en una posición incómoda porque, en pleno tratamiento legislativo, el Gobierno solo destrabó giros presupuestarios para la UBA (Universidad de Buenos Aires) y no para todas las universidades. “No es lo que se había acordado”, lamentó una fuente cercana al titular del partido, Martín Lousteau, quien se había reunido a solas con Francos.
Mientras tanto, se desarrolló en el Salón Azul el último plenario informativo de las comisiones de Legislación General, Asuntos Constitucionales y Presupuesto y Hacienda, donde pasaron casi veinte nuevos expositores. El oficialismo amagó con tratar este mismo jueves el paquete fiscal en Presupuesto, pero tuvo que levantar esa reunión por la prolongación de la otra, que duró más de diez horas.
Una de las disertantes de este jueves fue Estela De Carlotto. Invitada por Unión por la Patria, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo pidió a los senadores que intervengan en defensa del Banco Nacional de Datos Genéticos, uno de los organismos que quedarían a tiro de ser suprimidos si no se lo incorpora en un listado de excepciones que el Gobierno tuvo que incluir a la fuerza en el artículo 3 de la “ley bases”.
Asimismo, autoridades de las cámaras de tabaco de Salta y Jujuy se expresaron a favor del capítulo que introdujo la oposición en Diputados para aumentar la tasa del impuesto interno sobre los cigarrillos del 70% al 73% y elimina el impuesto interno mínimo, con el fin de terminar con la distorsión generada por las cautelares que benefician a Tabacalera Sarandí, la empresa del “Señor Tabaco” Pablo Otero.